Reparto de pizzas a todo trapo: ¿quién llegará antes, un 'Lambo' Gallardo, un C1 o una moto?

En cuanto cae la noche sobre la gran ciudad, el teléfono no para de sonar. Te hablo de gente como esos trabajadores infatigables que están sentados en su oficina y en ese momento solo escuchan el terrible sonido de sus estómagos. No puedo olvidarme de esos solteros bien asalariados con una nevera gigante, cara y vacía, ni tampoco de esas familias jóvenes que se han mudado al barrio de moda antes de que pongan un supermercado en condiciones. Llaman, piden su pizza, esperan, abren la puerta, pagan y vuelven dentro con su cartón a sentarse en su escritorio o delante del televisor.

Sin embargo, esta noche va a ser distinta: esta noche van oír de lejos cómo llega la pizza directamente a sus hogares… mucho antes de que el repartidor llame al timbre. Esta noche van a salir a la calle boquiabiertos, confundidos, sorprendidos… ¡maravillados! ¡Ha llegado la pizza Superleggera! 

Me refiero a la pizza más caliente de la ciudad: con picante, mucho picante. La pregunta que toca responder ahora es: ¿será también la pizza más rápida? Prepárate para divertirte un rato, igual que nosotros en esta locura. Hemos juntado un Lamborghini Gallardo con un Citroën C1 y una Piaggio.

¿Es una comparativa como las que hacemos cada semana? Por supuesto que no. Esto es completamente distinto. Pero sí es un desafío en toda regla, porque la competición será ganada por el que pare antes el cronómetro. ¿Por quién apostarías? Preparados, listos... ¡ya!

Esta noche le toca repartir a AUTO BILD. Lo gracioso es que no lo va a hacer ni con un compacto, ni con una motillo: la pizza llega hoy en un pedazo de Lamborghini Gallardo LP 570-4 Superleggera. Le pongo un par de pegatinas del servicio de reparto del restaurante y listo. Esta bala necesita 11 segundos para hacerse sus primeros 400 metros. 

Los clientes que han hecho el encargo se encuentran en un radio de dos kilómetros a la redonda. La cosa tiene que ir a la velocidad del rayo: del horno a la mesa en cuestión de minutos… al menos en teoría. El reparto diario también se tiene que hacer igual de rápido todos los días. Pero, ¿se impondrán hoy los 10 cilindros de nuestro Lamborghini a los cuatro años de experiencia de los repartidores?

Fatih Eroglu (23 años) es un repartidor que ha probado todo: la pizza Lucca Classic, la pizza Waikiki con mucho queso y la pizza Crazy Dog con salsa danesa. Cuando comienza la acción, coge uno de los seis scooter Piaggio, su bici o, en contadas ocasiones, el Citroën C1. Conoce todos los atajos, el tráfico y hasta el último truco para llegar antes que nadie. Lleva ya cinco años trabajando en un puesto al que acceden todo tipo de personas: desde contratados de larga duración hasta estudiantes o pluriempleados.

Nos encanta la gente como él cuando estamos tumbados en nuestro sofá y llaman al timbre antes de lo esperado, pero también les detestamos cuando dejan su coche en segunda fila y tenemos que esperar a que entregue su pizza, se disculpe con la mano y podamos seguir nuestro camino.

Prueba del nuevo Lamborghini Countach: nos ha conquistado igual que el clásico

Sus repartidores lo aprenden todo en un día: les ponen varios vídeos y después se lanzan a la calle. Eroglu sabe bien que su coche no puede aparcarse en segunda fila y que las motos no deben estacionarse en la acera, pero también es verdad que a la policía le encanta la pizza: “Los agentes conocen bien nuestro establecimiento”, afirma el jefe mientras sonríe.

La primera llamada es de la familia Novak. Piden tres menús infantiles, dos pizzas individuales y una ensalada. ¿Distancia? Dos kilómetros. Ha llegado el momento de la verdad: el Lamborghini Gallardo Superleggera está listo para enfrentarse al Citroën C1 y a la Piaggio. ¡A por ellos!

Menudo desastre: cuando AUTO BILD consigue salir del caos, los profesionales han llegado ya sobre dos y cuatro ruedas. ¿Error de principiante o casualidad? Ha llegado el momento del segundo intento. La familia Stung vive en una de las nuevas y magníficas viviendas de una lujosa urbanización, a tan solo unas manzanas del establecimiento. ¿Distancia total? 1,7 kilómetros. Nada de atajos ni de trucos: ¿serán capaces de vencer al Gallardo Superleggera?

¡Vuelven a jugármela! Llego medio minuto después, porque he doblado donde no debía cuando andaba buscando el número 51... y un fenómeno se repite. Alertada por el ruido, la familia sale a la calle. “¿Cuánto cuesta el coche?”, preguntan. A partir de 183.859 euros. Por ese precio te puedes comprar 30.000 pizzas de 25 centímetros de diámetro. Les cuento también que, de camino a su casa, el consumo es de 28,6 litros por cada 100 kilómetros y las emisiones son de 680 gramos de CO2. En cualquier caso, no os preocupéis: tomaos tranquilamente la pizza menos ecológica del mundo. 

El tercer paseo de la noche tiene como destino un edificio de oficinas donde me esperan cuatro hambrientos oficinistas y el Lambo vuelve a perder. Ha necesitado un minuto más.

Eso sí, la pizza Superleggera está más caliente. ¿El truco? La hemos llevado bien abrigada sobre el ardiente bloque del motor V10 central: bien visible a través del cristal. Este detalle es lo que más gusta a los clientes. Le pregunto si la pizza sabe mejor solo porque ha llegado en un Lamborghini y el cliente tampoco lo tiene muy claro. Pero, en cualquier caso, su pizza es… ¡mmm, super leggera! ¿Quieres una?

Conclusión

La pizza ‘Superleggera’ es extra-ligera y muy picante, pero no llega antes a los clientes. Todo lo contrario: sus 570 CV no tienen nada que hacer cuando se enfrentan a profesionales que se conocen todos los trucos o cuando la moto se mete por atajos donde el Lamborghini no cabe. No hay color: el coche de reparto más chulo de la historia es el más lento.