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Nico Rosberg conduce un Ferrari F40 en Mónaco

Nico Rosberg conduce un Ferrari F40

Un tipo con suerte.

Admitámoslo: hay cosas a las que cualquier mero mortal no tiene alcance pero a las que alguien famoso, digamos un piloto y campeón de Fórmula 1 como Nico Rosberg, tiene un acceso más fácil. Conducir un Ferrari F40 es una de ellas.

Lo gracioso es que el Ferrari en cuestión no es de Rosberg, si no que pertenece a uno de sus vecinos en Mónaco. Así que éste decidió que podía probar suerte a ver si se lo dejaba, algo para lo que le dejó una serie de post-it sobre el vehículo.

Lógicamente, solo con ver el nombre hubiera valido, pero es que además el piloto presentó sus credenciales como conductor, así que es de suponer que tener en tu palmarés un campeonato de F1 debe de despejar cualquier tipo de duda que haya.

Eso sí, resulta curioso ver como incluso alguien que ha conducido algunas de las máquinas más salvajes que hay sobre la faz de la tierra, es plenamente consciente de lo que significa un F40 y le tenga respeto.

Y es que no es para menos, ya que se trata de un superdeportivo completamente analógico, de los que ya no hay, sin ningún tipo de ayuda o asistente electrónico, por lo que es necesario tener muy buenas manos para poder llevarlo sin estamparlo en el proceso.

Es algo que Rosberg parece tener claro al sacarlo del garaje, donde el cuidado y el mimo para recorrer los primeros metros es casi reverencial, aunque según van estando más tiempo al volante, se va soltando.

Eso es así hasta el punto de que, una vez en la montaña, empieza a “darle” caña al bólido y, incluso sabiendo que es un conductor experto, resulta ligeramente complicado no llevarse las manos a la cabeza en más de una ocasión, así como no estar en tensión constante mientras dura toda la travesía.

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