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24 Horas de Le Mans: La preparación para la carrera más difícil

Preparación física 24 Horas de Le Mans
Le Mans exige el 100% de todos los participantes en la carrera, pero sobre todo a nivel físico y mental. Así se 'ponen a punto' los pilotos para esta mítica carrera.

Correr las 24 Horas de Le Mans no es, ni mucho menos, una decisión que se tome de un día a otro. La prueba de resistencia más legendaria del mundo es tremendamente dura y exige el máximo de todos y cada una de las personas involucradas, empezando por el piloto. Así es la preparación para una de las carreras más difíciles del automovilismo.

Equipo Porsche

No todos los corredores en Le Mans son 100% profesionales y se dedican todo el año a la competición. De hecho los pilotos se dividen en varias clases: Platino, oro, plata y bronce, en función de su experiencia y logros deportivos. Los pilotos bronce son pilotos amateur, que solo pueden correr en dos categorías: LMP2 o LM GTE Am.

Vídeo: las 24 horas de Le Mans 2018 ya están aquí

Sin embargo, eso es solo una división antes de sentarse en el coche, bajar la visera y pisar el acelerador… porque ante el cronómetro todos son iguales. Por ello los 180 pilotos que participan en las 24 Horas de Le Mans 2018 han debido seguir una dura preparación física y mental.

Preparados para sobrevivir a 24 horas de exigencia

Cada piloto cuenta con su propio equipo de entrenadores, que a veces son miembros de la misma escudería. Durante los meses previos a la carrera o prácticamente cada día del año si son pilotos a tiempo completo, los corredores siguen un entrenamiento que gira en torno a los siguientes puntos básicos, variables dependiendo del piloto en cuestión.

  • Resistencia con movimientos de volante, ya sea en máquinas específicas o con bolas o pesos equivalentes durante un período largo hasta generar cansancio.
  • Entrenamiento del cuello, que se suele hacer con un casco puesto y especialmente adaptado, sujeto por tirantes elásticos o fijos que van unidos a un sistema de pesas. En ambos casos, la resistencia puede variarse para simular las fuerzas G que actúan sobre la cabeza del piloto.
  • Entrenamiento de tiempos de reacción y coordinación manos-ojos en una máquina "Batak", o similar, en sesiones de 7/8 minutos.
  • Entrenamiento del tronco o "core", cuyos músculos son vitales para soportar todas las fuerzas a las que se somete el piloto en el transcurso de la carrera. Se combina con equilibrio sobre balón medicinal apoyado en el estómago.
  • Entrenamiento integral de las piernas, tobillos y pies, encargados de soportar al piloto y de apretar el freno durante horas.
  • Preparación cardiovascular, ya sea corriendo, sobre bicicleta (spinning o en carretera) o con otros modos para mejorar el fondo físico.
Preparación Le Mans 2

Todo esto es clave para evitar desvanecimientos en el coche, calambres o simplemente consecuencias de una mala preparación, pues no hay que olvidar que los pilotos se enfrentan a varias horas de conducción, velocidades superiores a 300 km/h, temperaturas en torno a 30 ºC, múltiples fuerzas G y una tensión incalculable. Se pueden llegar a consumir más de mil calorías en un turno de varias horas al volante.

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Concentración máxima

Más allá de la preparación física, los pilotos han de seguir un importante entrenamiento mental antes de las 24 Horas de Le Mans. Hay que tener en cuenta que, como se dice habitualmente, es una carrera que no se gana en las primeras 23 horas… pero sí que se pierde. Y el equipo al completo ha de ser consciente de ello.

Es crucial que los pilotos aprendan a relajarse una vez se bajen del coche tras acabar su turno al volante, para poder dormir rápidamente y recuperar fuerzas tras tomar una comida ligera. Esto se consigue siguiendo una rutina apropiada y después de un entrenamiento llevado a cabo durante las maratonianas sesiones de pruebas que los equipos llevan a cabo antes de ir a Le Mans.

Porsche 24 Horas de Le Mans

Timo Bernhard, ganador con Porsche las 24 Horas de Le Mans 2017, define a la perfección la importancia de la concentración en carrera. “Hay momentos, en especial durante la noche, en los que uno siente que está totalmente aislado del mundo, como con una visión túnel. Todo transcurre automáticamente. Son tus reflejos los que tienen el control del coche”.

“A menudo se producen momentos de tensión extraordinaria. Puede haber una piedra sobre el asfalto o alguien que hace un trompo delante de ti. En ese instante respondes y recuperas el control del coche de alguna manera y hasta pasados unos cuantos segundos no piensas en lo que podría haber sucedido. Es entonces cuando tu pulso se acelera. Uno no conduce con la cabeza, todo sucede demasiado rápido. Podría decirse que el piloto más rápido es el que tiene más habilidad para desconectar su cabeza", añade.

A pesar de la dureza, Le Mans tiene algo que engancha. La competitividad atrae a los mejores pilotos del mundo y los duros meses de preparación merecen la pena. Por todo ello, cruzar la meta después de 24 horas de carrera ya es como un triunfo.

Imagen: Porsche

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