Logo Autobild.es

Probamos el Lamborghini Huracán EVO: puro espectáculo y mucha diversión

Si estuvieras sentado a mi lado, me encantaría contarte lo que siento al pisar a fondo. Pero el sonido del V10 rugiendo detrás de mi espalda lo pondría difícil y, probablemente, los 2,9 segundos que necesito para alcanzar los 100 km/h desde parado harían difícil iniciar una conversación. Bienvenido a la prueba del Lamborghini Huracán Evo AWD.

Un coche que es un show. Un precioso coupé que es puro dramatismo. Espectáculo elevado al cuadrado. Frente a la increíble perfección de un Porsche 911, ante la pasión que emana el Ferrari F8 Tributo, el Huracán AWD es como ese amigo excéntrico que siempre da la nota.

Prueba: Lamborghini Huracán Evo Spyder RWD

Y menuda nota: si atendemos al sonido tal cual, es algo indescriptible. Verás: un bóxer seis como el alemán suena gordo, fantástico; el V8 del de Módena... buf, palabras mayores. ¿Pero un V10? Eso es OTRA cosa, al menos para mi gusto.

Pero esto no va solo de sensaciones. En 2013 salió el primer Lamborghini Huracán. Y, llamadme loco, quizá era demasiado... ¿soso? Soso como puede ser un Lamborghini, claro. Puede que demasiado perfecto comparado con lo que teníamos por costumbre.

Eso se solucionó en 2019, cuando llegó el Huracan Evo. El restyling de todo hijo de vecino, para entendernos. Bueno, quizá un poco más, porque se hicieron modificaciones importantes.

Por ejemplo, mejoró su eficiencia aerodinámica siete veces gracias a un frontal nuevo, un difusor rediseñado, a un escape reubicado y un pequeño alerón posterior.

No solo eso: los Lamborghini Huracán Evo como el de este prueba ganaron 30 CV para colocarse en los 640 CV a unas desternillantes 8.000 rpm. La cifra de par llega un poco antes: 600 Nm a 6.500 rpm.

Conclusión: 0 a 100 en 2,9 segundos, 0 a 200 en 9,0 segundos y una punta de 325 km/h. Además, en Lamborghini ofrecen otro dato: la frenada. Un 100 a 0 oficial en 31,9 metros es de locos y, te lo aseguro, un destrozaestómagos cuando tienes que medir un coche de este potencial.

Pero los datos a veces son bastante aburridos. Y más si tienes la llave de un deportivo así en el bolsillo y, además forma parte de la edición limitada Fluo Capsule. Así que vamos a la carretera. Presionar el botón de arranque es parte del show. Levantas una tapa al estilo de un jet de combate y lo que suena no es la turbina de un F18, sino algo mejor.

Prueba del Lamborghini Huracán EVO AWD V10

Se resume en esto: 1, 6, 5, 10, 2, 7, 3, 8, 4 y 9. El orden de encendido de los cilindros. La partitura de una canción que suena a velocidad, que te acelera el pulso.

Bajo el volante tengo un selector de modo: Strada, Sport, Corsa. De menos a más. El primero está bien. Te mueves con agilidad, pero me pregunto para qué demonios quieres activarlo si puedes ir, como mínimo, en Sport. Todo se tensa más; todo es más inmediato...

... y todo suena mejor. Durante los primeros kilómetros voy jugando con los modos hasta llegar a una conclusión: solo debería tener una configuración: Corsa. Levantar el pie del acelerador es maravilloso. Suena como una ráfaga de alguna ametralladora de Bruce Willis en La Jungla de Cristal

La parte buena es que no necesito decirle a nadie eso de "Yippie Ki Yai" (no voy a seguir para no herir la sensibilidad de los más jóvenes: buscadlo por vuestra cuenta. Y sí: se escribe así, me lo ha dicho Google). Si alguien me molesta, un golpecito de gas y me adentro en el hiperespacio.

En autopista circular a 120 km/h es aburrido. Mucho. Un coche pensado para prácticamente triplicar esa velocidad ofrece una estabilidad lineal brutal. También calidad de rodadura, siempre y cuando tengas en cuenta que estamos hablando de la prueba de un Huracán Evo.

Es decir: si pasas por encima de un escarabajo, lo vas a notar. También vas a escuchar el concierto que las 10 guitarras eléctricas a todo volumen están dando detrás de tu espalda.

Luego está el manejo: la pantalla central tiene 8,4 pulgadas y ofrece mucha información, eso es cierto. Pero también lo es que es un dolor de muelas manejarla. Hasta para subir o bajar el volumen tienes que tocar no sé cuántas veces, porque no hay un dial físico.

Total, paso de pantallitas y disfruto de la conducción. Mirar a través de la ventanilla el lateral es un gozo gracias al retrovisor. Su forma y la manera en la que entra en la puerta me parece una obra de arte. Lo miro, y mucho, cuando salgo a una carretera secundaria.

Y lo hago para asegurarme de que no viene nadie cuando voy a adelantar a los vehículos con los que me topo. Vehículos lentos de verdad, no me malinterpretes: la carretera está fría y no tengo ganas de ver, ni siquiera de lejos, el límite de los Pirelli PZero Winter ni lo benévolo que es su chasis.

Y eso que en cierto modo es fácil ir rápido con un Huracán. Subo el ritmo y alguna vez pienso que los discos cerámicos no acaban de trabajar bien... solo para darme cuenta de que llego quizá demasiado rápido a las curvas y que no: que funcionan de maravilla aunque el tacto no sea tan contundente como esperaba.

Pero es un deportivo que te hace mejor conductor de lo que eres. La receta no es sencilla y se resume en cuatro letras: LDVI, que significa ni más ni menos que 'Lamborghini Dinamica Veicolo Integrata'.

Este sistema aglutina información de giróscopos y acelerómetros ubicados en los puntos clave del coche, lo que proporciona información en tiempo real de todo tipo de fuerzas que afectan al coche. 

Con estos datos, un ordenador actúa sobre la suspensión magnética, el control de tracción, el sistema All Wheel Drive, la dirección a las cuatro ruedas y el eje trasero activo... que proviene del Aventador, nada menos.

Más cosas: según avanzo por una preciosa carretera de montaña pienso que la dirección, siendo de sobresaliente, podría ser quizá un poco más precisa y afilada (es más pesada que la del Huracán Evo RWD), aunque supongo que hay que desarrollar un set-up que valga también para que te vayas el lunes a trabajar y salgas airoso del trayecto.

Esto me lleva a preguntarme si alguien que se compre un Lamborghini Huracán Evo va a ir más allá de una conducción simplemente ágil como la que he hecho yo durante la prueba, o sencillamente se va a mover de A a B alegrando el día a todo aquél que se cruce con él. 

Y me temo que la respuesta es la última. Este es un coche muy capaz en circuito, rápido y brutalmente efectivo en carretera abierta y sin duda estéticamente imbatible en trayectos interurbanos, donde sobresale al lado de cualquier coche que se ponga a su lado. Otra cosa es que hablemos del Lamborghini Huracán STO, aunque eso es otra historia...

Valoración

Nota8

Probamos un Lamborghini HUracán EVO AWD con su brutal V10. Además, es la edición Fluo Capsule, lo que añade mayor espectáculo... Una palabra que le sienta genial.

Lo mejor

Estética, sensaciones de conducción, sonido del V10

Lo peor

El tacto del freno podía ser un pelín más contundente, igual que la dirección. El manejo del sistema de infotainment es un drama

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.