Prueba nueva BMW F 750 GS 2018: la trail que pega el (es)tirón

Cuando uno prueba un coche o una moto, conviene documentarse mucho primero, conocer de forma teórica todas las novedades que aporta antes de sentarse sobre ella, tener un conocimiento exhaustivo de los elementos tecnológicos que incorpora….y, después, lanzarse al asfalto -y fuera de él, según los casos- para exprimir todas sus cualidades y escribir sobre ellas. Sin embargo, en el caso de las nuevas ‘GS’, todo ha sido un poco al revés: había recorrido muchos kilómetros con las antecesoras, BMW F 700 GS y BMW F 800 GS, y dado que tenía que ‘enganchar’ sobre la marcha a la presentación nacional que hacía la marca por coincidirme con otro viaje… ¿por qué no jugar un poco con las sensaciones y dejarme sorprender? El escenario elegido para esta primera prueba de la nueva BMW F 750 GS 2018 (y de su hermana mayor, la nueva BMW F850 GS 2018) no podía ser más acertado, meteorología mediante: la ciudad de Cuenca y sus alrededores.

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Prueba BMW F 750 GS (15 imágenes)

Los chaparrones torrenciales no estaban invitados a la fiesta, pero ya metidos en harina -y en el traje de agua y de ‘cordura’… para no perderla demasiado a pesar de los aguaceros- nadie estaba dispuesto a que el tiempo la ‘aguara’.

Prueba BMW F 850 GS 2018

Después de todo, si hay unas siglas que pretenden combinar practicidad para el día a día y versatilidad con las dosis adecuadas de espíritu de aventura y diversión, esas son ‘GS’, ¿no?

Por fin, cara a cara

Nada más encontrarme cara a cara con la siete y medio, veo que el faro ha sido totalmente rediseñado pero conserva esa asimetría calculada que tanto se ha resistido BMW a abandonar en las GS de gama media.

Sin embargo, la introducción de la tecnología LED es toda una declaración de intenciones: tecnología, efectividad, sofisticación... y elegancia para la ruta con amigos o para ir elegante a una reunión importante de oficina. Por cierto, los tonos grises y negros de esta unidad acentúan aún más ese atractivo estético en esta trail de cilindrada media. 

Una vez encima, compruebo que hasta una persona de 1,70 m de altura (hombres de no mucha envergadura y mujeres) llegaría perfectamente al suelo, con lo que ya tendría unas dosis de confianza ideales para empezar a manejarse con una motocicleta de verdad que es compatible con el carné A2. Por contra, gente más alta como yo no rodaría con las rodillas demasiado altas ni con la espalda demasiado encorvada. 

Tecnología y conectividad

Doy al contacto -sin llave con el sistema 'keyless' (extra)- y me da la bienvenida una pantalla plana a modo de tablet (otro extra) que se controla con la botonería del puño izquierdo y te permite, además de ver los reglajes que llevas (los modos de conducción Road y Rain son de serie, pero con paquetes superiores puedes tener el Dynamic y Offroad), manejar la conectividad entre tu móvil y tu moto... o, lo que es lo mismo, poder tener a golpe de rueda, junto a los botones del menú, tu música, tu navegador y contestar llamadas.

En esta primera toma de contacto, no me he podido bajar la app pertinente, pero pronto la probaremos a fondo en posteriores tests. 

Es cierto que si buscas una motocicleta para meter casi siempre por terrenos difíciles, preferirías algo más rudimentario y duradero con el paso del tiempo. Sin embargo, el público potencial de esta 750 también es gente que empieza en las dos ruedas. Y, bueno, tanto en coches como en motos, el la conectividad hace mucho tiempo que dejó de ser sólo cosa de jóvenes... 

Bailando (lo justo) bajo la lluvia

A la derecha, al pulsar el botón motor bicilíndrico en línea suma una nueva alegría: el sonido es muy bonito y estira de una forma verdaderamente agradable, en otro salto de calidad percibida que promete muuucha diversión. En modo Road, salgo sin estridencias por una calle empedrada y húmeda en el casco antiguo de la ciudad medieval. Todo marcha perfectamente y, hasta en las cuestas más empinadas, los 77 CV de la nueva F 750 GS cunden mucho más de lo necesario y nunca te quedas 'vendido'. 

Tuerzo hacia la Ciudad Encantada y unos goterones aislados vaticinan un nuevo chaparrón. Como no llevo un scooter sino una trail con aires -muy merecidos- de grandeza, neumáticos mixtos y buena electrónica, dejo la suspensión ESA en Road, pero prefiero pasar del modo de pilotaje Dynamic al de Rain, que para eso está.

Y cuál es mi sorpresa al comprobar que no pierdes prestaciones, sino que, simplemente, ganas suavidad en la entrega de potencia a la rueda trasera, lo que es crucial para regular mejor la salida con firmes deslizantes y, de paso, al no tener que bajar y subir tanto de marcha, también reduces la posibilidad de patinaje. 

El nuevo motor bicilíndrico y en línea de 853 cc, además, se nota que ha crecido también en capacidad de responder desde abajo, con lo que en cuarta velocidad puedes mantener un ritmo tranquilo y constante sin necesidad de cambiar demasiado, con lo que ganas en comodidad, seguridad y consumos.  

Pero, por si fuera poco, esta unidad cuenta con el control de tracción DTC (con sobreprecio), con lo que es fácil irse animando a medida que empieza a descargar fuerte y llegan las curvas más pronunciadas.

Toco los frenos Brembo lo justo y necesario debido a lo deslizante del pavimento, en el que las capas en buen estado se combinan con grietas, socavones acrecentados por la lluvia, grava, asfalto líquido y balsas de agua; y con todo, los discos se muestran muy obedientes, con un tacto suave pero preciso y con la tranquilidad de que llevas ABS de serie.

Entonces, con este inesperado pero oportuno escenario, ves que el chasis -el verdadero protagonista de esta historia de agua, curvas y final feliz- empieza a brillar con luz propia. 

Y remata una combinación de estructura, electrónica y potencia y frenos cuyos resultados me atrevería a decir que no pueden ser, en este segmento, más satisfactorios, dada la sorprendente ligereza y manejabilidad del conjunto. 

La única pega es que en este tipo de situaciones, con lluvia y salpicaduras de barro de otros vehículos, la protección aerodinámica no sea su punto más fuerte, a causa de una pantalla de serie que se queda un poco pequeña. A altas velocidades la cosa algo mejora, porque sus formas están más estudiadas de lo que pueda parecerte en un principio y siempre puedes echarte ligeramente hacia delante (hay espacio suficiente y el asiento también lo permite) para ofrecer menos resistencia al viento y viajar algo más cómodo. 

El enemigo, en casa: dos motos no tan similares

A moto parada, si te subes a la F 850 GS, vuelves a notar que es algo más alta y alargada que la ‘siete y medio’.

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Prueba BMW F 850 GS 2018 (15 imágenes)

Esta diferencia de motor y caballos conlleva unos kilos de más, una conducción rutera algo más desahogada para viajar y, por supuesto, un sobrecoste de 2.300 euros.

Sin embargo, la configuración y el concepto vuelven a ser muy parecidos, con los que tienes que tener muy claro que te merece la pena la 850, porque a lo mejor es preferible optar por la 'pequeña' y 'cebarla' de extras y accesorios para personalizarla en base a tus gustos y necesidades.  

En cualquier caso, para que te termines de decidir, tienes que saber que ambas motocicletas ya se venden en España desde el 1 de junio, con un precio para la nueva BMW F 750 GS 2018 que parte de los 9.798 euros. La nueva BMW F 850 GS 2018 la tienes por un precio que arranca en los 12.098 euros.