Este es, sin lugar a dudas, el mejor Volkswagen de la Historia

Antes de que los fabricantes empezaran a obsesionarse con los SUV y los coches eléctricos, se atrevían a crear cosas increíbles, como la locura que hicieron en Wolfsburgo a finales de los 90, dando lugar al mejor Volkswagen de la Historia, sin lugar a dudas.

En aquel entonces, Ferdinand Piëch estaba al frente del Volkswagen y quería lanzar un superdeportivo bajo una de las marcas del grupo. Para hacerlo, recurrió a uno de los mejores diseñadores que ha dado la historia del automóvil, el italiano Giogertto Giugiaro y su equipo de Italdesign. 

La primera prueba de fuego llegó en 1997 con un concept, el Volkswagen W12 Syncro presentado en el Salón de Tokio. Aquel coche montaba un motor W12 de 5.6 litros colocado en posición central, que desarrollaba 414 CV enviados a las cuatro ruedas. Fue el primer asalto del ambicioso proyecto de Piëch. 

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Este es, sin lugar a dudas, el mejor Volkswagen de la Historia

Tras el primer prototipo, la marca presentó varios derivados del original. Así, en 1998 llegó el Roadster y ya en 2001, apareció de nuevo en el Salón del Automóvil de Tokio el Volkswagen W12 Nardo.

Este superdeportivo alemán lucía una carrocería excepcionalmente baja y ancha, con unos pasos de rueda que sobresalían del conjunto de forma llamativa, especialmente, los delanteros, que ayudaban a redondear el diseño de un capó con unos faros a la altura de las llantas. 

En cambio, la zaga tenía unas formas más convencionales, bastante cuadradas, donde el protagonismo era para la salida de escapes dobles en cada extremo del paragolpes. Aunque, lo más importante de este coche era, sin duda, su motor. 

De 414 a 600 CV

Inicialmente, el motor era un 12 cilindros en W, característico del Grupo Volkswagen, con 5.6 litros de cubicaje y 414 CV. Una potencia que nos parecería ridícula y que, de hecho, alcanzan algunos compactos del mercado. Pero, en aquella época, no era nada desdeñable. Además, era capaz de hacer el 0 a 100 km/h en sólo cuatro segundos.

Una de las características del Nardo Concept es que incorporaba un sistema de tracción total denominado Syncro, un sistema que se encarga de llevar la energía del motor ubicado en posición central-trasera a todas las ruedas. Sin embargo, tras probar su eficacia en el prototipo, Volkswagen decidió olvidarse de esta tecnología.

El supercar siguió evolucionando hasta que llegó el 2001, cuando la marca alemana presentó el producto definitivo, ahora sí, denominado Volkswagen Nardo W12, en referencia al circuito italiano ubicado al sureste de Italia, cuyo propietario es Porsche Engineering desde 2012. 

El coche lucía una carrocería coupé, abandonando cualquier opción roadster. El motor sufrió una evolución hasta alcanzar los 600 CV que, gracias a su peso reducido, de menos de 1.200 kg, era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos y alcanzar los 350 km/h. Cifras de auténtico superdeportivo.

Marcha atrás al proyecto

Desgraciadamente, cuando todo estaba listo para llevar a producción el Volkswagen Nardo W12, limitado a 150 unidades, Ferdinand Piëch, el padre de la criatura, decidió dar marcha atrás.

En aquel momento, año 2002, el Grupo Volkswagen se había hecho con el control de marcas de prestigio como Bugatti y Lamborghini y la idea de producir un superdeportivo firmado por Volkswagen dejó de tener sentido. 

Ahora Piëch podía tener su ansiado superdeportivo, pero bajo otra marca. Por después, aparecieron el Bugatti Veyron y el Lamborrghini Murcielago. Aun así, el Volkswagen Nardo W12 sirvió de inspiración para modelos que llegaron después, como el Audi R8, y siempre tendrá el título de mejor Volkswagen de la Historia.