Toyota presenta el Toyota LQ Concept. Es un coche que se enmarca dentro de la familia "Concept-i", que muestra como la marca japonesa entiende la nueva movilidad del futuro. Es un concepto de coche futurista pero reconocible que acerca al público actual la manera en que Toyota entiende que evolucionará el sector de la automoción. 

Se trata de un concept car con una imagen futurista y tecnológica. Muestra la importancia del diseño gracias a su aerodinámica tipo gota. Una línea de diseño que Toyota lleva incorporando en el Toyota Prius varias generaciones. Con este coche, Toyota quiere mostrar la importancia que tendrá la conectividad en el mundo automotriz.  Quiere mostrar las posibilidades que la tecnología ofrece para relacionar al conductor con la máquina y que va mucho más allá de la simple experiencia de conducción.

Poco a poco los coches se están informatizando. Ya es usual que incorporen pantallas multifunción inteligentes y conectividad a internet continuada. Los fabricantes están empezando a presentar aplicaciones para el smartphone que ofrecen información relativa al coche. El público general, que cada vez es más digital, demanda este tipo de sistemas en el momento de compra de los vehículos hoy en día. El Toyota LQ Concept llega para respaldar esta dinámica de digitalización, y muestra lo que serán las funcionalidades del coche del mañana.

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Gracias a la inteligencia artificial, el coche, que está lleno de tecnología, aprende sobre el usuario final. El objetivo es el de tratar de crear una experiencia completa para el conductor, pero cuanto más personalizada, mejor. La interacción coche-usuario determinará, entre otras muchas cosas, qué clima es el mejor para el cliente en cada momento. Por ejemplo, las luces led de ambiente y la música se adaptan según el nivel de estrés o calma de los ocupantes del vehículo. Para incorporar este tipo de avances, Toyota se ha apoyado en distintas empresas desarrolladoras de software digital.

Inteligencia artificial y ayudas a la conducción avanzadas

El bienestar en el espacio del interior no es lo único en lo que se preocuparán los coches del mañana. El otro punto importante es el de la conducción. Hace tiempo que quedó atrás eso de que el conductor tuviera que manejar el coche sin ningún tipo de ayuda. Ahora mismo en el mercado, la mayoría de coches que se venden tienen un nivel de ayudas a la conducción 2. Son sistemas que apoyan la actuación del conductor, pero es él quien siempre tiene el protagonismo, y por ende, la responsabilidad de lo que suceda con el vehículo.

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Las voces más aventuradas del mundo de la automoción dicen que el futuro será la conducción totalmente autónoma. Esto aún no tiene una fecha clara. Mientras, el nivel de asistencia de la tecnología creada para ayudar a la acción de conducir es cada vez mayor. El Toyota LQ Concept presenta novedades al respecto, y ofrece un nivel 4 de ayudas. En casi todas las circunstancias, el vehículo podrá conducir solo, pero requiere de la presencia del conductor por si tiene que coger los mandos en algún momento.

El Big Data y la conexión con otros vehículos ofrecen un futuro alentador en lo que respecta a la conducción autónoma, pero los fabricantes, ni siquiera en concepto, quieren aventurarse a decir que tienen un sistema así totalmente preparado. 

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