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Se cumplen 25 años del "trata de arrancarlo" de Carlos Sainz y Luis Moya

Sainz y Moya trata de arrancarlo

El Toyota Corolla WRC de Carlos Sainz y Luis Moya se paró a pocos metros de alcanzar la meta del Rally de Gran Bretaña de 1998. Los españoles estaban a punto de proclamarse campeones del mundo.

Hoy, 24 de noviembre de 2023, se cumplen 25 años de uno de los momentos más crueles en el automovilismo deportivo español: el 'trata de arrancarlo'. Un cuarto de siglo atrás, llegaba a su fin el Rally de Gran Bretaña, y Carlos Sainz, acompañado por Luis Moya en el asiento de la derecha de su Toyota Corolla, estaba a punto de ganar su tercer título mundial en el WRC.

Sainz llegó a la última prueba del Mundial en el segundo puesto de la clasificación del campeonato, pero con opciones de conquistar el título. Estas crecieron notablemente después del accidente y abandono del líder, Tommi Mäkinen, piloto de Mitsubishi, en el sexto tramo del rally, cuando destrozó la rueda trasera derecha de su coche al golpear un bloque de cemento. 

Con finalizar en la cuarta posición, Sainz y Moya sumarían los puntos necesarios y celebrarían el campeonato. La dupla española bajó el ritmo y afrontó la prueba con tranquilidad hasta el final. El cuarto lugar en el que estaban les bastaba para ser campeones, como ya habían hecho en los años 1990 y 1992. 

Sin embargo, la mecánica del Corolla WRC, esta vez dijo basta. A la dureza inherente a un problema técnico en un coche que puede ser campeón mundial, se sumó que el fallo ocurrió a 700 metros de la meta... y la dupla española se quedó totalmente parada a solo 200 metros del título, en uno de los momentos más crueles del automovilismo mundial.

La desesperación al perder un Mundial resumida en una frase

Sainz y Moya se bajaron del coche y lo intentaron todo para volver a poner el Corolla en marcha. Abrieron el capó, sacaron el extintor y una y otra vez, Sainz intentó arrancarlo, aunque sabían que iba a ser imposible. En medio de gritos de desesperación, Luis le gritaba la mítica frase que todavía persigue al copiloto gallego: "Trata de arrancarlo Carlos, trata de arrancarlo, por Dios".

"En la historia del deporte, en pocas ocasiones, se podrá decir que ha habido un final tan dramático y de tan auténtica mala suerte", dijo en su momento Carlos Sainz en una entrevista. "Aproximadamente, a 700 metros yo creo que ha salido una biela por un costado y el coche se ha parado. Lo primero que piensas es que el tema es grave, porque el sonido del motor ha cambiado y he visto que salía fuego por la parte delantera del capó y que probablemente fuese aceite".

Como decía Sainz, el problema fue provocado por una biela defectuosa, que no solo provocó que su coche se parara, sino también el de su compañero Didier Auriol durante un evento con periodistas al día siguiente del final del rally. El Corolla del francés - que había abandonado por una rotura de embrague en la carrera - volvió a detenerse por un problema con una biela; había un grupo defectuoso.

El campeón de aquel año fue el finlandés Tommi Mäkkinen, que se alzó con su tercer título aunque había abandonado la prueba tras un accidente. Tommi se enteró de la consecución del campeonato cuando estaba en el hotel, puesto que ya veía a Carlos campeón.

El "trata de arrancarlo" se ha convertido en una de las demostraciones de lo duro que puede ser el deporte de motor cuando uno de los miles de componentes que forman un vehículo falla. Carlos perdió aquel Mundial, pero siguió compitiendo en el WRC... y, en la actualidad, a sus 61 años, lo hace en el Dakar, donde ya suma tres victorias absolutas. En enero saldrá a por el cuarto con Audi.

Etiquetas: WRC

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