Comparativa: SLS AMG, LFA, GT-R, Gallardo Superleggera, 458 Italia, 911 Turbo S y GT MF5

Olvida Las 24 horas de Le Mans, Días de Trueno y A Todo Gas. Se podría decir que todas estas películas se quedan en nada comparadas con el estreno que te presentamos esta semana: Los siete magníficos. ¿Que no es una cinta digna de ganar el Oscar? Pues claro que sí, esto es cine de AUTOR BILD. 

En esta versión no vas a sentarte a ver una aburrida peli de vaqueros. Y para que te des cuenta te hago una pequeña sinopsis: siete de los superdeportivos más veloces se ven las caras en un duelo a muerte. Se busca al más rápido de 0 a 200 km/h y, de nuevo, vuelta a 0.

Te presento a los actores principales por orden alfabético: desde Italia llegan el Ferrari 458 Italia y el Lamborghini Gallardo LP 570-4 Superleggera. Bendecidos con una potencia idéntica (570 CV) y unos poderosos frenos cerámicos, ambos luchan por alcanzar el papel de latin lovers, que combina la potencia y sensualidad.

Desde el país del Sol Naciente se presentan dos nuevos talentos. El Lexus LFA, tras una intensa preparación que ha durado diez años, es candidato para conseguir el premio al mejor actor revelación. Con un tono de voz ronco y una potencia de 560 CV procedentes de un diez cilindros ultraligero (200 kg), ve posible, y no sin razón, llevarse el papel de protagonista principal.

El segundo candidato nipón es el Nissan GT-R. Un modelo con una larga trayectoria a sus espaldas.

Desde Alemania llega un modelo que hereda el talento de sus legendarios abuelos: el Mercedes SLS AMG. Más conocido como El nuevo Alas de gaviota, sirve para papeles serios y para películas de acción. Por eso, apuesta por un compresor V8 de 571 CV y un look irresistible.

Tras su paso por el gimnasio, el 911 Turbo S llega fortalecido al casting. Ofrece 530 CV y viene a demostrarle a sus rivales quién manda sobre la pista.

Parece que nadie le ha dado demasiada importancia al Wiesmann GT MF5, a pesar de que ya ha demostrado lo mucho que vale. También él se ha entrenado duro y quiere cambiar, por fin, su imagen de guaperas y convertirse en un auténtico machote. 507 CV procedentes de un diez cilindros deberían bastarle.

Hechas las presentaciones... ¡acción!: Entra en escena el Lamborghini. Sentado en un excelente asiento deportivo y agarrado al volante de piel vuelta, activo el Launch Control y… ¡adelante! Pasa a fondo sobre el escenario y se pone a interpretar como si el mañana no existiera. Grita, enlaza un cambio tras otro y después de 10,6 segundos va a 200 km/h. Para hacerlo sólo necesita recorrer 361,24 metros (unos tres campos de fútbol). Ahora toca exigir lo mejor a los frenos cerámicos. 4,66 s después (exactamente en 124,4 m) su interpretación ha concluido. Chisporroteando se queda parado sobre la pista. 15,24 s son suficientes para ganar. 

Ahora el Wiesmann lucha por llamar la atención. No cambia de marcha tan rápido y necesita 12 segundos para ponerse a 200 km/h. Una hazaña más que notable para ser el nuevo. Pero invierte un total de 16,74 segundos hasta volver a 0 km/h, así que no logra el papel principal. 

Un puesto que podría ser ocupado por el GT-R, que comienza su interpretación soplando con fuerza. Gracias a su doble embrague cambia de marchas a la velocidad del rayo, pero no tiene tanta vidilla cuando va alto de vueltas. Tarda 12,9 s en alcanzar los 200 km/h. Aunque la actuación en la frenada (133 m) resulta buenísima, con 17,78 s no es suficiente para lograr el rol soñado en esta superproducción.  

El LFA es el novato y, por tanto, llega desentrenado, pero cuenta con Launch Control y un cambio rápido. Después de 416 m (12,4 s) alcanza la marca de los 200 km/h. Intenta sorprendernos con un sonido escalofriante, pero eso no le aporta ningún punto extra. Sí lo hace su frenada: 133,5 metros. Un aplauso, por favor. Tiempo total: 17,36 s. Insuficiente.

Comparativa: BMW M3 GTS contra Porsche 911 GT3 RS

El Ferrari genera un estruendo al acelerar que atrae todas las miradas. Necesita sólo 10,4 segundos para llegar a la cima y sólo otros 15,11 para quedarse parado. Nueva plusmarca.

El SLS AMG rueda a la marca de inicio con las alas de gaviota abiertas. Puertas cerradas, Launch Control, gas a fondo… el SLS cruza la meta haciendo sonar su V8. Potente y con un cambio rápido pero no perfecto. Al final deja ver sus puntos flacos: el SLS de frenos de acero (cerámicos, opcionales) necesita 138 metros. En total, 16,13 segundos.

Mientras tanto, el 911 Turbo S con su motor biturbo hace su entrada en escena. Empieza a acelerar a lo bestia gracias al Launch Control y tras diez insignificantes segundos llega a los 200 km/h. Un pisotón a los frenos cerámicos y en otros cinco segundos el bólido amarillo se detiene como si no hubiera pasado nada. Una interpretación madura y prodigiosa: el papel principal va para Stuttgart. The End.

0-200-0: el test para superdotados deportivos

Acelerar es importante, pero sólo el que también se para con rapidez puede hacerse con un lugar entre los mejores. Aquí vence quien domina ambas disciplinas y lo hace más rápido.

Aceleración 0-200 km/h

Frenada 200-0 km/h

Aceleración y frenada 0-200-0 km/h

Conclusión: ¿el que frena, pierde? ¡Todo lo contrario!

Lo reconozco: el test 0-200-0 km/h es tan extremo como alejado de la cruda realidad del día a día. Pero es de extremos de lo que hablamos en esta comparativa y, además, sí que hay algo de cotidianeidad aquí. Y es que también hemos calculado las cifras de frenada desde 100 km/h. 

De media, la cosa estaba en unos sensacionales 32,9 metros… tanto en frío como en caliente. ¡Qué pasada! Y menudo avance en seguridad, porque se necesitan al menos 350 metros para acelerar hasta los 200 km/h y basta sólo una media de 132 m para detenerse de nuevo.