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Viejas leyendas: el Renault 4/4

Renault 4/4
El Renault 4/4 es una de las leyendas más brillantes de la historia de la automoción, hasta el punto de ser el primer utilitario que se fabricó en España, incluso antes que el mítico Seat 600. Vamos a ponernos nostálgicos y a recordar una época que todavía hoy nos pone la piel de gallina.

Aunque muchos lo recuerden como tal, el Seat 600, mito donde los haya, no es el primer utilitario que se fabricó en España. Este honor corresponde al Renault 4/4, un vehículo que tiene el honor de ser considerado como patrimonio de interés cultural. No obstante, el nacimiento de éste tuvo lugar en 1947 en Francia, bajo el nombre de Renault 4 CV, que como en el caso del Citroën 2 CV le debía a su potencia fiscal.

Tuvieron que pasar desde entonces seis años hasta que el automóvil galo comenzara a producirse en España, concretamente en la factoría FASA-Renault el día 1 de octubre de 1953. ¿Y por qué aquí lo llamamos 4/4? Tampoco esperéis un derroche de imaginación, y es que esta denominación no se debe otra cosa que a su número de puertas y al número de plazas de su interior.

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Una de las principales características del Renault 4/4 era que su motor, refrigerado por agua, no estaba situado sobre el eje delantero, lo que permitía un manejo del volante bastante cómodo para la época. No era una dirección asistida, pero sí algo muy llevadero. Hablando del propulsor, se trataba de uno de 747 cc de cilindrada con cuatro cilindros que entregaba una potencia de 21 CV. Asociado a éste teníamos una caja de cambios de tres marchas. ¿Y de sus prestaciones qué podemos contarte? Que podía alcanzar los 90 km/h, una cifra interesante para la época, casi tanto como los menos de 600 kilogramos de peso en vacío de un conjunto que medía 3,63 metros de largo, 1,43 de ancho y 1,47 de largo.

También era especialmente interesante en el 4/4 de Renault la capacidad de su interior, bastante apañada para el tipo de coche que era. Además, la presencia de cuatro puertas permitía un acceso bastante cómodo al habitáculo. Mención aparte también merecían las ruedas, que estaban formadas por cuatro aros metálicos que se atornillaban directamente a los tambores del freno.

Resultaba curioso comprobar también que los Renault 4/4 fabricados en España eran ligeramente diferentes a sus hermanos franceses, con detalles como una mayor cantidad de orificios en la zaga destinados a mejorar la refrigeración del motor. Por desgracia, ni siquiera esto ha hecho que hoy en día queden muchas unidades vivas para que podamos disfrutar de ellas. Desde que cesó la producción del coche en 1959 -aunque en algunos mercados se alargó dos años más- han ido desapareciendo poco a poco del mapa. Como veis, hubo vida antes del 600.

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