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Prueba: Mercedes AMG GT. ¡Al volante de todos (incluido el AMG GT C Roadster)!

Hemos tenido la oportunidad de probar toda la familia Mercedes-AMG GT, del GT C al todopoderoso GT R, pasando por la versión 50 aniversario. Yeah.

Texto: Noemí Alonso

Lo sé. Te hemos hablado en muchas, muchas ocasiones de los Mercedes-AMG GT, “coches nacidos en los circuitos”, como dicen desde la marca. Son potentes, preciosos, amenazadores. Caros, aunque ya te lo imaginarías (echa un vistazo a la lista de precios más abajo. También tienes ahí sus cifras de consumo, un dato que, francamente, dudamos que importe en este tipo de vehículos. Pero bueno, por si acaso).

Una risa nerviosa se te escapa cuando te ponen sus llaves en la mano, las de cualquiera de ellos. Ten en cuenta que toda la familia comparte un motor V8 biturbo de 4 litros con niveles de potencia que empiezan en los 476 CV, así que no es para tomárselo a broma. Especialmente, cuando te dicen que están a tu disposición para rematar la jugada en el Circuito de Bilster Berg, donde el todopoderoso AMG GT R te espera con sus 585 CV. Aunque… vamos a empezar con calma.

Como ya habrás leído las pruebas que realizó mi compañero Enrique Trillo de las versiones Roadster del GT y GT C (las tienes más abajo), yo decido comenzar por el Mercedes GT C Coupé 50 Aniversario, cuyo precio parte de los 197.000 euros (210.000 si lo quieres sin techo). Normalmente, la pintura mate no me gusta en un coche, me parece bastante ‘mafiosa’. Pero aquí infunde respeto. Se combina con aplicaciones en cromo negro y unas llantas forjadas AMG de 19” en el eje delantero y 20” en el trasero. Es espectacular.

Su interior no se queda atrás, con una mezcla de negro y gris, metal y aluminio, superficies brillantes y pulidas… Me dejo caer en los asientos envolventes y aprieto el botón de arranque para que sus 557 CV me saluden con una energía que me sorprende. Echo un vistazo de reojo al velocímetro, con una escala ampliada a 360 km/h (aunque la velocidad máxima es de 317 km/h, según la ficha técnica). No está mal como primera impresión.

En la autobahn, ya imaginarás lo que voy a contarte: ‘abre el grifo’ y el Mercedes-AMG GT C 50 Aniversario acelerará con tal decisión que, sin darte cuenta, habrás agotado las siete marchas de su cambio automático de doble embrague. Lo hace sin esfuerzo, como si estuviera jugando. No me canso de escuchar el sonido que emite el escape, donde dos mariposas de regulación progresiva modulan la sonoridad. Se abren y cierran en función del programa de conducción seleccionado (Comfort, Sport y Sport +, además del Race), aunque su posición también puede modificarse mediante una tecla aparte.

El recorrido hasta el ansiado circuito pasa por una carretera estrecha, llena de curvas enlazadas donde el GT C 50 Aniversario disfruta como un niño. Su largo capó se inscribe en los giros casi antes de que hayas apuntado el vértice con el volante, la carrocería no se mueve, el aplomo y la confianza que proporciona son altísimos. Evidentemente, entran en juego todos los parámetros del tren de rodaje deportivo AMG Ride Control: amortiguación adaptativa regulable, dirección activa al eje posterior (oh, ¿no te lo había dicho? Es propulsión trasera, desde luego…), diferencial electrónico autoblocante, los discos de freno más grandes que hemos visto últimamente, con unas pinzas igualmente masivas… Pero lo que mejora su estabilidad y su tracción en las curvas es una zaga 57 mm más amplia que la de los AMG GT y GT S, lo que permite neumáticos y un ancho de vía mayores.

El tren posterior de ruedas directrices hace que éstas pivoten en sentido contrario o en el mismo que las delanteras, estabilizando el vehículo a altas velocidades o incrementando su agilidad cuando el ritmo es bajo. Porque eso es lo bueno de este coche: puedes ir tranquilo con él y rodará finísimo, sin mostrar impaciencia. Pero cuando pisas el acelerador, el mundo se diluye. O eso creía, hasta que…

Al volante: prueba del Mercedes-AMG GT R en circuito

… Llego al trazado alemán que te mencionaba, cerca de Paderborn, donde amenaza lluvia. Y si las nubes descargan, afrontar algunas de las curvas ciegas de este circuito (una de ellas, réplica del mítico ‘Sacacorchos’ de Laguna Seca) puede ser muy divertido -entiéndase peliagudo-. Pero no. Salimos a la pista e incluso el sol parece brillar tímidamente. Es una bonita tarde germana de finales de verano.

Mis reflexiones se acaban en cuanto ‘abro gas’, siguiendo el pace car del monitor que va delante marcando el ritmo. Maldigo una vez más mi escasa estatura: los asientos tipo bacquet del GT R no se regulan en inclinación o altura y su movimiento longitudinal es insuficiente para que, con mi apenas 1,60 m, pueda pisar los pedales a fondo. Pero no hace falta para desbocar sus 585 CV.

Los primeros giros aparecen enseguida y tiramos el morro hacia los conos que señalan la trazada: la dirección es más rápida que tu pensamiento, igual que el cambio. Basta con rozar las levas y ya habrás pasado a una marcha superior (ojo, que aquí la primera es más larga y la séptima, más corta que en sus ‘hermanos’). Llegarás tan deprisa a los sitios clave que te encontrarás subido al pedal del freno para detener el Mercedes-AMG GT R… aunque es innecesario, ya que la mordiente es brutal desde el primer momento. El rugido en las reducciones es gutural; te hace pensar que los piñones saldrán disparados por el escape. Después, vuelves a acelerar y, rabioso, no te perdona un error si te pasas de listo con el pie derecho. El exceso de fogosidad o apurar más de lo debido se paga con una zaga, ejem, nerviosilla. Por suerte, es obediente hasta el programa Sport + (puedes jugar con el control de tracción, que ofrece nueve niveles posibles para adaptarse al estado de la vía y los neumáticos). Más allá, todo ocurre bajo tu responsabilidad. Un consejo, si me lo permites: ganarás más si vas fino. No te pelees con él, porque saldrás perdiendo.

Al bajar y observarlo de cerca, entendemos por qué está catalogado como “coche de carreras con matriculación para carretera” (es la base del AMG GT4 que se emplea en competición). Obviamos su color verde rana y nos recreamos en los guardabarros ensanchados: de nuevo, unas vías más amplias permiten una mayor estabilidad. También ayuda en este apartado todo el paquete aerodinámico aplicado: faldón delantero y alerón trasero activos, difusor doble, perfil desarrollado específicamente para el modelo… Y el ya famoso sistema Airpanel, con sus 14 lamas.

Si el exterior impresiona, el interior no se queda atrás: el aluminio y la fibra de carbono que hemos visto repartidos por la carrocería continúan aquí, donde el impacto visual está en unas costuras y cinturones en un vibrante color amarillo. Justo el que tiene nuestro próximo protagonista. Aunque en las fotos y el vídeo de prensa es... gris plata. Vaya.

Prueba Mercedes-AMG GT S

‘Desfogarnos’ en el circuito nos ha dejado muy suaves, así que nos dirigimos hacia el Mercedes-AMG GT S, casi amable con sus 522 CV. Más relajados, nos da tiempo a fijarnos mejor en su habitáculo, con el escudo de la división deportiva de la marca grabado en el reposabrazos central, un cuadro de instrumentos específico, una disposición de los botones en la consola que imita la de los cilindros del V8 o un volante de agarre perfecto (la zona de apoyo de las manos es de una microfibra que no desentona en absoluto con el resto de la exclusividad que transmite el interior).

Podemos disfrutar de un trayecto tranquilo, aunque el sistema de frenos de alto rendimiento, con las pinzas en color rojo y los discos de material compuesto, nos señala que podríamos estar sacando mucho más partido a su potencia. Pero esta vez nos apetece aprovechar las bondades de su suspensión adaptativa con regulación electrónica, firme cuando tiene que serlo y suave -eso no significa que sea poco efectiva; quiere decir que sujetará la carrocería igualmente, pero no te saltará los empastes- si de repente encuentras tu lado ‘zen’. Aunque ese relax viene de saber que cuentas con una cifra de caballos muy seria bajo el pie derecho, eso sí.

Mercedes-AMG GT

Que la marca lo catalogue de “modelo básico de la familia” parece casi un chiste, ya que hablamos de un vehículo con 476 CV, motor delantero central, construcción ligera inteligente de aluminio… Pero sí es cierto que, comparado con lo que acaba de pasar por nuestras manos, el Mercedes-AMG GT es ‘la madre’ del grupo, el coche que te lo va a perdonar todo y que aplacará tus ansias de juerga sin dejar que te metas en líos.

Se trata de una versión amable, pero no te dejes engañar, ya que sus números también son de infarto. ¿Considerarías lento un 0 a 100 de 4 segundos? ¿Escasa una velocidad máxima que supera los 300 km/h? ¿Perezoso un propulsor que entrega el par antes de las 2.000 rpm y lo mantiene hasta las 5.000? Pues eso. Estás arropado por la suspensión deportiva AMG y por un diferencial mecánico en el eje trasero. Es el escalón de entrada a una gama cuyo próximo integrante está cerca; adelantó sus líneas el AMG GT Concept que vimos en el Salón de Ginebra, con cuatro plazas y propulsión híbrida. “Podemos prometer que será divertido”, aseguran los responsables de Mercedes. Los creemos.

Gama y precios del Mercedes-AMG GT

Obviando los Mercedes-AMG GT3 y GT4, carreras-cliente destinados a la competición, he aquí cómo se estructura la gama de este modelo.

Mercedes-AMG GT Coupé: Desde 147.100 euros, 476 CV, 630 Nm, gasto de carburante de 9,3-9,6 l/100, emisiones de 216-224 g/km CO2, 0 a 100 en 4 segundos, velocidad máxima de 304 km/h.

Mercedes-AMG GT Roadster: Desde 159.200 euros, 476 CV, 630 Nm, gasto de carburante de 9,4-9,6 l/100, emisiones de 219-224 g/km CO2, 0 a 100 en 4 segundos, velocidad máxima de 302 km/h.

Mercedes-AMG GT S (sólo Coupé, no hay versión Roadster): Desde 169.175 euros, 522 CV, 670 Nm, gasto de carburante de 9,4-9,6 l/100, emisiones de 219-224 g/km CO2, 0 a 100 en 3,8 segundos, velocidad máxima de 310 km/h.

Mercedes-AMG GT C 50 Aniversario: Desde 197.000 euros (Coupé)/210.750 (Roadster), 557 CV, 680 Nm, gasto de carburante de 11,4 l/100, emisiones de 259 g/km CO2, 0 a 100 en 3,7 segundos, velocidad máxima de 317 km/h.

Mercedes-AMG GT C Roadster: Desde 190.750 euros, 557 CV, 680 Nm, gasto de carburante de 11,4 l/100, emisiones de 259 g/km CO2, 0 a 100 en 3,7 segundos, velocidad máxima de 316 km/h.

Mercedes-AMG GT R: Desde 196.150 euros (no hay versión Roadster), 585 CV, 700 Nm, gasto de carburante de 11,4 l/100, emisiones de 259 g/km CO2, 0 a 100 en 3,6 segundos, velocidad máxima de 318 km/h.

No te pierdas

Vídeo 360: Vuelta rápida del Mercedes-AMG GT R por circuito

Texto: Enrique Trillo

En este prueba de los nuevos Mercedes-AMG GT Roadster y GT C Roadster te invito a que descubras las principales novedades que presenta este modelo. Y puedo decir que he sido de los pocos en tener la suerte de conducirlo, porque solo seis periodistas españoles hemos tenido la ocasión de poder asistir a la presentación internacional del nuevo roadster de la marca de la estrella. Esto ya da una idea de lo exclusivo que es este modelo.

Permite que comience hablando del modelo de 'acceso a la gama' y más adelante te cuento los detalles de la variante GT C Roadster.

Mercedes-AMG GT Roadster

Esta versión descapotable del Mercedes-AMG GT coupé pesa 55 kilos más (1.670 kg). Este incremento de peso no solo se debe al mecanismo de la capota eléctrica de lona, sino que su carrocería de aluminio ha sido reforzada para ofrecer una mejor rigidez.

Estéticamente el AMG GT Roadster se caracteriza por la parrilla frontal denominada Panamericana, cuyas láminas verticales son iguales que las que lleva el Mercedes-AMG GT R coupé. También toma prestado de este modelo el sistema de regulación activo de aire Airpanel, que consta de lamas verticales, ocultas en la sección inferior del faldón delantero, cuyo objetivo es garantizar la refrigeración adecuada del motor o lograr una mejor aerodinámica, en función de las necesidades.

Lo que sí es novedad absoluta en esta versión descapotable del AMG GT Roadster es la tapa del maletero, que está fabricada en materiales ligeros compuestos (SMC) y fibra de carbono. Con esta pieza no solo se logra que el peso del vehículo no se dispare, sino que se consigue que el centro de gravedad sea lo más bajo posible.

El techo de lona está disponible en tres colores (negro, beige y rojo) y cuenta con un sistema de plegado en forma de Z. Así, el maletero no ve afectada su capacidad cuando se pliega. Tarda solo 11 segundos en abrir o cerrar y se puede hacer esta operación a una velocidad de hasta 50 km/h.

Está equipado con un motor V8 Biturbo de 3.982 cc con 476 CV de potencia y 630 Nm de par entre 1.700 y 5.000 rpm.

Va unido al cambio AMG Speedshift DCT de siete velocidades, que es de tipo transaxle, es decir, que va colocado junto al eje trasero.

Si quieres comparar la estética del AMG GT C Roadster con el AMG GT R, no dejes de ver esta galería:

Las prestaciones son realmente buenas, porque acelera de 0 a 100 km/h en 4,0 segundos y tiene una velocidad máxima de 302 km/h. ¿Te interesa saber lo que gasta? A sus posibles compradores seguro que no, pero ahí va el dato: 9,4 l/100 km.

Dispone del AMG Dynamic Select, que cuenta con tres programas de conducción, C (Confort), S (Sport) y S+ (Sport plus), además del modo I (Individual). En las distintas posiciones elegidas se modifican parámetros como la respuesta del motor, el cambio, el tren de rodaje, la dirección, el ESP y la tracción integral.

Interior del AMG GT Roadster

En el interior una de las novedades es que los asientos Performance (que te recomiendo totalmente, aunque en viajes largos -en esta primera toma de contacto por las carreteras del condado de Arizona en EEUU he recorrido más de 500 km- se pueden llegar a hacer muy duros) pueden estar equipados por primera vez con el conocido sistema Airscarf (bufanda de aire, que sopla aire caliente a tu nuca para que puedas conducir descapotado incluso en las épocas más frías).

Además, en lo relativo a la conectividad, se ha creado el AMG Track Pace, que es un añadido del sistema Comand Online y convierte tu iPhone en una especie de centralita de telemetría y te ayuda a mejorar tu estilo de conducción en circuito.

¿Qué elementos añade el Mercedes-AMG GT C Roadster?

Antes de nada hay que aclarar que hasta este momento no existía en España el AMG GT C en versión coupé (sí en el resto de Europa), pero tras la llegada del Roadster también se va a comenzar a comercializar con carrocería coupé.

Además de esto hay que hacer una puntualización: se posiciona por potencia entre sus hermanos con carrocería coupé el GT S y el GT R.

Monta el mismo V8 biturbo, pero con 557 CV de potencia, es decir, 35 CV más que el GT S y 28 menos que el GT R. Como es lógico, al incrementar la potencia, también mejoran las prestaciones: acelera de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos (0,3 segundos más rápido) y su velocidad máxima es de 316 km/h, así que no te dejes engañar por el cuadro de mandos tarado a 360 km/h... El consumo, en cambio, se ve incrementado en dos litros: gasta 11,4 l/100 km.

En el apartado estético se diferencia por montar un eje trasero más ancho. En total gana 57 milímetros de ancho si lo comparas con el GT Roaster normal y alcanza, por tanto, la misma anchura que el radical AMG GT R coupé.

A diferencia del GT Roaster, el GT C añade eje trasero direccional, que funciona con la misma filosofía que en su rival por antonomasia, el Porsche 911 Turbo, es decir, que a baja velocidad la ruedas posteriores giran en el sentido contrario que las delanteras para permitir una mejor agilidad y cuando se incrementa el ritmo lo hacen en el mismo sentido para aportar una mayor estabilidad.

Además, el GT C suma el control electrónico del diferencial trasero autoblocante y al programa Dynamic Select, que incorpora una posición extra denominada Race (permite cambios todavía más rápidos y un sonido más deportivo para conducción en circuito) añade el AMG Ride Control, que permite modificar la dureza de la suspensión automáticamente.

Otra de las ventajas del GT C rodaster es que viene de serie con discos de freno carbocerámicos, que son más grandes en el eje delantero: 390 mm en lugar de los 360 del GT Roaster 'básico'; así como con el sistema de escape Performance (opcional para el Mercedes-AMG GT Roadster), que cuenta con dos mariposas de escape con regulación progresiva en función del programa de conducción seleccionado: en Confort y Sport, la sonoridad típica de los motores V8 presenta un ajuste confortable; en el modo Sport+ y en Race es mucho más evidente.

Cuando vas en marcha sorprende comprobar cómo gana velocidad, da la sensación de que los tramos rectos no existen, porque enlazo curvas tan rápido que tengo la sensación de que el volante no va recto en ningún momento. ¿Fantástico, no? Bueno, impresiona, sí. Pero los 1.735 kilos que pesa este AMG GT C Roadster se hacen notar. Me da la sensación de que le falta cierta agilidad y la dirección se nota un tanto pesada. Eso sí, se nota que apenas hay diferencia en rigidez respecto a la versión coupé

Precios del Mercedes-AMG GT C Roadster

Mercedes-AMG GT Roadster - 159.200 euros

Mercedes-AMG GT C Roadster - 190.750 euros

Si quieres comparar este modelo con el resto de su competencia o dudas cuál es el más acertado, te recomiendo que pases por nuestro recomendador de vehículos. Saldrás de dudas.

Valoración

Nota9

Hemos tenido la oportunidad de probar toda la familia Mercedes-AMG GT, del GT C al todopoderoso GT R, pasando por la versión 50 aniversario. Yeah.

Lo mejor

Las sensaciones que proporciona al volante, sus prestaciones y una estética que no deja indiferente.

Lo peor

Saber que nunca llegaré a tener uno en mi garaje, dado su importe...

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