A los coches autónomos les queda mucho para ser tan seguros como los conductores

¿Están los coches autónomos (completamente autónomos) a la vuelta de la esquina? Las marcas están trabajando en ello, pero lo cierto es que igualar el nivel de seguridad que supone un humano conduciendo no es nada fácil, por mucho que nos quejemos de que la gente conduce de manera horrible.

A raíz de un tweet de Matt Farah, en el que apuntaba que un sistema que controle un vehículo y sea seguro el 99,9% del tiempo en realidad es muy inseguro, los compañeros de Jalopnik se han puesto a hacer cálculos sobre cómo de seguro es entonces que conduzca un humano, y lo cierto es que los resultados son bastante llamativos.

El medio ha tomado datos del mercado y el tráfico estadounidense, pero lo cierto es que la conclusión es extrapolable a otras partes del mundo.

Clon los informes de 2021, según la NHTSA, los estadounidenses condujeron ese año un total de 2.903.622.000 millas. Además, en total durante ese periodo se produjeron 5.250.837 accidentes. El resultado es que hubo un percance una vez por cada 552.983 millas recorridas.

Dividiendo los accidentes por las millas conducidas, da como resultado que se producen 0,00000181 accidentes por milla. Esto, multiplicado por 100 resulta en que el ratio de accidentes es del 0,000181%.

Haciendo la sencilla resta de sustraer esta cifra al total, es decir, 100, el resultado es que los conductores humanos conducen de manera segura durante el 99,999819% del tiempo. 

Se trata de una cifra muy destacable y es que, aunque en nuestras carreteras veamos accidentes de manera más o menos regular, lo cierto es que con la enorme cantidad de desplazamiento que se producen día a día en todo el mundo, en realidad, a nivel relativo se producen pocos accidentes.

Así, lo cierto es que conseguir llegar hasta ese punto (sobre todo esos últimos decimales, que parecen importar poco, pero en realidad suponen una diferencia importante de kilómetros sin accidentes) implica que los sistemas de conducción autónoma van a tener que afinar mucho para ser mejores que los conductores humanos.