5 coches de producción que fueron una auténtica burrada

Algunas veces, por suerte o por desgracia, a los fabricantes de automóviles se les va la cabeza -también al directivo que aprueba el proyecto en lugar de mandarlo al cajón- y lanzan a producción coches que son una auténtica burrada. Los hay de todos los tipos y colores. Esta es nuestra selección:

Mercedes 300 E 6.0 AMG “The Hammer”

Antes de ser la división de deportivos de Mercedes, AMG era un preparador de automóviles independiente que metía mano a algunos vehículos de la firma de la estrella. Sus éxitos deportivos y sus increíbles preparaciones hicieron que Daimler la adquirirse en su totalidad en 2005.

Y una de esas creaciones tan espectaculares fue el Mercedes 300 E 6.0 AMG “The Hammer”, un lobo con piel de lobo. Bajo el capó se hallaba un V8 6.0 de 385 CV y 556 Nm de par con el que aceleraba de 0 a 100 km/h en solo 5,3" y alcanzaba la velocidad máxima de 300 km/h. 

Pero esas impresionantes cifras venían acompañado de un kit de carrocería completo, con llantas y alerón posterior incluido, nuevas suspensiones, frenos más grandes y un diferencial autoblocante tipo Torsen.

Renault 5 Turbo 'Culo Gordo'

Otro de esos trabajos que nos encantan. Apodado el 'Culo Gordo' por la anchura de su trasera, el Renault 5 fue diseñado por Jean Terramorsi y posteriormente por Marcello Gandini. Adoptaba el nombre del modelo francés, pero podría decirse que era un coche totalmente nuevo. Ensanchado hasta unas cotas nunca vistas hasta entonces en un coche de su tamaño, el 5 Turbo. Además, para aligerar el peso muchos de sus elementos fueron fabricados en poliéster y en aluminio.

Equipaba el motor de cuatro cilindros en línea derivado del R5 Alpine, sobrealimentado con un turbo Garret T3, pero colocado en posición central trasera. Los 160 CV que erogaba en un principio -llegó hasta los 350 CV del  Maxi Turbo- iban destinados, todos, al eje trasero.

5 coches que no superaron a sus antecesores

Si su imagen exterior era llamativa, no era menos la interior gracias a los colores que inundaban todo el habitáculo, incluido el salpicadero, y al cuadro de instrumentos de diez relojes circulares.

Plymouth Prowler

Chrysler viajó al pasado con la intención de rescatar los hot-road. Es así como nació el Plymouth Prowler, un vehículo que por su diseño sorprendió, para bien o para mal, a propios y extraños. A esa estética arriesgada le acompañaba un motor V6 3.5 de 214 CV. En 1999, el bloque fue potenciado hasta los 253 CV, año en el que, por cierto, se vendieron más unidades: 3.921 -11.702 en total desde 1997 hasta 2002, teniendo en cuenta que en 1998 no se fabricó ninguna-.

Renault Clio V6

Unos cuantos años más tarde, Renault se lió de nuevo la manta a la cabeza para crear un coche fuera de lo común: el Clio V6. Fueron los asistentes al Salón de París de 1998 los afortunados que pudieron ver el prototipo del vehículo que finalmente llegó a producción. 

Tenía la imagen de un Clio II, pero como pasó con el 5 Turbo, el Clio V6 era un coche nuevo: con una carrocería 171 mm más ancha y 55 más baja, un motor transversal V6 24V (230 CV) colocado en posición central, por lo que se suprimían los asientos; y algunas de sus piezas realizadas en composite.

La increíble historia del Renault Clio V6 

Y llegó el Fase 2 para hacerlo más efectivo...

Citroën BX 4TC

Desde Francia aterrizó el Citroën BX 4TC, un vehículo creado para cumplir el requisito de unidades de homologación para participar en la categoría del Grupo B.

Su imagen daba claras señas de lo que suponía este coche con motor de 200 CV: capó con joroba, carrocería ensanchada y paragolpes específicos. Además, adoptaba detalles que marcaban la diferencia con el Citroën BX de serie, como la parrilla con cuatro faros adicionales o el logo "doble".

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Se fabricaron 200 unidades, pero como en competición, a este coche de calle no le acompañó el éxito puesto que sólo se vendieron unas pocas, menos de la mitad.  

Imagen: Artcurial