El problema del coche eléctrico que casi nadie veía hace cinco años

Cuando se mencionan los principales inconvenientes de los vehículos eléctricos, normalmente se atenden a tres aspectos fundamentales: el precio de los coches, la autonomía y la escasez de puntos de recarga. Sin embargo, en los últimos tiempos ha emergido un nuevo problema del coche eléctrico que casi nadie veía hace unos años.

En teoría, de los tres los inconvenientes mencionados, dos tienen solución: la autonomía y la instalación de más puntos de recarga. A medida que avance la tecnología, los coches eléctricos tendrán más autonomía y la red de infraestructuras para recargar las baterías también aumentará. 

En cambio, el precio no va a bajar. O, al menos, no tanto como algunos auguraban hace años, cuando llegaban a afirmar, incluso, que el coche eléctrico llegaría a costar igual o menos que otro equivalente con motor térmico.

Los vehículos eléctricos son y seguirán siendo caros, porque la producción de baterías seguirá siendo costosa. Y la razón no es otra que los costes de las materias primas necesarias para fabricarlas, como el litio o el cobalto.

Es cierto que se están estudiando numerosas alternativas a las actuales baterías de iones de litio que permitan reducir el precio de los coches eléctricos en el futuro. En este sentido, podemos mencionar las baterías de sodio. No obstante, estas nuevas soluciones todavía están en fase de desarrollo.

Pero, ahora hay un nuevo problema del coche eléctrico que casi nadie veía hace sólo unos años y que puede poner en peligro su avance en el mercado. Se trata del precio de la luz, más cara que nunca, debido al actual contexto internacional, y sin visos de bajar a corto o medio plazo.

El problema del coche eléctrico que casi nadie veía hace cinco años

Hay un hecho que no admite discusión y es que cada vez se venden más coches eléctricos. No sólo en Europa, sino también en España, donde vamos un poco más atrasados que en la mayoría de los países que integran la Unión Europea.

Sin embargo, el coche eléctrico no termina de despegar comercialmente por los motivos anteriormente descritos. Y, por si fueran pocos, ha emergido un nuevo problema como consecuencia de la actual situación geopolítica, cuyo epicentro se encuentra en el Este de Europa, concretamente, en Ucrania.

La guerra entre Rusia y Ucrania ha disparado los costes de las materias primas, pero principalmente los de la energía. Según datos de Eurostat, el precio medio de la electricidad aumentó en 28,4 euros por 100 kWh en la segunda mitad de 2022, frente a los 23,5 euros por 100 kWh del mismo periodo de 2021, lo que se traduce en un incremento del 21,3%. 

Eso en lo que respecta al precio de la electricidad en Europa. Si miramos la situación en España, vemos que el precio de la energía se ha disparado y, más concretamente, el de la luz.  

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el precio medio de la electricidad en enero de 2022 fue de 24,3 euros por 100 kWh, por los 16,5 euros del mismo mes en 2021. Esto supone un considerable incremento de casi un 47%. 

Una importante carga para el avance del coche eléctrico

Como vemos, el precio de la electricidad ha subido notablemente, lo que significa que es necesario pagar más por recargar la batería de los coches eléctricos. Es cierto que también ha subido y mucho el precio de los carburantes, pero ahora se hace más difícil amortizar la enorme diferencia de precio entre un vehículo eléctrico y otro de combustión.

Esto puede tener una consecuencia negativa para el avance de los coches con motores eléctricos, ya que muchos potenciales compradores pueden retrasar su decisión hasta que cambien el panorama o, directamente, abandonar la idea de comprar un vehículo a baterías.

Pero, lo peor es que no hay visos de que el precio de la luz vaya a bajar hasta los niveles de hace unos años. En consecuencia, tener un coche eléctrico se puede convertir en un verdadero problema para una familia media.

Y no parece que la situación vaya a cambiar, porque los motivos que han provocado el aumento del precio de la luz van a seguir existiendo durante más tiempo. ¿Por qué? 

Porque Europa depende energéticamente de terceros. Antes compraba buena parte de la energía que consume a Rusia a un precio más ventajoso y ahora la compra a otros países, como Estados Unidos, a un precio más caro.