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Un piloto de Nascar siembra el pánico en un concesionario

Un piloto de Nascar siembra el pánico en un concesionario

Marcos Teixeira

El piloto de Nascar Jeff Gordon, auspiciado por Pepsi, sembró el pánico en un concesionario al volante de un Chevrolet Camaro. Maquillado para no ser reconocido consiguió que el vendedor que hacía de copiloto acabase al borde del colapso. Pero, ¿era realmente Gordon? Y el vendedor, ¿no era un actor?

Todo transcurría con normalidad, una mañana más en un típico concesionario estadounidense de coches usados. Un comprador como otro cualquiera se acercó, refresco de Pepsi en la mano, hacía un vendedor. Quería comprar un coche, pero antes lo probaría. No obstante, el cliente resultó ser el piloto Jeff Gordon, leyenda viva de la Nascar, quien acabaría por sembrar el pánico en el concesionario, con el vendedor al borde del vómito ante las arriesgadas maniobras del camuflado piloto.

Sin embargo, el anuncio de Pepsi ha sembrado muchas dudas sobre los más escépticos. ¿No se tratará de una falsa cámara oculta? ¿Es realmente Jeff Gordon el que conduce? Y el vendedor, ¿no se tratará de un actor? Lo cierto es que la web Jalopnik ha destapado y dado tanta importancia a los supuestos fallos de este comercial de refrescos con tanto ahínco que parecen, por lo menos, ser fundamentalistas consumidores de Coca-Cola.

El anuncio, que no deja de ser un mensaje publicitario y como tal en él abundan las medias verdades y los mensajes destinados a persuadir a los consumidores, contiene una serie de fallos que un aficionado avispado de los coches no puede dejar pasar por alto. Desde errores varios con el Chevrolet Camaro, puesto que el modelo que se vende pone que es de 2009 y en realidad salió al mercado en 2010 -el volante demuestra que es el restyling-, hasta los problemas legales que suscita una grabación de este tipo, pues las cámaras ocultas son ilegales en la mayoría de los estados estadounidenses y de ahí que la cara del supuesto vendedor aparezca descubierta a diferencia de la del resto de empleados del concesionario.

Las dudas en cuanto a si es Jeff Gordon quien pilota el Chevrolet Camaro residen en su no aparición en ningún momento durante el convulso trayecto al que es sometido el vendedor (¿actor?). Tan solo cuando se sienta para colocar una cámara oculta en un bote del refresco de la marca en un posavasos, algo que también cuestionan estos sucesores de Bernstein y Woodward, quienes además contaron con su particular ‘garganta profunda’ dentro del rodaje, es el único y último momento en el que se ve al piloto de Nascar dentro del coche. Algo que no les cuadra a pesar de que el único cometido de este dispositivo secreto era el de recoger las histriónicas reacciones del supuesto vendedor.

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