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Fernando Alonso tenía razón, lo mejor estaba por llegar

Alonso celebra la victoria en Le Mans
Dicen que Fernando Alonso ha tomado malas decisiones en su carrera deportiva, no seré yo quien lo niegue, pero también ha tomado algunas muy buenas.

Un día después de la victoria de Fernando Alonso en las 24 Horas de Le Mans, recuerdo una frase que el español repitió en muchas ocasiones allá por 2014. Decía Alonso hace cinco años que lo mejor estaba por llegar, justo cuando dejaba Ferrari para fichar por un ilusionante McLaren-Honda. El objetivo entonces era ganar como lo hizo Senna asociado con ese binomio, pero ya sabemos cómo acabó el proyecto. Sin embargo, ese fracaso dio pie a nuevos objetivos, ambiciones, inquietudes, retos…

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A finales del año 2014 Fernando Alonso repitió una y mil veces aquello de “lo mejor está por llegar”, cuando no se sabía cuál sería su destino tras dejar Ferrari. El español cerraba su andadura en el equipo italiano de mala forma, tras una decepcionante temporada con un coche a años luz de Mercedes y con un nuevo jefe – Marco Mattiacci – con el que nunca congenió. Alonso confió sus ilusiones en un proyecto de McLaren-Honda que tardó tres años no en triunfar, sino en consumarse como fracaso. Fue entonces cuando decidió ‘quemar’ su deseo de ganar alejado de la F1.

Zak Brown, figura clave en el 'nuevo Alonso'

Fernando Alonso y Zak Brown

Encontrar como jefe de McLaren a un apasionado de las carreras convertido en empresario – y no al contrario – como Zak Brown, ayudó a Alonso a tener herramientas suficientes para dar un paso más allá de la Fórmula 1. Gracias a la participación en medio de la temporada 2017 en las 500 Millas de Indianápolis – que cualquier otro jefe que no fuese Brown habría impedido -, Alonso pasó de ser solo piloto de F1 a ser piloto de carreras, y se dio cuenta de que había vida más allá del campeonato donde llevaba una década y media compitiendo.

Siempre con el beneplácito de McLaren – insisto, de no ser por Brown, habría sido imposible – Alonso pudo compaginar en 2018 la participación en Le Mans y el Mundial de Resistencia con la Fórmula 1. A sabiendas de que no tendría un coche competitivo con McLaren en F1, Alonso decidió aprovechar su tiempo en otros lugares desde 2019 y no quedarse en la Fórmula 1 luchando (solo) por un séptimo puesto. Si hubiese seguido en la F1, no habría podido correr las 1000 Millas de Sebring y, por tanto, no habría ganado este domingo el Mundial de Resistencia.

Gracias al costoso fracaso de McLaren entre 2015 y 2018, Alonso buscó otros retos donde crecer como piloto. Se dio cuenta en Indianápolis de que podía enfrentarse a otras disciplinas, disfrutar de nuevos retos y además ser competitivo. Lo confirmó en Daytona posteriormente, en las 6 Horas de Spa, en Le Mans, en Silverstone… y en cada prueba del WEC. Incluso en Indianápolis este año, donde tuvo que exprimir un desastroso McLaren para intentar clasificarse sin éxito.

La F1 se le ha quedado pequeña a su ambición, no hay un coche competitivo para él y, por tanto, debe aprovechar las ofertas que recibe para enfrentarse a nuevos desafíos. Su impecable adaptación, su velocidad y su talento han salido a relucir más que nunca. Ya no le asusta una carrera de 24 Horas, en las que hace año y medio era un absoluto inexperto, ni tampoco rodar a 350 km/h en un óvalo…  como parece que tampoco le asustará enfrentarse a un rally-raid como el Dakar.

Fernando Alonso con el Toyota Hilux del Dakar
Toyota

La segunda victoria en las 24 Horas de Le Mans y la consecución del Mundial de Resistencia 2018/2019 confirman que Alonso ha hecho bien en aprovechar las oportunidades. Ganar aquí no ha sido un regalo: el español ha tenido que batir a un coche idéntico al suyo, a sabiendas de que un mínimo error de conducción o la falta de velocidad habría sido fatal. No estaban Audi, Peugeot o Porsche, ¿hay que quitar por eso mérito al triunfo de Alonso y Toyota? Yo no estoy de acuerdo. No hay duda de que habría sido más divertido con ellos en pista, así como más exigente para cada integrante del equipo Toyota, aunque el resultado final no podemos  imaginarlo. Las circunstancias esta vez fueron así y tanto Toyota como Alonso hicieron lo que tenían que hacer y consiguieron lo máximo que podía conseguir.

Alonso celebra su victoria en Le Mans

Aunque hay quien piensa que esté cerca del final de su carrera, en realidad las aventuras de Alonso fuera de la F1 acaban de empezar. El asturiano se ve 10 o 15 años más en el deporte y eso quiere decir que hay muchos más desafíos y retos por afrontar. Quizás la F1 vuelva a ser una opción en los próximos años, o quizás lo sea el Dakar este mismo mes de enero, o quién sabe si la NASCAR, Indycar o la Fórmula E le llamarán la atención más adelante…

Lo que tengo claro es que tenemos la suerte de poder disfrutar de alguien como Alonso en esta era, tomando decisiones que pocos pilotos tomarían y poniéndose a prueba a sí mismo cuando no tiene nada que demostrar. Ahora más que nunca, como decía Alonso, pienso que lo mejor está por llegar. Yo ya estoy deseando conocer cuáles serán sus próximos planes. ¡Cuánta razón tenías, Fernando!

Imagen: Toyota
 

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