Toyota apostará por los dos: coches eléctricos y también de hidrógeno

La apuesta de Toyota por el hidrógeno va más allá de un simple anuncio. Lo mejor: eso no supondrá la retirada de la carrera por el coche eléctrico. De hecho, la marca japonesa trabaja desde hace unos meses en una nueva plataforma específica para sus vehículos eléctricos, que llegarán en 2026 (espera vender 3,5 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo para 2030).

Si echamos la vista atrás, el empuje de la compañía por los coches de hidrógeno tiene un protagonista que no es otro que el Toyota Mirai, el gran abanderado para lograr un papel fundamental en la estrategia para lograr la neutralidad de carbono.

¿De qué depende el éxito de esta vía a medio y largo plazo? Obviamente, como pasa con el coche eléctrico, por el desarrollo de una cadena de suministro de producción y transporte de hidrógeno a la altura de las necesidades, ya que sin estos desarrollos, un aumento del volumen en el uso de esta fuente de energía no sería posible. 

Y la ausencia de esa infraestructura, obviamente, tiene sus consecuencias: si bien Toyota fue pionera en el mercado híbrido con su Prius, la compañía está tenido dificultades para lograr un éxito similar con su Mirai: esperaba vender 30.000 unidades al año, pero las cuentas no cuadran.

De ahí que haga falta un compromiso global para responder a las necesidades de abastecimiento de los coches con tecnología de pila de combustible. Si bien los vehículos eléctricos se pueden cargar en casa o en estaciones de carga públicas, los vehículos de pila de combustible de hidrógeno requieren estaciones de servicio especializadas que aún no están ampliamente disponibles. 

Mientras llega ese momento, Toyota no deja de desarrollar esta tecnología que puede ayudarla a diferenciarse de otros fabricantes de automóviles que se centran principalmente en vehículos eléctricos.

Las ventajas de un coche de hidrógeno son claras: si bien los vehículos eléctricos han ido ganando popularidad, todavía existen algunas preocupaciones sobre su autonomía y su infraestructura de carga. 

Los vehículos de pila de combustible de hidrógeno, por otro lado, ofrecen autonomías más largas y tiempos de repostaje más cortos. Si Toyota puede superar algunos de los desafíos con la tecnología de pilas de combustible de hidrógeno, podría posicionarse como líder en este campo.

Uno de los últimos movimientos va a ser participar en el próximo Dakar con un buggy de hidrógeno y que correría en la 'Mission 1000', una categoría experimental para vehículos eléctricos, de hidrógeno e híbridos con un rutómetro paralelo y etapas propias, algo más cortas y sin cronometrajes.

Pero los planes de Toyota con el hidrógeno van más allá: también tienen una Toyota Hilux de hidrógeno con una autonomía de 600 km. Para lograrlo, no han dudado en echar mano a la tecnología ya probada del Toyota Mirai. De momento no llegará al mercado, pero indica perfectamente el compromiso de la marca nipona por esta tecnología.