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Todo lo que debes saber sobre el filtro de partículas

Aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre el filtro de partículas. Si no puedes o no quieres comprarte un coche eléctrico y tienes uno de esos viejos diésel que contaminan un montón, pero quieres estropear la atmósfera lo menos posible, lee con atención este práctico sobre el filtro de partículas diésel su reparación y mantenimiento.

¿Sabes qué es el filtro de partículas? ¿Qué hace por tu coche? ¿Qué problemas sufre a lo largo de su vida útil? ¿Cuándo y cómo hay que cambiarlo? ... Tranquilo, en este práctico te lo contamos todo.

El filtro de partículas es el más importante a la hora de hacer de tu sucio diésel un vehículo poco contaminante, pero trae más de un quebradero de su cabeza y no solo por su conservación.

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Para empezar, los robos. A muchos les pasa como a mi padre, la semana pasada, a quien le robaron el filtro de partículas en un parking en superficie en el que dejó estacionado su coche solo una hora. El ladrón, seguramente es mecánico experimentado que luego le ha colocado su filtro a otro coche sin que su dueño quizá ni conozca su procedencia. Como puedes ver en las fotos de la galería sobre filtros de partículas robados, los cacos suelen tirar más bien de serrucho en estos casos, aunque en esa ocasión se lo desmontaron sin romper nada.

Pero mejor ir al grano, porque puede que no te hayan quitado el catalizador y circules por ahí sin él igualmente. ¿El motivo? Que si no se mantiene el filtro de partículas convenientemente, se puede llegar a fundir cuando alcance gran temperatura y luego el movimiento y el calor hacen que el monolito pueda llegar hasta a desaparecer. En todo caso, antes y durante muuuucho tiempo, tu coche habrá estado expeliendo unas nubes de humo negro parduzco que son difíciles de no ver, al menos, desde detrás.

¿Qué es el filtro de partículas diésel?

El filtro de partículas diésel, conocido también como FAP o DPF es un dispositivo ubicado en el tubo de escape que se encarga de retener en sus paredes porosas las partículas que generan los motores, sobre todo los diésel, para reducir el nivel de emisiones de estos coches. Una vez el filtro está lleno de esta carbonilla, él mismo se encarga de incinerarlas a través de la famosa regeneración.

Los períodos de regeneración del filtro de partículas varían en función del uso del vehículo, pero se sitúan entre los 400 y 800 kilómetros. Para ello, el motor inyecta más cantidad de combustible para aumentar los gases de escape a la temperatura de autoincineración de las partículas, 550 ºC.

Durante las regeneraciones, los consumos se incrementan ligeramente y el sonido del motor puede aumentar levemente.

En el siguiente vídeo encontrarás su funcionamiento totalmente detallado:

Actualmente, prácticamente la totalidad de los vehículos diésel nuevos que se comercializan en Europa equipan este dispositivo anticontaminación, pero es a partir de 2006 cuando entra en vigor la normativa Euro 5 cuando empieza a estandarizarse, y en la Euro 6 es de total obligatoriedad el uso del filtro de partículas en vehículos de gasóleo.

Síntomas de que algo falla en el filtro de partículas

La mayoría de los conductores se enteran de que hay un problema al encenderse el testigo del filtro de partículas.

A veces, la causa es que el monolito se ha llenado de hollín a pesar de que tienen un sistema de autolimpieza y que, por tanto y según afirman algunas marcas, no requieren mantenimiento.

Y es verdad, porque habitualmente y sin que el conductor lo perciba (según modelo y fabricante), se produce una regeneración de este componente cada 200 kilómetros. Sin embargo, para poder autolimpiarse, el filtro de partículas necesita que se den unas condiciones.

Durante este proceso, los depósitos de hollín en el filtro de partículas se incineran gracias a la elevada temperatura de los gases de escape, y el filtro queda despejado, aunque siempre quede algún depósito que hace que, al final, tenga que ser sustituido por uno nuevo.

Sin embargo, la mayoría de los problemas vienen prematuramente debido al exceso de trayectos cortos y continuados con los diésel en los que no se alcanza la temperatura necesaria para quemar el hollín (600 ºC) o bien solo se llega a ella por breves espacios de tiempo.

Las averías del filtro de partículas

El principal causante de averías en el filtro de partículas, pero no el único, es la conducción en ciudad (cómo reducir las emisiones en ciudad).

Al no poder circular a elevadas revoluciones y no respirar adecuadamente, se congrega un mayor nivel de carbonilla en el filtro y los trayectos cortos (comunes cuando nos desplazamos por ciudad) no ayudan a que se pueda realizar adecuadamente la regeneración, un proceso que requerirá de entre 15 y 20 minutos.

Una vez se obstruye el filtro de partículas sin que el sistema pueda limpiarlo, saltará el testigo 'check engine' y el motor perderá potencia, por lo que deberemos acudir a un taller para tratar de ordenar una regeneración forzada con el equipo de diagnosis.

No siempre es posible y la reparación de esta avería supondrá una elevada factura en el taller.

Aunque no circulemos por ciudad, la conducción a velocidad baja, generalmente por debajo de las 2.000 rpm, ocasiona que no se pueda regenerar el filtro y tendremos el mismo problema. Por ello, se recomienda salir a autovía cada 1.000 kilómetros y circular durante 30 minutos a 2.500 rpm. Se puede aumentar el régimen a 3.000 rpm y reducir el tiempo a 15 minutos.

Otro de los fallos que encontramos en el filtro de partículas es que se obstruyan los conductos que unen la entrada y la salida del filtro con el sensor de presión diferencial, un dispositivo encargado de avisar a la unidad de mando si el filtro está limpio o atestado. Si esto ocurre, la centralita ordenará regeneraciones en exceso o a no realizarlas, con la consiguiente avería.

Mantenimiento y consejos

Como tal, no existe una mantenimiento que pueda realizar el conductor para el filtro de partículas, pero sí unos consejos que facilitarán que se puede alargar la vida útil de este dispositivo. Lo más lógico es no apagar el motor mientras se realiza la regeneración. Para detectar que lo está haciendo sin contar con un testigo específico, es verificar el sonido del motor y comprobar si aumenta el consumo instantáneo.

Debes prestar atención al lubricante que utilices, ya que los vehículos equipados con filtro de partículas emplean uno específico Low Saps (bajo en cenizas, fósforo y azufre), preparado para soportar la suciedad que produce el aceite cuando se inyecta más carburante del necesario para la regeneración. Además, trata de respetar el plan de mantenimiento estipulado por el fabricante.

Ya lo hemos indicado antes, así que evita los trayectos cortos ya que el motor no alcanza la temperatura ideal de funcionamiento y no se facilita la regeneración. Recuerda que el filtro requiere de 550 ºC para poder limpiarlo. Sal de vez en cuando a carretera y aplica la fórmula antes indicada: 30 minutos a un régimen de 2.500 revoluciones o 15 minutos a 3.000 rpm, una buena fórmula para autoregenerar nosotros mismos el filtro de partículas.

Productos limpiadores del filtro de partículas

Esta operación de limpieza del filtro de partículas suele costar entre 100 y 200 euros (incluyendo el desmontaje y el tiempo de mano de obra necesarios en algunos casos), algo mucho menos costoso que la sustitución, aunque en ese caso hay que dejar el coche entre uno y tres días en el taller. Hay productos más baratos (por unos 40 euros) que actúan al echar un aditivo en el tanque de combustible, como sucede con el de Meca-Run Eco 10.000 Diésel, que se añade por medidas y es capaz de limpiar un filtro cuando no está extremadamente atascado. Además, productos como este pueden valer como prevención cuando el componente se acerca al final de su vida útil.

Hay otros limpiadores del filtro de partículas diésel que  se aplican con una pistola a presión a través del hueco que queda al retirar uno de los sensores, en una operación de mecánica rápida que cuesta menos de 100 euros. Sin embargo, para remover hasta el último gramo de ceniza, suele ser necesario desmontar el filtro, ya que así puede limpiarse canal por canal con útiles específicos. Hay variaciones de estos métodos, pero todos los profesionales coinciden en desaconsejar el uso de productos milagro sin contrastar, ya que el filtro de partículas puede alcanzar los 1.500 grados y si hay un agente incompatible adherido al monolito de cerámica, este se puede fundir o resquebrajar. Y eso no tiene solución.

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