El Abarth 595 cumple 60 años

Fue en septiembre de 1963 cuando Carlo Abarth presentó en sociedad el Fiat-Abarth 595, modelo que establecería la idiosincrasia de la marca del escorpión para siempre: tomar modelos de Fiat y llevarlos hasta su extremo más deportivo. 60 años después, la compañía sigue en sus trece.

Aquel Abarth primigenio estaba basado en el Fiat 500 D, que llevaba a la venta desde 1961. El cambio de nombre derivaba de la cilindrada del modelo, cuyo motor ahora mejoraba sus cilindros y pistones y e incorporaba materiales completamente nuevos.

Era algo que quedaba patente ya a primera vista, pues aportaba elementos de diseño propios que le distinguían de su pariente más terrenal: parrilla delantera perforada tipo 850TC, inscripción "Fiat Abarth 595" en metal brillante en la parte trasera y en el capó, y el texto que le identificaba como "Campeón del Mundo" en el lateral derecho, en referencia a los récords conseguidos por las creaciones de la Officine di Corso Marche. 

Otros añadidos interesantes fueron el cárter de aluminio sobredimensionado que sobresalía por la parte trasera y el sistema de escape deportivo de doble salida del tipo "Record Monza". 

El resultado fue que el Abarth 595 fue una versión mucho más radical y deportiva que el modelo de Fiat en el que se basaba, aunque a día de hoy sus cifras puedan parecer más humildes: sus 27 CV a 5.000 rpm suponían un 30% más de potencia y era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 120 km/h.

Cuando se presentó al público en el Salón del Automóvil de Turín del 63, su creador ofreció a los asistentes un cupón para probar el nuevo lanzamiento. La maniobra fue todo un éxito y Abarth no tardó en anunciar que pronto se fabricarían los primeros 1.000 Fiat-Abarth 595 homologados para competición.

No hubo que esperar ni un año para conocer a su predecesor, pues el Fiat-Abarth 695 fue presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra de marzo de 1964. Se trataba de una actualización técnica que luego se convirtió en la base de la tradición Abarth.