Contaminan, pero son necesarias, el gran problema de 54 gasolineras de Madrid

El objetivo de Madrid como ciudad es el de desterrar a los coches de combustión, primero del centro, de manera progresiva de toda la capital. De momento, Madrid Central y Madrid 360 ya han impuesto limitaciones a algunos tipos de vehículos, pero hay un problema con el que todavía no sabe como lidiar: las 54 gasolineras que hay dentro de la M-30.

Según Xavier Querol, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), estas estaciones de servicio tienen un “efecto directo sobre la calidad del aire” y son puntos especialmente vulnerables a la contaminación.

Esto se debe a dos razones: es un lugar de concentración de vehículos, que apagan y encienden el motor, lo que produce partículas que, al recibir el impacto del sol, se convierten en ozono; y durante las operaciones de suministro de combustible ocurre un proceso similar.

De hecho, según estudio publicado por la revista ‘Journal of environmental management’ en 2010, la presencia de puntos de repostaje afecta al entorno de los mismos y lo recomendable sería que en la planificación urbanística no hubiera viviendas a menos de 100 metros de ellos, algo que lógicamente en las estaciones más céntricas no se produce.

Según el plan de Madrid 360, uno de sus objetivos es preservar la calidad del aire y evitar “las emisiones de gases, humos, olores, partículas o cualquier otra sustancia potencialmente contaminante”. Esto pasaría por eliminar las gasolineras y reemplazarlas por puntos de recarga eléctricos, pero el proceso es bastante complejo.

Lo primero que hay que tener en cuenta es el hecho de que dentro de la M-30 todavía viven muchas personas que utilizan coches de combustión, así que dejarles sin lugares de repostaje no parece una alternativa muy considerada.

La segunda es que para eliminar las estaciones de servicio hay que llegar a acuerdos con las petroleras. El último firmado fue en 2005, con Repsol y Cepsa, para eliminar 12 gasolineras del centro, siendo la última en retirarse la de Atocha en 2016. Para conseguirlo, hubo que dar a ambas entidades terrenos en la periferia para que estableciesen nuevas estaciones.

Actualmente ambas compañías son las mayores propietarias de gasolineras en el centro de Madrid: Repsol tiene el 54% de las que quedan y Cepsa, el 31%.

Fuente: El Mundo