Test de 100.000 km Lexus CT 200h

El Toyota Prius ha popularizado la tecnología híbrida, que hoy en día ya no se ve como una rareza, sino como una opción mecánica más (y muy extendida). El modelo de Toyota es un superventas en todo el mundo, también en nuestro país (donde se vendieron 6.700 unidades entre Prius y Toyota Auris híbridos), y es uno de los preferidos por los taxistas por económico y fiable. En el test de los 100.000 de AUTOBILD.es le dimos la máxima puntuación, y no dejó duda alguna sobre la robustez de la mecánica. Por ello, es normal que en la marca se preguntaran en su día: ¿y si lanzamos un Prius capaz de competir con el Audi A3? El resultado fue el Lexus CT 200h.

Este Lexus lleva la misma tecnología mecánica compuesta por dos motores, solo que ahora se trata de un compacto premium y, en el caso de nuestra unidad, con la pintura metalizada Olympic Gold por 900 euros extra. Un Prius, en definitiva, con un baño de oro por más de 36.000 euros. Un ahorrador bastante caro. Ya desde los primeros kilómetros, este Lexus es un auténtico generador de opiniones divididas. “Una conducción más divertida que en el Prius, con un interior deportivo que conjuga tecnología de entretenimiento con una ergonomía relajante para el día a día”, decía uno de nuestros redactores. Otro, sin embargo, en un principio alababa la rigidez de su chasis, aunque al cabo de unos días criticaba que era “demasiado ruidoso y poco confortable”. También el puesto de conducción ha generado comentarios que van desde “excelente” hasta “confuso”, y la utilización de “funcional” a “catastrófica”.

Opiniones tan enfrentadas que solo cabe un conclusión: aquí se están enfrentando detractores y simpatizantes de la solución híbrida. O dicho de otro modo: este Lexus logró ganar muchos seguidores más... y también algunos simpatizantes de la liga antihíbrida. Por eso, lo mejor será atenernos a los hechos objetivos: es indiscutible que el Lexus CT 200h monta mejores revestimientos y una postura al volante más cómoda que la del Prius, y que tiene un rodar más dinámico. Mientras el Toyota a 120 km/h ya empieza a acusar fatiga, el Lexus empieza a encontrar su nervio a 140 km/h. Esto también implica un aumento del consumo de gasolina, claro. También es indiscutible que el manejo del CT es más complejo, y su visibilidad perimétrica (por sus pequeñas ventanas) menor. Al menos, la cámara trasera proyecta una imagen amplia para ayudar al aparcamiento.

Mejor en las curvas que en viajes largos

Han generado movimientos negativos de cabeza su interruptor de las luces sin iluminar, el manejo de la radio a base de “clic de ratón” o el sistema multimedia. Permite conectarlo al móvil, pero los datos de conexión se borran cada dos por tres al apagarlo, algo que indignó especialmente a otro de nuestros redactores, que apuntó un “¿lo hacen mejor en Toyota?”. Con el paso de los kilómetros, cada vez abundaron más las quejas sobre algunos materiales. Uno incluso los comparó, textualmente, con el interior de un autobús de línea, aunque otros fueron más diplomáticos con el nivel de los plásticos: “para un Toyota bien, para un Lexus mejorable”. Y la verdad es que su elevado precio justifica estas críticas. ¿Realmente necesitaba la clientela habitual de Lexus (madura, de clase alta) un compacto premium? Las bajas ventas del modelo dan la respuesta: en España se vendieron 795 unidades en 2013.

Como vehículo para viajar, cumple a secas por su pequeño maletero (375 litros) y su escaso depósito (45 litros). Y como automóvil dinámico, no colma las expectativas de quienes buscan un coche con tintes deportivos. La dirección transmite poco, el eje delantero es algo revoltoso, el cambio de variador continuo tiene resbalamiento... Realmente, bajo la carrocería de este Lexus está la técnica del Prius y no es la más adecuada para atacar carreteras de curvas. Por eso, sus defensores se han ceñido a sus virtudes naturales: un redactor valoró muy positivamente su conducción en modo eléctrico, y otro fue más allá: “super-silencioso, ¡estar en un atasco es un placer en este coche!”. Claro que en cuanto interviene el motor de gasolina nos recuerda, inevitablemente, a un modelo diésel. Y el CT no ha logrado cubrir nunca los 1,5 kilómetros de autonomía en modo puramente eléctrico que sí consigue el Prius. Fiabilidad total Pero hay que reconocer que, aparte del apartado sonoro, cuando hacemos kick down el propulsor solo merece elogios: corre y corre sin parar, de forma progresiva y con discreción, a lo largo de los 100.000 kilómetros que le henos hecho. Sin fallos. Aquí también permanece el espíritu Toyota y su fiabilidad es absoluta. Prácticamente podemos decir que el único error que ha dado en nuestro test fue el desprendimiento de la carcasa del tirador de la puerta derecha a los 5.896 y 62.524 kilómetros. Solo dos fallos menores, por tanto máxima puntuación, y el tercer híbrido japonés que llega a lo alto de nuestro ranking.

En nuestro comparador de seguros hemos calculado lo que costaría asegurar un Lexus CT 200h de 136 CV. Para calcular el precio, tomamos como referencia un hombre de 40 años, con diez de antigüedad de carné y sin siniestros, que vive en Madrid, utiliza el coche a diario, aparca en un garaje colectivo y recorre hasta 20 000 kilómetros al año. Con estos datos, el seguro a todo riesgo más asequible lo ofrece Nuez, por 351 euros.
Este coste podría ser menor si optas  por una póliza a todo riesgo con franquicia. En este caso, la más barat sería la de Direct Seguros. Cuesta 254 euros con franquicia de 280 euros.

Eso sí, el Toyota Auris Hybrid, con la misma mecánica y un precio menor, se vende mejor. Pero no está bañado en oro...