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Prueba: Porsche 911 Carrera. El modelo de acceso es un 911 puro

Lo cierto es que el modelo de acceso a la gama 911 parece hasta discreto en este color blanco. Yo no soy muy de llamar la atención, así que tengo que decir que me gusta esta tonalidad combinada con sus líneas elegantes y limpias, desprovistas de alerones y espoilers. Me pongo al volante para comprobar qué tiene que ofrecer este coche, aparte de una bella estampa. Prueba: Porsche 911 Carrera.

Desde el último facelift, Porsche incorpora la tecnología turbo para poder reducir el tamaño de los motores y aumentar la eficiencia. También suben las prestaciones. La hoja de cifras marca 370 CV y 450 Nm, frente a los 400 CV y 440 Nm del Porsche 911 Carrera S, el último 911 de esta categoría con motor V6 atmosférico. Y aun así, nuestro modelo de acceso lo supera en aceleración: 3,9 segundos para pasar de 0 a 100 km/h frente a los 4,3 del S. Y es que entrega todo su par motor desde solo 1.700 vueltas, que mantiene hasta las 5.000. Eso sí: tarda un poco más en alcanzar los 200: 14,1 segundos, mientras que el S llega en 13,7. Pero eso es algo que no tienen mucha importancia en nuestro país, con sus limitaciones de velocidad.

VÍDEO: Esto pensamos del 911 Carrera

Hay que decir que no se nota demasiado que lleva doble turbo bajo el capó: la entrega de fuerza, homogénea y contundente, es más típica de un bloque atmosférico. 

Así pasa por las curvas

Este modelo lleva las nuevas gomas Pirelli de serie, que proporcionan algo más de grip en los giros que hasta ahora, especialmente en su variante de 20 pulgadas. Pero frente a la versión S, renuncia al chasis deportivo adaptativo y el control de balanceos, así como al diferencial trasero con regulación electrónica.

Prueba del Porsche 911 Carrera
Prueba del Porsche 911 Carrera

Si has conducido el 911 Carrera S, notarás que faltan: este 911 balancea, se inclina y desliza más. Se hace patente, pero nunca llega a hacerlo en exceso. Su comportamiento y agilidad son ejemplares, pero le perjudica el agravio comparativo.


Esta falta de asistentes le hace perder algo de tiempo en las curvas. Lo vemos en los tiempos medidos por el circuito de Sachsenring: el Carrera S hizo la vuelta rápida en 1:35,19 minutos, frente a los 1:35,91 del Porsche Carrera a secas. Son solo siete décimas de diferencia, no nos parecen mucho. Lo que sí mantiene es esa sensación de contacto directo y constante con la carretera, y las reacciones instantáneas de la dirección. 
Donde no admite tacha alguna es en las frenadas: aunque nuestra unidad llevaba los discos de acero de serie, se detuvo desde los 100 km/h en solo 30,4 metros, una marca impresionante. Para pararse desde los 200 km/h, solo invirtió 123,4 metros. 

Valoración

Nota8

Prueba del Porsche 911 Carrera. Es el modelo básico, que monta un motor bóxer biturbo de 370 CV. Sus prestaciones son para quitarse el sombrero: 3,9 s de 0 a 100.

Lo mejor

Sensaciones auténticamente 911 desde el modelo de acceso. Frenadas impresionantes.

Lo peor

No lleva asistentes de sus hermanos mayores, como el diferencial electrónico.

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