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Mejor guía de coches eléctricos: todo lo que necesita saber

Guía coches eléctricos

Los coches eléctricos han llegado para quedarse. Su implantación está siendo lenta pero progresiva y, dadas las políticas que se están llevando a cabo en la Unión Europea, serán la única solución de movilidad en el futuro. En nuestra guía sobre los coches eléctricos te contamos todo lo que tienes que saber.

¿Qué es un coche eléctrico?

Empecemos por lo básico: ¿qué es un coche eléctrico? Su definición es sencilla: es todo aquel coche que está impulsado por motores eléctricos, es decir, cualquier automóvil que no cuenta en su mecánica con un propulsor térmico y que, por tanto, no produce emisiones contaminantes mientras está funcionando.

Tipos de coches eléctricos

Dentro de esta definición entran dos tipos de coches eléctricos, así como una tercer variante que rompe incluso la norma.

El primer tipo son los coches eléctricos de baterías, también denominados como BEV por sus siglas en inglés (Battery Electric Vehicle). Son los más habituales y emplean un sistema de propulsión formado por una batería que suministra energía a uno o más motores, que son los encargados de actuar sobre un eje, dos ejes o directamente sobre cada rueda individualmente.

Los eléctricos de autonomía extendida (REX o EREV) toma esta base, pero suman un pequeño motor térmico a modo de generador que, al quedarse el vehículo sin energía, entra en acción para generar electricidad con la que alimentar a la batería y que esta pueda suministrársela a los motores.

 

Eso sí, por ese motor de combustión, generan emisiones, así que dentro de las etiquetas de la DGT solo pueden optar a la ECO y no a la CERO, como es normal en los eléctrico estándar.

Por último están los coches de hidrógeno (FCEV o FCV), que cuentan con depósitos de hidrógeno, material que se oxida para generar electricidad y así alimentar a los motores. El único deshecho que producen durante su funcionamiento es agua. 

Están mucho menos extendidos que los BEV (en España solo se comercializan Hyundai Nexo y Toyota Mirai) y tiene una infraestructura muy escasa.

Características técnicas específicas de los coches eléctricos

La llegada de los coches eléctricos ha traído consigo la introducción e ciertos conceptos que aunque ya antiguos, se han empezado a aplicar ahora de manera recurrente en la industria del motor.

Son los siguientes:

  • Kilovatio (kW): es una unidad de potencia, se utiliza para medir la fuerza del coche y la potencia de un punto de carga. 1 kW es equivalente a 1,36 CV.
  • Kilovatio por hora (kWh): es una unidad de energía, así que se emplea para medir la capacidad de la batería, así como el consumo del vehículo, en este caso en kWh/100 km 

Recarga de los coches eléctricos

La recarga de coches eléctricos se lleva a cabo, por norma general, mediante cable. Existen varios tipos de conectores (Mennekes, CHAdeMO, CCS, etc.) y cada vehículo suele ser compatible solo con uno. Dado que cada automóvil incorpora su propio cable de serie, no suele haber ningún problema. 

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Sí es importante tener en cuenta el tipo de corriente a la que se conecta el automóvil, habiendo dos:

  • Corriente alterna: es la que hay en cualquier domicilio, trabaja a menos potencia y es más lenta. Si es monofásica su potencia máxima es de 7,4 kW y si es trifásica es de 11 kW
  • Corriente continua: es el sistema de carga más rápido, operativo solo en estaciones de carga públicos o privados. Operan en un rango mucho más amplio de potencias, siendo el tope actual de 270 kW. Es importante adecuarse a ellos para no “freír” la batería

Particularidades de los coches eléctricos en su funcionamiento

Ponerse al volante de un coche eléctrico por primera vez supone tener que reaprender ciertos conceptos básicos, puesto que la conducción de este tipo de vehículos difiere ligeramente de la de un modelo térmico.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que todos los eléctricos son automáticos (hay casos muy particulares que simulan una caja de cambios manual), por lo que su conducción en este aspecto es muy sencilla, solo hay que preocuparse de acelerar y frenar.

Lo segundo es que, por poca potencia que tenga un coche eléctrico, esta se entrega de manera instantánea desde el primer momento, al contrario que en un coche de combustión en el que depende de las revoluciones del motor y de la marcha. Es por eso que presentan aceleraciones muy más rápidas y contundentes, algo a lo que hay que acostumbrarse.

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Lo tercero es que es que la mayoría pueden conducirse únicamente con el pedal del acelerador. Los eléctricos tiene frenada regenerativa, es decir, que al frenar recuperan parte de energía para ampliar su autonomía. Cuentan con varios niveles, que retienen más o menos el coche, y en el más alto basta con soltar el acelerador para que el automóvil frene.

Lo cuarto es que es en entornos urbanos, donde hay muchas frenadas y se circula a velocidades más moderadas, donde los eléctricos consiguen mejores alcances, pero en carretera abierta, a velocidades constantes y elevadas, descargan su batería mucho más rápido.

Por último, debido a los elementos específicos que montan, sobre todo la batería, son modelos más pesados que los térmicos, algo a lo que hay que acostumbrarse al principio, sobre todo en zonas de curvas. Lo bueno es que su centro de gravedad es muy bajo, así que son muy estables. 

Costes del coche eléctrico

Aunque su precio es más elevado y el desembolso inicial, por tanto, es mayor, una de las principales ventajas que tienen los coches eléctricos es que su coste de uso, así como de mantenimiento, son menores.

Respecto a lo primero, el precio de la luz es más bajo que el de la gasolina y el diésel, lo que supone un ahorro. En cuanto a lo segundo, disponen de una mecánica más sencilla, lo que hace que haya menos elementos que puedan averiarse, a lo que se suman ciertas operaciones que no hay que llevar a cabo: cambio de filtro de aceite, de combustible, bujías, etc.

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