El mercado del automóvil no soluciona una crisis cuando la siguiente está llamando a la puerta. A las consecuencias de la pandemia de la COVID-19, la guerra de Ucrania y la escasez de microchips se suma un nuevo problema que casi nadie conoce y supone un riesgo para el precio de los coches nuevos.

Su origen está al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, donde los trabajadores de las tres grandes empresas automotrices del país (sin contar Tesla), Ford, General Motors y Stellantis , amenazan con una huelga que se iniciaría el próximo jueves 14 de septiembre si las tres compañías no satisfacen sus demandas para mejorar las condiciones laborales de los empleados.

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Otro problema que casi nadie conoce y supone un riesgo para el precio de los coches

Los trabajadores se han organizado bajo el sindicato United Auto Workers (UAW), que ya cuenta con la aprobación del 97% empleados (unos 150.000) para llevar a cabo la huelga si las tres empresas no mejoran sus condiciones laborales.

Entre las peticiones realizadas se encuentra la de una semana laboral de 32 horas, un incremento del 46% de media en los sueldos, un sistema salarial que no pague más a los trabajadores veteranos que los nuevos, y mejoras en las coberturas de salud y en los planes de pensiones.

De este modo, Ford, GM y Stellantis se enfrentan a la tesitura de acceder a las demandas de sus trabajadores, lo que supondría sacrificar una buena parte de los beneficios económicos que están obteniendo ahora que venden los coches más caros que nunca. 

De acceder, y dado que no estarán dispuestos a reducir los márgenes de beneficio, el precio de los coches nuevos volvería a subir en aquellos modelos que son fabricados por estas tres marcas. Por supuesto, donde más se notaría esa inflación sería en Estados Unidos, pero de forma indirecta acabaría viéndose reflejado en los precios en el mercado europeo.

Desde que UAW y las tres empresas empezaron las conversaciones el pasado mes de julio, los avances han sido casi nulos, con pequeños avances en términos salariales que se mantienen lejos de las exigencias de los trabajadores.

Además, el sector del automóvil mundial se encuentra en un momento delicado, afrontando una costosa transición al coche eléctrico que requiere de una mayor inversión y de una menor mano de obra (los vehículos eléctricos tienen menos piezas y, por tanto, se necesitan menos trabajadores para su ensamblaje).

Habrá que cómo se resuelve todo este asunto en las próximas horas. De no llegar a una entente que satisfaga a todas las partes, los trabajadores iniciarán una huelga laboral hasta conseguir las mejoras que han solicitado a través del sindicato.