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Comparativa del Hyundai Tucson vs Volkswagen Tiguan: los coreanos aspiran al trono

El nuevo Hyundai Tucson desafía con un estética radical a la referencia del segmento, el sobrio Volkswagen Tiguan. ¿Basta eso para arrebatarle el trono? Los enfrentamos

Lo más notable del nuevo Hyundai Tucson es su frontal con cinco luces diurnas hundidas en la rejilla del radiador. Los enormes pasos de rueda angulares, lo nervios en tensión a lo largo de la carrocería y las tiras cromadas en el techo que aumentan significativamente en la zona del pilar D dominan la vista lateral. 

En la parte trasera, los pilotos dobles conectados por una delgada banda de luz y la ausencia de un limpiaparabrisas trasero marcan una zaga con mucha personalidad. Decimos ausencia en apariencia,  pero va oculto en el espoiler del techo, lo que logra un diseño más limpio que en el alemán. 

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Y es que el Volkswagen Tiguan tiene un aspecto más, digamos… cauteloso. ¿Por qué cambiar algo cuando funciona? Y a su favor, todos sabemos que los diseños discretos no pasan de moda en el corto plazo.

Morro Tiguan

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En cualquier caso, este SUV de Volkswagen, que vio la luz en 2016, no puede evitar verse algo anticuado al lado del atrevido Hyundai. Todo esto, claro, en el apartado estético. Pero veamos si también se nota esta diferencia en sus atributos internos. 

Por dentro

Un punto fuerte clásico del Tiguan es el buen uso del espacio. Aquí es donde las formas sencillas valen la pena. A pesar de ser casi idéntico en longitud, el Volkswagen siempre ofrece unos milímetros más de espacio, aunque el Tucson, con su generosa parte trasera, que además es muy acogedora, ofrece también bastante desahogo a sus ocupantes. 

Asientos Hyundai

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Los asientos cómodos, generosamente mullidos, y con muchas opciones de ajuste del Tiguan lo elevan por encima de la clase compacta. A los del Hyundai les faltan unos milímetros respecto a su rival. 

Asientos Tiguan

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En el coreano hay que alabar la extremada solidez de sus ajustes. Sobre pisos muy bacheados o calles adoquinadas, en el salpicadero del Tiguan se puede oír algún que otro crujido. En el del Tucson… absolutamente nada, como si todo fuera de una sola pieza. 

El hecho de que aun así, finalmente el Tucson no supere al alemán en puntos en el apartado de calidad, se debe a que sus plásticos en general tienen un aspecto más barato y son más sensibles a los arañazos. Y el ruido del viento que proviene de las puertas, ya desde velocidades moderadas, se llega a hacer algo molesto. 

Al volante

El cockpit del coreano impresiona con su diseño futurista y el manejo sencillo de los elementos de control, que incluso se pone por delante del Tiguan en algunos aspectos. Por ejemplo, hay un botón en el volante para desactivar el asistente de carril; muchos conductores, es lo primero que hacen después de arrancar el motor. En el Tiguan, el conductor tiene que entrar al menú de asistentes cada vez.

Cockpit Tucson

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De modo que el puesto de conducción del coreano no admitiría ninguna pega… si no fuera por los controles del cambio automático mediante pulsadores, con una respuesta algo retardada. Por el contrario, la palanca selectora clásica, que ha sobrevivido al menos en esta generación de Tiguan, se puede operar a ciegas.

Cockpit Tiguan

¡En marcha!

Por lo demás, hay que decir que el funcionamiento de la transmisión y el motor del Tucson no tienen apenas debilidades. El diésel de 1.6 litros con 136 CV es un viejo conocido y armoniza muy bien con la caja de doble embrague de siete relaciones, que incluye modo de navegación. A esto añade un sistema eléctrico de 48 voltios.

Barrido Tucson

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El Tiguan viene con el ya familiar TDI de dos litros con 150 CV, junto con un DSG de siete velocidades. Ambas máquinas se acoplan bien después de un arranque en frío algo rudo, pero enseguida la mecánica adquiere un sonido agradable, y bien aislado. 

El Volkswagen hace notar sus 14 caballos adicionales respecto al Tucson en cada situación. Y eso que el coreano no es para nada lento, pero se queda un poco por detrás en todas las mediciones. Además, el Volkswagen es menos glotón que el recién llegado: en nuestro consumo de prueba hemos medido 7,2 l/100 km frente a los 7,5 l del coreano. Y cuando el Hyundai tiene que parar en el surtidor, el Tiguan rodará 110 kilómetros más gracias a su depósito más grande.

Personalidades múltiples

Con los amortiguadores adaptativos equipados en el coche de prueba, el Volkswagen puede rodar de suave a deportivo, y ofrece por tanto una amplia variedad de estilos de conducción. Siempre apoyado por la dirección progresiva opcional, es un vehículo muy predecible y fácil de llevar, y comunica con exactitud lo que sucede en el asfalto. 

Barrido Tiguan

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El Tucson, que también está equipado con un chasis ajustable, parece en todas las situaciones un poco más nervioso, la carrocería balancea significativamente más. Su dirección es buena, aunque funciona de forma más difusa, y hay que sacarla con más decisión de la posición central. El hecho de que el coche de prueba estuviera calzado con unas elegantes ruedas de 19 y el alemán con unas de 18,  contribuye también a que las sensaciones de conducción sean un poco peores en el Hyundai. 

A cambio, sus “rodillos” gruesos le favorecen en las frenadas. Con los discos calientes, se detiene desde los 100 km/h un metro y medio antes que el Volkswagen. En caso de una emergencia, esto puede ser decisivo.

Zagas Tucson y Tiguan

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No hay tanta diferencia en precio: es más, tal y como vienen equipados los coches de prueba, el Hyundai es incluso levemente más caro que el Volkswagen. Los tiempos en que la mayor virtud de los coches coreanos eran sus precios de derribo, han quedado definitivamente atrás. No pasa lo mismo con el valor residual: el alemán sigue teniendo una depreciación claramente menor que el coreano, de modo que en el apartado de costes, donde también entra su menor consumo, el Tiguan se impone con claridad. 

Conclusión

2º puesto: Hyundai Tucson 1.6 CRDi 4WD. Diseño emocionante, equipamiento completo, agradable combinación de motor y transmisión. Precio elevado.

Tucson

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1er puesto: VW Tiguan 2.0 TDI 4Motion DSG. Equilibrado y libre de debilidades reales. Interior amplio, comportamiento intachable en confort y dinamismo, consumo y precio menores. Los fríos puntos le dan la victoria… eso sí, muy ajustada. 

Tiguan

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Hyundai merece nuestros respetos por rediseñar su caballo de batalla de manera tan radical. El Tucson apenas tiene debilidades y puntúa con contundencia en muchos apartados. Aunque, por los pelos, no logre vencer al pragmático Tiguan, sin duda el SUV coreano se pone en lo alto de la categoría. 

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