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Comparativa: Porsche 911 Carrera T vs su antepasado

Porsche 911 Carrera T vs su antepasado

La máxima "menos es más" se cumple en estas dos creaciones de Porsche, aunque los separe casi medio siglo. Nos hemos puesto al volante de los dos para comprobar cuánto han cambiado las cosas en este tiempo. Comparativa: Porsche 911 Carrera T vs su antepasado.

La T es de Touring. Esta variante de 2018 tiene 370 CV y es 20 kilos más ligero que el Porsche 911 Carrera normal. Las ventanillas y la luna trasera son de policarbonato, el material aislante se ha reducido a la mínima expresión. Si lo deseas, puedes pedir que le quiten el sistema de infotainment y hasta los asientos traseros. Cosas superfluas cuando de lo que se trata es de conducir, y punto.

Sí lleva otros elementos de serie para mimetizarte con el asfalto: chasis deportivo PASM con una rebaja de 20 milímetros, palanca del cambio recortada, ruedas de 20 pulgadas, asientos deportivos y un diferencial autoblocante. Viene en color amarillo, como guiño al modelo clásico.

También son de este color algunos detalles del salpicadero, los cinturones, las costuras de los asientos, las tiras de tela que hacen las veces de tiradores en las puertas,  y las inscripciones. El cielo, esta mañana, contrasta con su gris acerado. El reloj (también amarillo) del nuevo T, señala las 6.

¡Arrancamos!

Rodamos por carreteras comarcales. Sobre baches y grietas, este 911 se siente muy firme, aunque no llega a ser desastrosamente incómodo. El cambio manual de siete velocidades con relaciones cortas es preciso y sólido en cada uno de sus breves recorridos. El sonido del escape en cada inserción, cautivador. Cambio al T antiguo. Ante mí, un volante Momo deportivo. Entonces me doy cuenta de que aquí no todo es original. Especialmente cuando le doy al contacto.

Porsche 911 Carrera T vs su antepasado
Christoph Börries / AUTO BILD

En lugar del seis cilindros de 110 CV que llevaba de serie, su propietario le ha trasplantado un 2,4 litros bóxer de 180, alimentado por dos carburadores PMO. Un nuevo árbol de levas y un chasis modificado completan el reajuste deportivo. Dentro: revestimientos de las puertas del RS 2.7 y asientos deportivos Nürbürgring con tapizado a cuadros. A bajas vueltas es indolente, pero se vuelve muy generoso a partir de las 4.000. "Hay que provocarlo", me dice su propietario.

Circulo por la carretera, siento cada china del asfalto en mis riñones, pero se me imprime una sonrisa en la cara ante la fascinación de ir al volante de un modelo con casi 50 años. Porsche lo lanzó en su día como versión de acceso, por detrás del 911 L. Desde septiembre de 1964 hasta agosto de 1973, la marca fabricó 81.100 modelo en total, 25.429 en variante Targa. El salpicadero con la típica instrumentación analógica circular acelera mis pulsaciones. Debía ser realmente adelantado a su época, porque ha aguantado muy bien el paso del tiempo. También es verdad que Porsche ha mantenido su esencia hasta hoy en los 911.

En recta me sorprende el aplomo con que circula. A partir de 1968, Porsche alargó la batalla de su 911, y eso se nota. Pero también me pilla por sorpresa la facilidad con que toma las curvas. Una vez que uno se hace a su dura dirección, claro. Porque si bien este clásico es increíblemente ágil, cualquier mínimo gesto en él supone un gran esfuerzo.

Porsche 911 Carrera T vs su antepasado
Christoph Börries / AUTO BILD

Por eso, después de un día entero al volante, me siento como su me hubiera peleado con un oso pardo. Y al mismo tiempo, con una sonrisa en la cara que no consigo que se me quite.

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