Se acabó el culebrón. El patrón de la F1, Bernie
Ecclestone, se ha pronunciado al fin sobre el polémico caso de que
en España se celebren dos GP de F1. A partir de la temporada
2013, tan solo tendrá lugar una carrera en territorio español, con
la alternancia en su organización entre
Barcelona (Montmeló) y el
circuito urbano de Valencia.
Tras meses de negociaciones y cruces de declaraciones entre las
entidades organizadoras y gobiernos
regionales, Ecclestone ha tomado finalmente
una decisión salomónica. El único GP de
F1 que se celebrará en España será organizado, a
partir de la siguiente temporada, un año en
Barcelona y otro en Valencia.
La crisis económica, los recortes en la Administración estatal y
regional y el alto coste organizativo de un evento de estas
características (se calcula que solo el canon que
Ecclestone cobra por organizar una carrera ronda
los 20 millones de euros anuales) han terminado por obligar a los
responsables de la carrera de Barcelona y
Valencia a llegar a un acuerdo para compartir
gastos y así evitar que la F1 deje de correr en España.
Imagen del GP de Europa, en el Street Circuit
de Valencia.
La negociación entre Valencia y
Barcelona llevaba tiempo sobre la mesa y, si bien
la iniciativa partió en un primer momento desde el Gobierno
catalán, finalmente ha sido la Generalitat Valenciana la que se ha
visto obligada a ceder. Su presidente, Albert Fabra, ha intentado
personalmente conseguir que Ecclestone rebajara la
tarifa para la organización del GP de Europa, pero
la solución final ha sido la alternancia.
A todo ello se suma la política de expansión que está siguiendo
Bernie Ecclestone con el Campeonato del Mundo de
F1, el cual se va instalando paso a paso en nuevas sedes dispuestas
a afrontar los altos costes de organización de un espectáculo de
magnitud planetaria. España,
Valencia y Barcelona,
pierden un GP y lo gana Estados Unidos, ya que al nuevo GP de Las
Américas -que se estrena este año en el circuito de Austin- se
sumará a partir del 2013 el GP en Nueva Jersey a la sombra de los
rascacielos de Manhattan.
Fuente: DPA