Prueba del nuevo Toyota Mirai: el hidrógeno también puede emocionar
La versión definitiva de la segunda generación del Toyota Mirai tendrá el aspecto que ya vimos (y aplaudimos) en el prototipo. Y debería estar disponible en Europa este mismo mes, por un precio algo superior a los 60.000 euros. Nosotros ya lo hemos conducido.
El segundo Toyota Mirai se coloca una categoría por encima de su predecesor. Eso ya lo deja claro su diseño, que recuerda a una mezcla del Kia Stinger y el Toyota Camry.
Por dentro
En términos de espacio, este Toyota movido con pila de hidrógeno brilla principalmente en la parte delantera. Aquí uno se sienta muy cómodamente en los asientos de cuero "Advanced", que además son eléctricos y climatizados.
Las dos pantallas detrás del volante y en el medio del salpicadero son modernas, típicamente Toyota y siempre dan mucha información. Uno se acostumbra rápidamente su manejo por el tacto, incluso cuando la presentación de la información, especialmente la de las pilas de combustible, inicialmente puede parecer algo confusa.
Y en movimiento…
El Toyota Mirai es divertido de conducir porque se adapta bien a las condiciones de la carretera. La potencia eléctrica de 174 CV (antes eran 155), junto con un par máximo de 300 Nm, es suficiente para hacer un pequeño sprint intermedio al adelantar o para ocupar el carril izquierdo de la autovía con cierto relajo. Ojo, alemanes: la velocidad está limitada a 180 km/h.
Lo que realmente está muy logrado es su reparto de pesos, al 50% en cada eje, así como la base de la plataforma TNGA, la rígida carrocería y la suspensión multibrazo recientemente desarrollada en la parte delantera y trasera: todo esto garantiza una buena experiencia de conducción.
Gracias a un centro de gravedad bajo, es un coche divertido que tomar las curvas con decisión, y solo echamos de menos que la dirección transmita algo más de información.
Lo que lo impulsa
Debajo del revestimiento de chapa se encuentra la nueva generación de pilas de combustible, situadas en la parte delantera. Los tres tanques en forma de T están integrados en la parte inferior del vehículo. Uno se asienta en la parte trasera detrás del eje, otro justo por delante y el tercero en el amplio túnel central; juntos, acaparan 142,2 litros.
Así, con una mayor capacidad de 5,6 kilogramos de hidrógeno, se debería aumentar la autonomía en aproximadamente un 30%. Según el fabricante, el nuevo Mirai ahora puede cubrir hasta 650 kilómetros sin repostar. A diferencia de un automóvil puramente eléctrico, el repostaje lleva cinco minutos.
Valoración
La versión definitiva de la segunda generación del Toyota Mirai tendrá el aspecto que ya vimos (y aplaudimos) en el prototipo. Nosotros ya lo hemos conducido
Lo mejor
Sus cero emisiones, divertido de conducir, diseño, prestaciones, autonomía
Lo peor
Como siempre en propulsiones innovadoras, aún falta una buena red de suministro de hidrógeno
Etiquetas: coche de hidrógeno
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