Logo Autobild.es

Prueba estática: BMW Serie 8

Aún es un prototipo, y no lo veremos rodando hasta 2018. Pero en esta prueba estática del BMW Serie 8 hemos podido analizarlo a fondo por dentro y por fuera, y nos queda clara una cosa: va a ser el retorno del año... Y tal vez de la década.

En 1989, BMW presentó el primer Serie 8. Ahora, casi 30 años más tarde, estamos ante el nuevo BMW Serie 8. Tengo que decir que, para mí, es sin duda el retorno del año. Ok, aún es un estudio, que BMW llama Concept 8 Serie, pero en 2018, el año próximo, BMW producirá este coche de serie. Nosotros ya nos hemos subido. Prueba estática: BMW Serie 8.

La marca promete que el modelo definitivo estará muy cerca estéticamente de este prototipo. De entrada, queda claro que es un típico BMW. Lo vemos enseguida en su parrilla, formada por dos enormes riñones que, por primera vez, están unidos, no separados, como suele ser habitual. Vemos también unos faros muy rasgados con luces angulosas de LED, que ya conocemos del Serie 5 y el Serie 7. Y en cuanto a las proporciones: zaga corta, morro largo y muy pocos voladizos. 

VIDEO: te contamos todo sobre el BMW serie 8, ¡hasta el precio!

Con este modelo, BMW pretende crear una conjunción perfecta de lujo y deportividad. Y con eso, enfrentarlo al Mercedes Clase S Coupé. Por eso llevará lo máximo que equipamiento que puede ofrecer BMW: no faltarán, por supuesto, las luces láser, el cockpit digital, llantas de hasta 21 pulgadas, frenos carbocerámicos y materiale refinados como cuero, aluminio, Alacántara y carbono. Aún no ha confirmado la marca qué asistentes o sistemas de conectividad llevará, pero damos por supuesto que serán lo más puntero del mercado. 

Como suele pasar en los prototipos, el interior aún no es auténtico del todo. Por eso debo ser muy cuidadoso con los materiales, algunos no los puedo ni tocar. Sin embargo, percibo desde ya también, en el cockpit, esa mezcla de lujo y deportividad. Como es típico en BMW, veo una consola central gruesa, en este caso refinadamente decorada con carbono, el pomo del cambio de Svarowsky, y el mando del sistema Controller revestido en cristal. El volante no será así de serie, porque este no lleva airbag, pero lo interesante está en la pantalla de detrás. Por primera vez en BMW, equipa una instrumentación totalmente digital y, aunque no está confirmado, me permito aventurar que la veremos tal cual en el modelo de 2018. Aparte, aquí se respira mucho lujo, con el aroma del cuero y el Alcántara. El mix de estos materiales, más carbono y aluminio, me parece muy conseguido, y muestra a las claras que BMW pretende entrar de lleno en el segmento de superlujo con este Serie 8 el año que viene. 

El último Serie 8 se despidió en 1999 del mercado. En 2018, BMW lo vuelve a traer a nuestras carreteras, con el punto de mira en el Clase S Coupé. Y puedo adelantar que, como el modelo definitivo herede lo que adelanta el prototipo, estaremos hablando de algo que es mucho más que una versión coupé del Serie 7, sino un auténtico coupé de máximo lujo que no tendrá que esconderse ante lo mejor de la categoría. Por supuesto, aún no tenemos precios, pero si tengo que apostar, diría que partirá de un 840i por algo menos de 100.000 euros, y tendrá una versión tope de gama M8, que podría estar cerca de los 200.000. El Serie 8 sería, por tanto, el modelo más caro de la gama BMW. Igual que lo fue hace décadas el primer Serie 8, aquel E31. Una última cosa: el sonido ya lo hemos oído en un M8 de preserie que ahora mismo está siendo probado por la marca en circuito. Y todo apunta, si nuestros tímpanos no nos engañan, a que podría provenir de un V12. Crucemos los dedos para que así sea...

Valoración

0

Aún es un prototipo, y no lo veremos rodando hasta 2018. Pero en esta prueba estática del BMW Serie 8 hemos podido analizarlo a fondo por dentro y por fuera, y nos

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.