Prueba: Mercedes Clase E Estate 2016
Mantener el móvil junto al tirador de la puerta, hacer clic, abrir. Con su nuevo Clase E Estate, Mercedes convierte un Smartphone en llave. Es solo una de la infinidad de novedades que aporta el nuevo modelo. Y lo comprobamos al volante. Prueba: Mercedes Clase E Estate 2016.
Vayamos por partes. Está claro que los de Stuttgart han refinado aún más su modelo, que ahora, con 70 kilos menos, es más ligero a la par que lujoso. El modelo Estate se acerca a la Clase S como nunca lo había hecho antes, porque ha recibido mucha tecnología del buque insignia: cockpit digital, asientos con masaje, doble acristalamiento e incluso Parkpilot, que permite aparcarlo a distancia. También puede montar opcionalmente el asistente de conducción semiautónoma, que funciona hasta los 130 km/h: mantiene la velocidad y la distancia con el coche precedente con una precisión increíble, e incluso cambia de carril.
Esto lo han dicho a los cuatro vientos desde Mercedes, pero hay algo que han omitido: el volumen del maletero se ha reducido, ya que el Estate es ahora 32 milímetros más bajo. Esto le confiere proporciones más deportivas, y lo acerca más al concepto 'lifestyle' que de vehículo de carga. Pero lo que le aporta ahora esta estilosa figura, le perjudica al maletero. En lugar de los 1.950 litros de antes, ahora cubica 1.820, aunque ojo: sigue siendo el mejor valor entre los familiares del segmento 'premium'. Eso no quita que un Skoda Superb Combi, con 1.950 litros, sea bastante más capaz.
Pero en lo demás, Mercedes ha echado el resto. Es nuevo el sistema eléctrico para abatir el respaldo (en una proporción ahora de 40:20:40) también desde las plazas delanteras, igual que la posibilidad de ocultar el gancho de remolque. En la segunda fila la sensación de espacio no es mayor que antes, los pies de alguien alto como yo siguen teniendo que meterse parcialmente bajo el asiento delantero. A partir de diciembre habrá disponible una tercera fila para el espacio de carga, en posición contraria a la dirección de marcha. Algo típico del modelo Estate, que ahora podrá llevar hasta a siete ocupantes, es su confort de marcha en viajes largos. Sobre todo con la suspensión neumática opcional este gigante se desliza con absoluta relajación aislando a los ocupantes, y en modo Sport aporta algo más de dinamismo. Las bonitas llantas de 19 pulgadas, claro, restan algo de confort de rodadura, y con ellas el Air Body Control encuentra antes su límite.
El mejor motor está disponible desde la fecha de inicio de venta, el 17 de septiembre: el nuevo diésel de 194 CV va acoplado al cambio automático de nueve velocidades y por fin le da al Estate el refinamiento de marcha que merece. Es suave a la par que prestacional, y sus 235 km/h encantarán sobre todo a los conductores alemanes y sus autovías sin límite de velocidad. El cambio inserta con una suavidad increíble, y los ocupantes ni lo notan. Todo, con un silencio asombroso. Y es que en Mercedes han puesto un cuidado extremo en el aislamiento e insonorización del habitáculo. Tanto, que incluso la cerradura del portón trasero tiene una sujeción elástica para amortiguar las vibraciones.
Esto viene de serie, pero muchas otras cosas cuestan un dinero extra. Y es que el potencial comprador, si quiere, podrá perderse entre las páginas de la interminable lista de opciones.
Conclusión
Aun con un maletero más pequeño, hay que decir que el Estate es un coche extraordinario con multitud de talentos: polivalente y lujoso, aunque también muy caro. Lo cierto es que en su país de origen, Alemania, la mitad de los compradores del Clase E se deciden por la variante familiar. Un coche genuinamente alemán o, dicho de otra manera, el arma para combatir la imparable tendencia de los SUV. ¿Buscas un familiar? Encuentra el que se ajusta a ti rápidamente en nuestro recomendador.
Valoración
El nuevo Mercedes Clase E Estate mejor en casi todo. Tanto, que se acerca más que nunca a la Clase S. ¿Hemos dicho casi? Efectivamente: en esta prueba del Mercedes
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