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Comparativa: Opel Astra y Renault Megane, ¿cuál es mejor?

Opel Astra y Renault Mégane regresan al campo de batalla renovados y con mejores armas. El objetivo, el mismo: marcar territorio en el segmento de los compactos y ser el mejor. La lucha promete. ¿Cuál de ellos se impone?

Ha habido cambios en el segmento de los compactos, Opel Astra y Renault Mégane se renuevan y mejoran para seguir luchando por ser líderes de mercado. Pero, ¿cuál es mejor?

El sistema Multi-Sense del nuevo Renault Mégane es uno de los grandes animadores en un interior inédito, muy distinto a lo que acostumbrábamos a ver en el francés y presidido (o más bien monopolizado) por una enorme pantalla vertical de 8,7 pulgadas desde la que se pueden gestionar casi todas las funciones del coche. Cada color corresponde a un perfil de conducción y son cinco: Eco, Confort, Neutral, Sport y un quinto que se puede personalizar. Varían la respuesta del acelerador, el ambiente lumínico del habitáculo o la función masaje de los asientos delanteros. Sí, has leído bien: el Renault Mégane 2016 te cuida la espalda mientras vas del trabajo a casa o viceversa. ¿Algo más? Como carta de presentación no está nada mal y lo mejor es que es de serie en este completo acabado Bose, que también suma de fábrica el navegador o el acceso y arranque sin llave. 

Renault ha vuelto a arriesgar y eso se merece un aplauso. Su nuevo compacto es más grande en todas sus cotas, lo que le procura una mayor habitabilidad con respecto a la anterior generación (también aumenta el maletero). La evolución es más que palpable, aunque para saber hasta dónde es capaz de llegar, lo mejor es ponerle en aprietos de verdad. ¿Qué tal si lo enfrento a otro peso pesado del segmento que también llega con la etiqueta de 'nuevo'? 

Dicho y hecho. Demos la bienvenida a un Opel Astra que, aunque parezca un restyling más, estrena plataforma y su interior nada tiene que ver con lo que exhibía hasta ahora. Su concepto no rompe tanto como el del Mégane y opta por ser más continuista en sus líneas. Eso también pasa en el interior, donde te encuentras una pantalla táctil, pero más tradicional, mayor cantidad de mandos analógicos y una instrumentación a la antigua usanza.

¿Renault Mégane u Opel Astra, cuál es mejor? Todo depende de gustos. El del Mégane, aun valorando esas ganas de aportar algo nuevo al segmento, tiene detalles mejorables. El más importante es que esa enorme pantalla queda un poco lejos del conductor, lo que obliga estirar bastante el brazo para llegar a la zona derecha. 

Por otra parte, su uso tampoco es del todo intuitivo (lo mismo pasa con rivales como el Peugeot 308), aunque no tardas mucho tiempo en adaptarte. Por último, el material que rodea a la pantalla es de una calidad mejorable: deja ver demasiado el polvo que cae en esa zona y los dedos se marcan con facilidad. 

Innovación total en el Mégane

Obviamente, hay más bueno que malo y tengo que destacar lo rápido que uno se puede desplazar entre los distintos menús y la buena sensibilidad al tacto que ofrece, ya que no hace falta presionar fuerte para que reaccione.

El Astra se queda bloqueado ante semejante innovación y su propuesta parece más aburrida. Incluso en los relojes de la instrumentación, el modelo alemán recurre a las clásicas esferas, mientras que el francés se vuelve a gustar con un gran reloj digital personalizable para el cuentavueltas, la velocidad o la información del par y la potencia.

Como guinda, el Mégane ofrece (en opción) un head-up display (cuesta 350 euros) para proyectar la información más importante en el parabrisas. El Re-nault parece pasearse victorioso, pero el Opel busca cómo contrarrestar este desequilibrio y encuentra un buen aliado en el novedoso sistema OnStar, que ofrece línea directa con una operadora de servicios específica que te puede añadir una ruta al navegador, recomendar distintos itinerarios o hacer un chequeo remoto del estado del coche en cualquier momento.

Por si eso fuera poco, puede crear una red WiFi 4G en la que interactuar con hasta siete dispositivos distintos. ¡Touché al Mégane! Pero hay más. El Astra coge carrerilla y se despacha con unas mejores plazas traseras (más holgadas y con más centímetros para la cabeza y las rodillas). De lo que no puede alardear el modelo alemán es de las salidas de aire específicas que ofrece el Mégane para la segunda fila o de un maletero más grande. 

Motores muy parecidos

Con los egos heridos es momento de hacer que entre en escena lo que cada uno de nuestros protagonistas ofrece bajo el capó. Sobre el papel hay mucha igualdad, porque ambos se ayudan de sendos bloques de 1,6 litros de cilindrada, turbo y cifras de potencia muy similares.

También los dos se asocian a una caja de cambios de seis relaciones y montan sistemas para hacer que el consumo se reduzca lo máximo posible en ciudad, como el Start-Stop o el indicador de marcha óptima.

Repetimos la pregunta en este apartado: ¿Renault Mégane u Opel Astra, cuál de los dos convence más?

Empiezo con el Mégane. Tras los primeros kilómetros te das cuenta de que no hay un compacto diésel que sepa aislar tan bien el ruido y las vibraciones del motor. Incluso en la zona alta del cuentavueltas el sonido que llega al habitáculo no es para nada estridente. El Astra no pude decir lo mismo. En lo que ha mejorado y mucho el alemán es en la respuesta de su motor. Quizá los más de 120 kilos que se han ahorrado en él tengan la culpa, pero lo cierto es que este cuatro cilindros CDTi gira muy animado desde bajas vueltas, cosa que antes no pasaba.

No obstante, si bien en aceleración pura la cosa está bastante igualada, en las recuperaciones el Mégane vuelve a sacar pecho y es más rápido. Y es que el bloque dCi funciona con más brío en la zona alta del cuentarrevoluciones y sigue dando mucho de sí más allá de las 4.000 vueltas. Y eso no afecta al consumo, ya que el Renault vuelve a imponer su ley (menos peso y zapatos más estrechos) para lograr arañar unas décimas al Astra. 

Queda hablar del comportamiento y aquí el Opel tiene más que decir, con un esquema de suspensiones que sabe sujetar mejor las oscilaciones de la carrocería sin mermar la comodidad (aunque de comodidad, el Mégane sabe más que nadie). Llegamos al final de la contienda y la cosa está realmente igualada. Pero el Opel se saca un último as de la manga: es más barato. Sí, nunca antes un Astra había ofrecido tanto por tan poco dinero. 

Conclusión: El Astra sabe sacar más partido a lo que tiene 

Opel Astra y Renault Mégane se han partido literalmente la cara en un enfrentamiento en el que los pequeños detalles han dictado sentencia a favor del Opel, que ha sorprendido con un precio inferior al de su rival. Aun así, bravo por un Mégane que siempre ha estado pisándole los talones y que es, sin duda, el mejor que ha salido de la factoría de Palencia.

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