¿Por qué el frío afecta a las baterías de los coches eléctricos y reduce su autonomía?

Suele decirse que el frío afecta a las baterías de los coches eléctricos, mermando su rango de autonomía. Esto es verdad, aunque conviene aclarar algunas cosas.

Efectivamente, el frío produce un efecto negativo en el desempeño y recarga de las baterías de los coches eléctricos. Las bajas temperaturas reducen temporalmente la autonomía de los vehículos eléctricos, porque las reacciones físicas y químicas que se producen dentro de los acumuladores de energía son más lentas que con temperaturas óptimas.

Y los efectos pueden ser peores en condiciones extremas, con temperaturas muy por debajo de cero, nieve y hielo. Pero, siendo esto verdad, hay algunos matices que conviene aclarar y es loque vamos a intentar hacer hoy. 

¿Por qué el frío afecta a las baterías de los coches eléctricos y reduce su autonomía?

Puede parecer una tontería, pero a las baterías de los coches eléctricos les gusta trabajar en ambientes donde la temperatura sea templada, ni muy fría, ni tampoco muy cálida. Igual que a las personas.

El frío provoca que el fluido electrolítico del interior de las baterías de iones de litio se vuelva más lento. En consecuencia, el proceso que mueve los iones de litio desde el ánodo hasta el cátodo es también más lento, lo que se traduce en una caída del rendimiento y, por tanto, en una pérdida de autonomía.

En 2020, la Federación Noruega del Automóvil, país donde el coche eléctrico goza de una gran popularidad, llevó a cabo un experimento para comprobar el porcentaje de autonomía que perdían los coches eléctricos debido al frío. 

Para ello, utilizó los 20 vehículos a baterías más vendidos en Noruega, entre los cuales figuraban coches de Tesla. Todos los vehículos se cargaron durante la noche bajo techo e iniciaron el viaje con un arranque en frío. Además, la prueba se realizó activando el modo Eco y con el climatizador a 21 grados.

Para la prueba, la asociación realizó un viaje que incluyó tramos en ciudad, autopistas y carreteras secundarias. Los resultados se compararon con los valores oficiales de cada fabricante, medido mediante el ciclo WLTP. La conclusión del estudio fue que los vehículos habían perdido un 20% de autonomía de media. 

Si cogemos como ejemplo los modelos de Tesla, el Model X perdió un 17,24% de autonomía, el Model S perdió un 22,98% y el Model 3 un 28%. 

La razón por la que el Tesla Model 3 perdió más autonomía se debe a que era un modelo de 2019 que carecía de bomba de calor para la calefacción, a diferencia del modelo de 2021, que ya la incluye y reduce el consumo de energía. Además, desde noviembre de 2021, el Model 3 cuenta con una batería de mayor capacidad, con 82 kWh. 

Qué pasa con las recargas en frío extremo

El frío extremo también afecta a las recargas de las baterías. Los coches eléctricos tienen un sistema de gestión que impide la recarga rápida si la batería está demasiado fría. Esto puede ser un problema, sobre todo, si el vehículo duerme en la calle.

Es verdad que marcas como Tesla incluyen en sus modelos un sistema para mantener la batería en un rango de temperatura óptimo, tanto en invierno como en verano, pero tampoco hay que fiarse demasiado. 

Con temperaturas demasiado bajas, parte de la carga de las baterías puede no estar disponible a la hora de conducir. Es una medida destinada a preservar la salud del acumulador, mientras que algunas funciones, como el freno regenerativo, pueden verse limitadas o desactivadas hasta que el coche alcance la temperatura idónea.

A modo de conclusión, podemos decir que el frío afecta a las baterías de los coches eléctricos, hasta el punto de que pueden perder temporalmente en torno a un 20% de autonomía, pero ni mucho menos la mitad o más de su capacidad, como se afirma a veces desde distintos foros.