Prueba del Omoda5: el SUV chino desembarca en Europa

Ningún otro fabricante chino exporta tantos coches como Chery, y lo lleva haciendo desde 2001. Pero el fabricante de automóviles chino había evitado Europa… hasta ahora: el Omoda5 se lanzará en los Países Bajos en 2023 y luego se extenderá al resto de países. En la primavera de 2024 estará disponible en dos variantes.

Mientras que la industria en general y China en particular aparentemente sólo dependen de los automóviles eléctricos, Omoda todavía sigue apostando con los motores de combustión y, por lo tanto, está siguiendo un enfoque doble. "Hay suficientes clientes en Europa que no necesariamente quieren unirse todavía a la electrificación", afirma el jefe europeo de la marca, Jochen Tüting.

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Diseño

El Omoda5, un atractivo SUV que, con una longitud de 4,40 metros y una distancia entre ejes de 2,63, apunta al corazón de la clase compacta. En términos de precio, probablemente debería estar al mismo nivel que el nuevo Hyundai Kona: unos 27.000 euros. Esto no es sorprendente si tenemos en cuenta que los coreanos están entre sus principales competidores. 

La parrilla del Omoda5 con su patrón de diamantes parece un poco exagerada y los elementos decorativos rojos en las llantas son más propios de un automóvil deportivo, pero el SUV mantiene cierta personalidad. 

El interior no es tan desordenado y “excitante” como suele ser el caso de los chinos. En lugar de llamativas pantallas y aplicaciones lúdicas, tenemos un cockpit digital independiente, casi convencional, y otro monitor para el sistema multimedia, unidos bajo un mismo recubrimiento.

Sorprende es la elegante elección de materiales con elementos decorativos de cristal como hasta ahora sólo hemos visto en marcas premium como BMW. Y a pesar de sus compactas dimensiones, detrás tiene espacio suficiente. 

Motor y comportamiento

El coche también causa una buena impresión una vez en marcha. El tándem formado por un motor turbo de gasolina de 1,6 litros y doble embrague de siete velocidades funciona con tanta suavidad como en un Volkswagen Tiguan, y con unos generosos 180 CV y 275 Nm, el chino tiene suficiente empuje. 

El chasis y la dirección hacen un buen papel, y en general el comportamiento es equilibrado: ni muy duro, ni demasiado blando. 

Equipa muchos asistentes a la conducción, pero desafortunadamente, los sistemas de alerta de carril y de límite de velocidad reaccionan muy nerviosos y suenan demasiado a menudo de forma desagradable.

Las prestaciones no están nada mal: pasa de 0 a 100 km/h en siete segundos, y alcanza una punta de 190 km/h. Y aunque no hemos podido medirlo, parece que el consumo es bastante ajustado: después de la prueba de conducción, en la que lo hemos apretado bastante, todavía se muestran en la pantalla más de 500 kilómetros de autonomía restante; quizás el viejo mundo de los motores de combustión no sea tan malo.

Le seguirán propulsores eléctricos e híbridos

¿O tal vez sí? Por supuesto, en Omoda también saben que, si no el presente, al menos el futuro pertenece a la electromovilidad, y ya han equipado el Omoda5 para ello. Siguiendo el ejemplo del Kona, el crossover también estará disponible poco después de su lanzamiento como híbrido y, por supuesto, también como vehículo eléctrico.

A un precio estimado de poco más de 40.000 euros (en Alemania, en España, el gasolina tendrá un precio de menos de 30.000 euros sin ayudas), se ofrecerá una batería de 48 o 64 kWh y un motor eléctrico de 100 ó 150 kW en lugar del cuatro cilindros. Con un consumo inferior a 15 kWh cada 100 kilómetros, según el fabricante, los chinos esperan una autonomía de 350 o 440 kilómetros y, por tanto, se sitúan en la media del mercado.

Sólo les resultará difícil competir en lo que respecta a la carga. Porque no están previstos más de 11 kW en la toma de corriente alterna y 110 kW en la corriente continua. Al menos no todavía. Más adelante tendrá su propia plataforma eléctrica, una red de 800 voltios y capacidades de carga muy superiores a los 200 kW.