Una tormenta se cierne sobre el circuito de velocidad. Concretamente en el de Jaguar-Land Rover, donde un ocho cilindros sobrealimentado brama como si no hubiera un mañana. Tal vez ya lo hayas intuido. Nos hemos puesto al volante de la última variante del todopoderoso SUV de la marca. Prueba: Range Rover Sport SVR.
La aguja del velocímetro del Range Rover salta hasta los 150 en a recta de 1,8 kilómetros, y aparece de pronto una curva inclinada. Pero claro, estamos hablando de millas, por tanto son 240 km/h. Es curioso estar comprobando el agarra al límite de esta mole en circuito que, si la ponemos en la altura más elevada que permite su suspensión neumática, es capaz de pasar por troncos o escalara pendientes de 45 grados en pleno monte.
Pero aquí se trata de exprimir sus 575 CV, que galopan con un brío abrumador bajo el capó de carbono. Este es de esos coche que responden afirmativamente a la ambiciosa máxima "lo quiero TODO, y lo quiero AHORA". Y es que cuando lo pongo en modo Sport, este Range Rover abandona sus maneras de todoterreno puro y orece unas cualidades dinámicas mucho mayores de lo que nunca hubiera sospechado. El 0 a 100 oficial es de solo 4,5 segundos, la punta llega a los 240 km/h.
Un roadster, pero en grande
Y ojo, que no estoy al volante de un ligero roadster, precisamente. Es una bestia de 2,3 toneladas con 10,1 metros cuadrados de superficie y 2,90 metros de batalla. La dirección es muy directa y permite llevar este SUV con una mano, aunque recomendamos poner las dos al volante. Y la tracción integral aporta un grip muy estudiado que permite salir catapultado de las curvas, y evita el temido subviraje cuando estoy dentro de ellas.
Incluso me permite jugar con un leve deslizamiento de la zaga, ya que el ESP varía su actuación en función del programa elegido. Y a diferencia de muchos otros deportivos puros, me permite viajar con mucho confort por carreteras y autovías, gracias a las múltiples regulaciones del chasis. Incluso en ciudad, está mole es muy cómoda.
En parado también se disfruta
Voy acomodado en asientos deportivos cubiertos con cuero Windsor, que agarran bien el cuerpo y al mismo tiempo son confortables. Me rodean los 19 altavoces de un equipo audio Meridian de 825 watios (opcionalmente lo puedes subir a 23 altavoces y 1.700 watios). El equipo multimedia con doble pantalla proviene del Velar.
Conclusión
Ya sabíamos que un Range Rover puede pasar por casi todos los sitios y salir airoso. Ahora, el Sport SVR, también puede pasar por un circuito y hacer sudar al crono. En definitiva, el británico reúne todo lo que genera diversión al volante. Para quien se lo pueda permitir, claro.
Conclusión
Lo mejor
Motor, dirección, cualidades offroad y en circuito, confort
Lo peor
Su consumo no es acorde con los tiempos, y el precio es solo para unos pocos.