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Prueba del Aston Martin DBX. ¿Quién dijo SUV?

El segmento SUV lo devora todo, y marcas que parecían reticentes a estos modelos, han acabado pasado por el aro, como Lamborghini, Bantley y ahora... Aston Martin con el DBX. Nos hemos puesto al volante

El Aston Martin DBX es, probablemente, el automóvil inglés más importante de 2020. Y realmente lo es ya solo por su diseño. Como un coche auténticamente deportivo, solo que con la carrocería elevada. 

Pero las formas del primer SUV de Aston Martin no son lo único que remiten a un bólido de raza. Su conducción se corresponde con esta denominación, tal y como hemos podido comprobar al volante en esta primera toma de contacto. 

VÍDEO: Prueba Aston Martin DBX, el SUV del Agente 007

 

Así se mueve

Si el objetivo de Aston Martin era poner sobre el asfalto el SUV con el mejor comportamiento posible, solo podemos felicitarlos: los británicos lograron su objetivo. Especialmente impresionante es lo pequeño que se siente el DBX cuando te sientas al volante.

El comportamiento en asfalto es, sencillamente, inmejorable
El comportamiento en asfalto es, sencillamente, inmejorable

Y eso que tiene una longitud externa de nada menos que 5.039 milímetros, con lo que el DBX es solo un palmo más corto que un Bentley Bentayga. Pero su conducción recuerda más a la de un familiar deportivo que a la de un SUV grande.

Alabado sea el V8

Con el par motor masivo de 700 Newton metros proporcionado por el biturbo V8 de cuatro litros tomado de AMG, el DBX sale disparado cuando hundes el pie derecho como si pesara una tonelada menos. 

Bajo el capó lleva un portentoso V8. ¡A estos motores les queda mucha vida!
Bajo el capó lleva un portentoso V8. ¡A estos motores les queda mucha vida!

Pero lo más increíble es cuando giras el volante por primera vez. Donde otros SUV luchan contra la física y el talento del piloto se pone a prueba una y otra vez, el DBX se mantiene en su trayectoria con una relajación sorprendente, casi despreocupado.

Y es que sigue fielmente las instrucciones de su piloto, sin que tengas que corregir el ángulo del volante ni un solo grado. Y la diversión continúa en este circuito de prueba: la siguiente curva es más rápida de lo esperado, esta vez en la otra dirección. ¿Balanceo? Nada. ¿Contrabalanceo? No, sir.

¿Dónde está el truco?

El DBX parece desafiar la física, por un lado, y el concepto SUV, por el otro. Porque, simplemente, hace lo que el conductor quiere. ¿Cómo funciona? Esto no es cuestión de magia, pero sí de mucha tecnología.

La suspensión neumática de tres cámaras, los amortiguadores electrónicos adaptables y un sistema de control antivuelco eléctrico de 48 voltios (eARC) son los que obran el milagro de que los kilos del DBX “desaparezcan”.

Y al salir del asfalto…

Finalmente, damos una vuelta en el circuito todoterreno. Por resumir: las virtudes ‘offroad’ del DBX lo llevan más lejos de lo que la mayoría de sus propietarios intentarán.

¿Un Aston Martin por un camino de barro? A hora sí que lo hemos visto todo
¿Un Aston Martin por un camino de barro? A hora sí que lo hemos visto todo

Pero lo realmente sorprendente es lo cómodo que permanece el DBX. Firme como una tabla en todo momento, que no es lo mismo que duro como una tabla. Digamos que es algo así como el somier de láminas más caro del mercado. Ninguno de los competidores de esta liga puede hacer eso.

Conclusión

No existe otro coche como el DBX, a pesar de la gran competencia. Se siente liviano, tiene talentos asombrosamente dinámicos y el poderoso V8 de AMG. Y también puede salirse del asfalto con garantías. ¿Precio? Casi 200.000 euros. No todo iba a ser bonito en esta historia…

Valoración

Nota8

El segmento SUV lo devora todo, y marcas reticentes a estos modelos, han pasado por el aro, como Lamborghini, y ahora, Aston Martin con el DBX. Esta es la prueba

Alternativas a Aston Martin DBX

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