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Biocombustibles, tres razones por las que deberían ser una buena solución medioambiental y una por la que no

Biocombustibles

Una opción a valorar.

Los combustibles tienen los días contados en Europa en lo que se refiere a los coches: en 2035 se prohibirá la venta de modelos con cualquier tipo de mecánica térmica (hasta los híbridos). Eso le deja poco margen a una industria que, como alternativa, propuso los biocombustibles, aunque su camino quedó desechado.

A pesar de que desde las altas esferas las respuesta haya sido un ‘no’, lo cierto es que es una vía con posibilidades. Estas son tres razones por las que deberían ser una buena solución medioambiental y una por la que no.

 

Lo primero es tener claro qué es un biocombustible: es aquel combustible creado a partir de la biomasa, es decir, materia orgánica procedente de recursos naturales o residuos orgánicos vegetales o animales; al contrario de la gasolina y diésel convencionales, que son combustibles fósiles.

Hay de diversos tipos, pero los más utilizados son los siguientes: bioalcoholes (bioetanol y biometanol), biogas (biopropano), biodiésel y biohidrógeno (obtenido de algas y bacterias)

Ventaja: Menos emisiones contaminantes

Lógicamente, no hablamos de cero emisiones, como en el caso de los coches eléctricos (durante su uso, durante su producción es otra cosa), pero si un vehículo térmico emplea biocombustible en lugar de uno tradicional, las emisiones contaminantes generadas son menores, por lo que se reduce el impacto en el medio ambiente.

Al emplear residuos orgánicos son capaces de sintetizar el dióxido de carbono que generan, lo que minimiza las emisiones de carbono y de azufre.

Ventaja: Renovable

Al contrario que con los combustibles fósiles, lo biocombustibles son una fuente de energía renovable, puesto que generan a partir de biomasa vegetal, que tarda mucho menos en producirse, es posible replantarla, etc. Son más abundantes y no es probable que se agoten a corto o medio plazo.

Ventaja: Economía

Se suele pensar que un biocombustible es mucho más caro que uno convencional, pero la realidad no es así, por lo que usar uno u otro no supone una gran diferencia a nivel económico.

Además, se pueden adaptar a los motores existentes, lo que es un gran punto a favor, porque el parque automovilístico podría optar por estos de una manera mucho más barata de lo que supone comprarse un eléctrico o convertir un térmico en un híbrido de gas.

Contra: Contraproducente para el medioambiente

Parece una contradicción, pero lo cierto es que si se popularizaran a gran nivel los biocombustibles, sería algo que afectaría de manera negativa al medioambiente.

Su masificación iría acompañado a una demanda mayor de materias primas para producirlos y esto tendría contraindicaciones. Poniendo como ejemplo el maíz, que se utiliza para crear bioetanol, necesita grandes superficies para cultivarse, lo que lleva a la extensión de este tipo de agricultura en detrimento de otras.

Además, de manera colateral, para ampliar las superficies de cultivo habría que talar bosques, así que podría provocar deforestación.

Por último, aunque es un tipo de combustible más respetuoso con el medioambiente, sigue teniendo emisiones contaminantes, por lo que este problema tampoco se evitaría por completo.

Etiquetas: Combustibles

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