Reparar el parabrisas, una solución rápida y económica que salva vidas

Puede que no lo sepas, pero ese chinazo en la esquina de la luna de tu coche al que llevas tiempo quitando importancia puede ser el desencadenante de un accidente o marcar la diferencia entre un siniestro de graves consecuencias o no tanto. Sabemos que nunca es buen momento para acudir al taller, pero la reparación de un parabrisas dañado es una solución rápida y sencilla que puede salvar vidas.

El peligro de la mala visibilidad al volante

Dicen la estadísticas que maneja la Dirección General de Tráfico (DGT) que, en 2022, en España fallecieron 1.145 personas en siniestros de tráfico, siendo la salida de vía uno de los más frecuentes.

En ocho de cada 10 accidentes de este tipo, la mala visibilidad fue detonante o responsable del aumento de la lesividad del mismo. Los fenómenos meteorológicos (lluvia, niebla o nieve) encabezan la lista; pero existen otros impedimentos a la visión que pueden propiciar o agravar una colisión: el estado de las lunas de nuestro vehículo, entre las principales. 

"Una reparación parabrisas es más una actividad obligatoria de prevención de riesgos, que no una mera necesidad estética", advierten los expertos de Carglass. 

Y es que en caso de sufrir un accidente con la luna en mal estado, incluso si solo se trata de un pequeña rotura, se corre el peligro de que esta se fragmente en numerosos pedazos causando lesiones oculares y/o dérmicas en conductor y pasajeros.

Un error que puede salir muy caro

Un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona, concluye que los parabrisas aportan el 30% de la resistencia de la estructura del vehículo. A esto, los responsables de la empresa de reparación y sustitución de lunas añaden que los cristales del vehículo están relacionados con la eficacia del airbag, "ya que parte de los sensores de seguridad de los Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor (ADAS)".

El mismo estudio revela que los parabrisas reducen en un 70% su resistencia si presentan algún desperfecto; por pequeño que sea, como por ejemplo el impacto de una piedra. "Los daños no siempre pueden provenir de una fuente externa; según la DGT, es recomendable cambiar los limpiaparabrisas cada seis meses o al año para evitar que éstos, además de no limpiar, rayen los parabrisas", apuntan desde Carglass.

Por si el riesgo de accidente no es suficientemente persuasivo conviene recordar que Tráfico sanciona a los vehículos con las lunas en mal estado con multas de 200 euros sin retirada de puntos. 

En qué casos es posible reparar un parabrisas dañado

Para determinar si el impacto de la luna sea reparable o hay que solicitar la sustitución hay que tener en cuenta el tamaño y la ubicación del desperfecto. 

• Si  mide más de 26mm (el tamaño de una moneda de 2 euros) o si se encuentra a menos de 2,5 cm del borde del parabrisas, la recomendación es sustituir el parabrisas
• De igual modo, si la rotura dificulta la visibilidad del conductor (a menos de 30 cm de su ángulo de visión), la reparación quedaría descartada.

Además, cabe tener en cuenta el tipo de rotura causada sobre el limpiaparabrisas.

• El llamado ojo de buey no supone un gran riesgo si se repara a tiempo por su tamaño, si presenta micro fisuras sí podría extender la rotura
• De igual modo, si  presenta grietas, la gravedad será mayor, siendo la sustitución la única solución posible

Así se repara una luna dañada

"En la mayoría de los casos, la reparación de una rotura en el parabrisas se realiza en unos pocos pasos", explican los expertos de Carglass.

Tras proteger el interior y el exterior del vehículo para evitar suciedad o desperfectos, la luna debe estar a una temperatura de entre 0ºC y 29ºC, ya que es en este punto donde la inyección de resina surtirá efecto al adherirse correctamente. Antes se debe realizar una limpieza profunda de la zona afectada y, finalmente, secarla y pulirla a conciencia. 

En el caso de la sustitución, el procedimiento es diferente y llevado a cabo en un máximo de 90 minutos, aseguran en Carglass. 

Con el vehículo ya debidamente protegido y las condiciones del nuevo cristal comprobadas, entra en juego el sistema de ventosas del Ezi-Wire (foto superior). Es este un dispositivo mediante el que se retirará el viejo parabrisas y servirá para instalar el nuevo. Después, perfilando el poliuretano que lo sellará al vehículo y aplicando la imprimación en los bordes para un acabado perfecto.