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Prueba del Aston Martin DBX707: potencia y diversión, sin perder la clase

Prueba del Aston Martin DBX707

Sergio Ríos

Nos ponemos a los mandos del rey de los SUV de lujo

Tener la ocasión de hacer una prueba del Aston Martin DBX707 es algo especial. No todos los días puede uno ponerse a los mandos de un coche anunciado como ‘el SUV de lujo más potente del mundo’. Por ello, nos hemos desplazado hasta Cerdeña para comprobar si realmente es un modelo tan sorprendente como promete.

Para esta creación, Aston Martin ha cogido a su SUV, que lleva con nosotros desde 2020, y lo ha llevado más allá. El resultado es un coche con 707 CV de potencia y 900 Nm de par motor, y eso son palabras mayores. Solo para poneros en perspectiva, un Porsche Cayenne Turbo GT rinde 640 CV y un Lamborghini Urus tiene 650 CV.

Pero reducir todo a estas cifras sería simplista, ya que hay mucho trabajo detrás de este nuevo todocamino. La firma británica ha realizado todo tipo de cambios sobre el modelo base, como reforzar el chasis y aumentar la rigidez en el paso por curva con el nuevo sistema de control eARC

Eso sí, esto no es lo único. La suspensión es ahora un 55% más rígida y se ha colocado un diferencial electrónico de deslizamiento limitado capaz de manejar una mayor cantidad de par sin que eso afecte a su durabilidad. Todo suma, más aún cuando intentas crear un SUV de lujo especialmente prestacional.

En cualquier caso, esta es solo la punta del iceberg. Hay novedades por todo el coche y eso es algo que noto desde que echo el primer vistazo sobre él. En el diseño del Aston Martin DBX707 destacan muchos detalles, pero el principal es la parrilla. Es un 27% más grande que en el modelo normal para mejorar la refrigeración del motor y esto aporta un aspecto diferenciador al frontal.

Aquí además hay otros puntos que mencionar. Por ejemplo, hay unas nuevas entradas de aire en los laterales pensadas para refrigerar los frenos carbocerámicos de 420 mm delante y 390 mm detrás. Además, veo un splitter de fibra de carbono colocado para mejorar la aerodinámica de este SUV. 

Según la firma, han tratado de compensar la pérdida causada por elementos como la parrilla sobredimensionada. Por ello, también hay añadidos aerodinámicos en los faldones y en el alerón, como una extensión colocada sobre el original. En esta zona, además, me llama la atención la parte inferior, donde se ha colocado un nuevo difusor.

También en esta parte se ha situado un paragolpes rediseñado en el que se pueden ver dos salidas de aire en los laterales. ¿Su función principal? Liberar parte del calor del diferencial y del nuevo sistema de escape de acero inoxidable, que cuenta con cuatro salidas en el DBX707.

Sin duda, estos detalles aportan un nuevo toque al exterior de este SUV y lo diferencian de la versión convencional. Eso sí, no ocurre lo mismo en el habitáculo, donde no hay apenas cambios. Solo destacan las tapicerías de estilo deportivo y una consola central que ahora incluye un selector con una superficie táctil para manejar varias configuraciones y modos de conducción.

En cualquier caso, el interior del Aston Martin DBX707 no necesita de cambios y este es un coche enfocado al rendimiento, razón por la cual casi todos los trabajos se han enfocado en esa dirección. Ahora bien, ¿han logrado el objetivo? Solo hay una forma de comprobarlo.

Arranco el motor y me echo a las carreteras de Cerdeña, que están especialmente vacías en esta época del año. En verano, se trata de un lugar rebosante de turistas, pero ahora reina la calma y es posible disfrutar de las distintas carreteras a bordo de un coche como este. Hay mucho que comprobar, pero prefiero empezar con calma.

El Aston Martin DBX707 cuenta con los modos de conducción ‘GT’, ‘Terrain’ -para zonas de tierra-, ‘Sport’ y ‘Sport+’. Selecciono el primero para iniciar mi ruta y surge un problema unos minutos después, pero no tiene que ver con la conducción: el GPS ha borrado la ruta. Puede ser un fallo puntual, así que lo reinicio y vuelvo a empezar, pero sigue fallando varias veces más a lo largo del día.

En el modo Terrain, la suspensión se eleva para conducir por caminos de tierra.
En el modo Terrain, la suspensión se eleva para conducir por caminos de tierra.

Sin duda, es una incomodidad, pero la única que noto. Más allá del funcionamiento del sistema de navegación, me sorprende la suavidad del coche al llevar una conducción relajada. La potencia se entrega de manera progresiva y el tacto no es brusco en absoluto. 

De la misma forma, la dirección se siente blanda y las sensaciones al volante son muy similares a las de un SUV enfocado al día a día. Lo único que delata la mayor deportividad de este coche es la suspensión -recuerda, es un 55% más rígida- pero todo queda en una leve molestia al pasar por algunos resaltos.

De la suavidad al carácter

Eso sí, en cuanto decido llevar la prueba del Aston Martin DBX707 a otros límites, la cosa cambia. Selecciono el modo Sport+ y activo el modo manual del cambio automático de nueve relaciones para comprobar las verdaderas cualidades de este modelo. De repente, el sonido del motor gana fuerza y la respuesta se vuelve mucho más inmediata.

En apenas un momento, comprendo que este no es un SUV convencional, por mucho que me haya intentado convencer hace unos instantes. El motor sigue siendo un V8 biturbo de 4 litros de AMG, pero ahora cuenta con unos turbos más grandes y un nuevo mapa motor que permite alcanzar las cifras de potencia y par que tanto definen a este todocamino deportivo.

El resultado es un paso de 0 a 100 km/h en 3,3 segundos y una velocidad máxima de 310 km/h. Esto, en un coche que pesa 2.245 kg es sorprendente, pero lo es aún más cuando te encuentras tras el volante y te dispones a tomar curvas. Es en ese momento en el que me cuesta creer que esté en un coche de este tipo, ya que su respuesta es la de un modelo mucho más ligero.

Prueba del Aston Martin DBX707

Bueno, en esencia, pesa menos. Es 40,5 kg más liviano que un DBX normal, de hecho. Pero esa no es la causa de esa sensación de ligereza, sino todo el trabajo realizado bajo la carrocería para conseguir un comportamiento propio de un coche deportivo.

Por supuesto, no lo es en el sentido más estricto de la palabra, ya que es un SUV, pero en marcha lo disimula. Solo queda delatado en las frenadas, cuando realmente noto el peso desplazándose hacia delante. Aun así, el conjunto de frenos carbocerámicos es capaz de parar el DBX707 sin problemas, aunque su rendimiento varía notablemente en función de la temperatura.

Sea como fuere, lo cierto es que no puedo evitar sentirme satisfecho al volante de este todocamino. Su dirección es precisa, el balanceo de la carrocería es prácticamente nulo y la respuesta del motor es sorprendente, especialmente a partir de las 3.500 rpm. Además, gracias al nuevo ‘embrague húmedo’ de la caja automática, los cambios de marcha son inmediatos.

Prueba del Aston Martin DBX707

Tras probar el Aston Martin DBX707, sé que no es un coche con una velocidad y una aceleración que te ‘asuste’, pero Aston Martin asegura que la idea era explorar los límites de la plataforma, sin perder el refinamiento. Siempre se puede ir más allá, pero el resultado es una buena combinación entre emoción y practicidad. Eso define al actual rey de los SUV premium. ¿Quién le arrebatará la corona?

Valoración

Nota8

Viajamos a Cerdeña para realizar la prueba del Aston Martin DBX707, el rey de los SUV de lujo en cuanto a su potencia. ¿Es tan sorprendente como promete?

Lo mejor

Respuesta del motor, agilidad en marcha y suavidad en modos no deportivos

Lo peor

Funcionamiento del navegador y del sistema de infoentretenimiento, así como la respuesta de los frenos

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