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Trolls Royce, el Rolls que no esperabas pero que te encanta

Trolls Royce
Se trata de todo un Frankenstein que monta un motor V8 de 400 CV sobre el chasis de un Silver Shadow de 1978.

En el mundo de las preparaciones hay que andarse con cuidado. Partimos de la premisa de que, mientras que no haga daño a terceros, cada uno puede hacer con su coche lo que le venga en gana. Vale, esto no es tan cierto en España por temas legales y los exquisitos que se ponen en las ITVs con las homologaciones y demás, pero Estados Unidos es la tierra de la libertad en este aspecto. Paseando por sus ciudades no es raro encontrarse con auténticas locuras y la creación de Corbin Goodwin casa a la perfección en esta categoría. Lo llama cariñosamente el Trolls Royce y, definitivamente, no es el Rolls-Royce que te esperabas.

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La base del modelo es un Rolls-Royce Silver Shadow que data del año 1978, que se dice pronto. El típico clásico lujoso que la inmensa mayoría de la gente pensaría en restaurar para que quedase en el mejor estado y lo más parecido posible al día que salió de fabrica. Pero Goodwin no está en ese grupo, él optó por darle una segunda vida al sedán transformado en una bestia devora desiertos.

Mirándolo lo primero que se viene a la cabeza es “le ha puesto un nuevo motor bien gordo”, pero nada más lejos de la realidad. Consideró que el bloque de serie, un V8 de 6,75 litros era n buen comienzo, aunque lo modificó añadiéndole un turbo para subir su potencia hasta los 400 CV. Para lidiar con ellos le implantó una caja de cambios manual procedente de un Ford Super Duty y para redondear, una suspensión de corte deportivo.

No es que sea el sea bonito y, de hecho, con el radiador por fuera parece una suerte de Frankenstein sobre ruedas, pero según Matt Farah, que ha podido conducirlo, va como la seda.

Fuente: TheSmokingTire

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