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La implantación exclusiva del coche eléctrico provocaría la pérdida de medio millón de puestos de trabajo en la Unión Europea, según un estudio

Coche eléctrico en Europa supondría la pérdida de medio millón de puestos de trabajo

De ese medio millón de empleos, es muy probable que el 70% (359.000) se pierdan en tan sólo un periodo de 5 años, de 2030 a 2035.

Que el coche eléctrico trae consigo muchas ventajas, es algo que nadie pone en duda. Pero no podemos quedarnos sólo con lo bueno y convertirlo en un todo, como si de una ideología se tratase. También hay muchos aspectos negativos, como la pérdida de medio millón de puestos de trabajo en la Unión Europea.

Esta es una de las conclusiones que se extraen de un estudio encargado por la Asociación Europea de Proveedores de la Industria del Automóvil (CLEPA) a PwC Strategy&, para evaluar el impacto de tres escenarios diferentes de las políticas del Pacto Verde Europeo y el valor añadido entre los proveedores de la industria del automóvil entre 2020 y 2040. 

Cada uno de esos tres escenarios representa un enfoque de tecnología distinto: el que propone la UE de sólo coches eléctricos, otro de tecnología mixta y un tercer escenario de aceleración radical del vehículo eléctrico. Los tres escenarios suponen una electrificación acelerada para cumplir los objetivos climáticos, con una elevada cuota de mercado para los vehículos eléctricos en 2030.

Pero debemos tener en cuenta que el sector de la automoción representa más del 5% del empleo en 13 Estados miembros de la Unión Europea y más del 60% de estos trabajadores pertenecen a proveedores de la industria automovilística

 

Por tanto, el estudio proporciona una evaluación a escala europea muy necesaria e identifica los riesgos y las oportunidades en siete de los principales países productores de componentes de automoción, entre los que está España, además de Alemania, Francia, Italia, Chequia, Polonia y Rumanía. 

También es el primer estudio que evalúa el impacto de diferentes caminos para alcanzar los objetivos climáticos dela Unión Europea, centrándose en los proveedores de la industria del automóvil.

La implantación exclusiva del coche eléctrico provocaría la pérdida de medio millón de puestos de trabajo en la Unión Europea

Coche eléctrico en Europa supondría la pérdida de medio millón de puestos de trabajo

Las marcas automovilísticas tienen mayor capacidad para desinvertir o internalizar actividades para compensar una pérdida de actividad en el ámbito de la cadena cinemática, pero los proveedores de la industria no tienen la misma agilidad para reaccionar, ya que están vinculados por contratos a largo plazo con los fabricantes de vehículos. 

Además, el sector está formado por cientos de empresas especializadas y pymes con menos acceso a capital para invertir en la transformación de sus modelos de negocio. La evaluación de la transición confirma el papel esencial de la electrificación para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, pero corrobora los riesgos para el empleo en la cadena cinemática.

Según el estudio, hay 226.000 nuevos puestos de trabajo previstos en la producción de sistemas de propulsión para vehículos eléctricos, suponiendo una cadena de baterías en la Unión Europea. Esto significa una pérdida neta de 275.000 puestos de trabajo (un -43%) previstos de aquí a 2040.

Además, si se eliminan gradualmente los motores de combustión, se prevé la pérdida de 501.000 puestos de trabajo de proveedores de automoción, de los cuales, el 70% (359.000) se perderán en un periodo de cinco años, de 2030 a 2035.

Los países más occidentales de la UE parecen los mejor situados para convertirse en baluartes de la producción de sistemas de propulsión eléctricos, mientras que el empleo en los países del centro y este de Europa seguirá dependiendo en gran medida del motor de combustión interna.

No obstante, Henning Rennert, socio de PwC Strategy& Germany, señaló que “aunque la electrificación pone en peligro el empleo en el sector de la cadena cinemática, en el futuro se necesitará mano de obra en ámbitos como el software o las infraestructuras. El futuro valor añadido y la creación de empleo en las tecnologías de propulsión dependen de la producción local de baterías en Europa”.

Un futuro incierto para las baterías

diferencias entre las baterías de sodio y las de litio

El estudio subraya también que hasta 70.000 millones de euros (el 70%) de la creación de valor relacionada con los sistemas de propulsión eléctricos estará vinculada a la transformación de los materiales de las baterías, la producción de células y módulos de baterías y el montaje de sistemas de baterías. 

Pero estas actividades no se desarrollarán en las mismas empresas ni en las mismas regiones, ya que requieren competencias y conocimientos diferentes, con respecto a los motores de combustión convencionales. 

Por tanto, no ofrecerán oportunidades a la mayoría de los proveedores del sector actual, especialmente, las pequeñas y medianas empresas que, además, suponen el 20% del empleo en la industria proveedora de la automoción. 

Ya en un estudio anterior, CLEPA demostró que la producción de baterías ofrece relativamente más puestos de trabajo para empleados con formación académica que a trabajadores mecánicos que ahora fabrican piezas relacionadas con el motor de combustión interna.

Menor huella de carbono

diferencias entre las baterías de sodio y las de litio

La actual propuesta de la Unión Europea en su paquete 'Fit for 55' para reducir las emisiones de CO2 sólo tiene en cuenta las emisiones procedentes del tubo de escape del vehículo, pero ignora las emisiones relacionadas con la producción de los vehículos o los combustibles que utilizan, incluida la forma de producir la electricidad

Para incentivar las tecnologías con la menor huella de carbono global, lo ideal sería regular las emisiones de los vehículos en función de su ciclo de vida, con un enfoque ‘Well-to-Wheel’ (WtW), es decir, teniendo en cuenta las emisiones que se expulsan desde que se extrae la energía hasta que llega al vehículo y lo impulsa. 

De cara a determinar el cumplimiento de las normas de CO2, se debería reconocer la reducción de emisiones durante el proceso de producción de los combustibles y la obtención de energía.

Un escenario mixto, la mejor solución

Coche eléctrico en Europa supondría la pérdida de medio millón de puestos de trabajo

El estudio concluye señalando que una transición planificada a través de un enfoque tecnológico mixto, es decir, con coches eléctricos y uso de combustibles renovables, mantiene abiertas las opciones para ajustarse a los nuevos desarrollos que surjan, ya sean avances tecnológicos, acontecimientos geopolíticos o disponibilidad de recursos. 

Esto permitiría alcanzar una reducción del 50% de las emisiones de CO2 para 2030, al tiempo que mantendría los puestos de trabajo y crea valor añadido en la industria del automóvil, uno de los mayores activos industriales de Europa.

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