Prueba: Lexus LC 500. Un V8 atmosférico que quita el sentido
Hay quien dice que algunos coches hacen a quienes les conducen. Y a mí, redactor de AUTOBILD, me gustaría ser tan atractivo como el Lexus LC 500. Sus formas, imponentes y angulosas y, sobre todo, únicas, le dan una identidad arrebatadora. ¿Se puede decir lo mismo de su comportamiento? Lo comprobamos al volante. Prueba: Lexus LC 500. Un V8 atmosférico que quita el sentido.
La marca noble de Toyota nos muestra cómo debe ser un deportivo del futuro. La versión híbrida de este modelo es un ejemplo de ello. Pero nosotros nos hemos decantado por el gasolina V8 atmosférico. Somos así de románticos, qué se le va a hacer.
Nada más pisar a fondo el pedal del acelerador de esta cohete con forma coupé, se me pone la carne de gallina. Veamos: 477 CV. Atmosféricos, nada de turbo. Luego, un sonido auténtico, estremecedoramente auténtico. Ocho cilindros en V, cuatro contra cuatro, en todo su esplendor. Lexus renuncia a los motores castrados que tanto se estilan ahora. Es un V8 con todas las de la ley.
VÍDEO: El Lexus LC se atreve... ¡Con un Aston Martin!
Pero hablemos también de lujo, que para estamos en un Lexus. Su interior está magníficamente acabado, y es moderno y atractivo.
Su sistema de control, todo hay que decirlo, no es lo más intuitivo del mundo. La pantalla no es táctil, se maneja con un pad en el que tienes que deslizar los dedos aquí y allá, y pulsar. Y cuando quiero activar la calefacción de los asientos me ofusco, deslizo los dedos hacia la derecha, luego hacia arriba, luego a la izquierda, todo para llegar al menú adecuado... En fin, pienso: ¿A quién le hace falta calentarse las posaderas? Desisto. Mejor me limito a pilotar.
Así (de bien) se conduce
La zona roja del cuenta vueltas empieza solo un poco antes de las 7.000, allí este Lexus me da toda su potencia. Por el carril izquierdo de una autovía alemana, me pongo a 270 m/h sin problemas. Salgamos a carreteras de curvas. Los movimientos son precisos, ataca los giros con mucho margen, la sensación es de aplomo. El empuje siempre está ahí, nunca te deja en la estacada. El sonido que me acompaña es una delicia. Tal vez no tan esplendoroso como el de un AMG, pero sí auténtico, puro.
Cada vez que acelero a fondo siento un hormigueo en la tripa. Y mucha presión en mi espalda. Paso de 0 a 100 km/h en solo 4,7 segundos. No tiene mucho que envidiar a un Porsche 911, digamos, normal. Pero no olvidemos que la concepción de este Lexus está más orientada a Gran Turismo que a un devoracurvas radical. Porque sí, efectivamente: también es bastante confortable cuando ruedas relajado. ¿Alguna pega que ponerle? Pues que es mejor que viajes ligero de equipaje. Su maletero escueto solo cubica 197 litros. Eso es casi equiparable a la guantera de un Renault Scénic.
En nuestro test de consumo hemos apuntado 11,8 litros. Más que el híbrido, obviamente. Pero no olvides que lo hemos llevado con mucha viveza. Y que tiene un V8. Así no parecen tantos, ¿no?
Lexus LC 2016
Modelo
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