Estados Unidos se va a convertir en el último baluarte de los motores térmicos de Nissan: parece que el fabricante japonés dejará de desarrollar propulsores de combustión excepto en dicho mercado.

Se trata de una decisión que tiene su lógica y es que, debido a las cada vez más estrictas políticas de emisiones, pasarse a los coches eléctricos parece lo más acertado en la mayoría de mercados.

También tiene todo el sentido que la excepción sea EE.UU. ya que dispone de un parque de pick-ups considerables, un segmento en el que, por estar en muchos casos dedicados al trabajo y tener que remolcar a menudo, un modelo de cero emisiones no puede ofrecer el mismo desempeño que un motor gasolina o diésel.

Prueba Nissan Leaf e+ 2019, 217 CV de potencia y 385 km de autonomía

Así pues, en el resto del mundo se dejarán de desarrollar nuevos bloques y se optará por actualizar los motores de los que dispone ya la marca. Éstos, además, se emplearán principalmente para formar parte de los sistemas de propulsión híbridos de Nissan. 

De esta manera se evitará el cierre de fábricas especializadas en este tipo de bloques y que ningún empleado pierda su puesto de trabajo en este proceso de transición, contemplándose únicamente reubicaciones en otras secciones y divisiones cuando sea necesario.

Además, de esta manera la compañía podrá centrar sus recursos en el desarrollo de coches de baterías. Según reporta Nikkei, Nissan ha llevado a cabo una inversión anual de 4.300 millones de dólares para investigación y desarrollo de motores térmicos, recurso que ahora pasarán a los modelos eléctricos.

Uno de los primeros movimientos en esta dirección por parte de Nissan fue cuando anunció que abandonaba el desarrollo de motores de gasolina para Europa ya que, con la entrada en vigor de la norma Euro 7 en 2025, el coste de desarrollo aumentará tanto que no tendrá sentido a nivel económico.