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Comparativa: Audi Q5 2.0 TDI quattro contra Volvo XC60 D5 AWD

Con su diseño, esta generación del XC60 es capaz de hacer sombra al mismísimo Audi Q5. Pero, ¿es solo una cara bonita o también un buen coche? Lo comprobamos

Motorizaciones comparadas:

Los profesionales que nos dedicamos a este trabajo debemos intentar ser tan imparciales como un árbitro de fútbol. Por eso muchas veces el tema más peliagudo a la hora de valorar un coche es el diseño, porque es el apartado que apela a los criterios más subjetivos. Pues bien: en este caso, me voy a saltar esta regla. Y que se quejen en Audi si quieren: hinco la rodilla ante el diseño del nuevo Volvo XC60. Y no relativizo: el sueco es el SUV más bonito de su clase. Punto. Y ahora que ya lo he soltado, puedo seguir con el resto de la comparativa. Aquí se ven las caras el Volvo XC60 y el Audi Q5. ¡Estoy realmente expectante!

VÍDEO: 5 virtudes del Volvo XC60 2017

SUV nobles con mucho confort

Y ya dejo de arrodillarme delante del Volvo. Ahora me siento detrás. Y me sorprende el desahogo que ofrece para las piernas y la cabeza. En el Audi también hay espacio, pero el sueco es aquí más confortable, holgado y con mayor superficie acristalada. El nuevo Volvo XC60 que pruebo ha crecido cinco centímetros, hasta llegar a los 4,69 metros, y eso se nota sobre todo en las plazas traseras. ¡Pero no en el maletero! Cubica de 505 a 1.432 litros. Son unas cifras correctas, pero el Audi, tres centímetros más corto, ofrece desde los 550 a los 1.550. Y eso que no es el que tiene más espacio de carga si lo comparo con otros rivales como el BMW X3 y el Mercedes GLC. Y ni el Audi ni el Volvo tienen doble fondo para guardar la cortinilla enrollable. Por cierto, si de lo que se trata es de plegar los asientos, el Volvo es un espectáculo. Basta pulsar un botoncito en el maletero para que se abata el reposacabezas y después el respaldo. Todo sucede de forma casi instantánea y queda una superficie plana. No como en el Audi.

Paso al interior. El centro de mando del Volvo es una auténtica tablet con pantalla de 22,9 centímetros de diagonal, y por 1.999 euros extra incluye navegador con datos del estado del tráfico en tiempo real. La instrumentación digital es de serie en el acabado Inscription y ofrece la vista de los mapas entre los dos indicadores circulares. Audi pide 3.445 euros por su Virtual Cockpit que va acompañado con el navegador Plus en un paquete. Hay otra cosa en la que destaca el Volvo: a mí alrededor abundan superficies más mullidas y se nota más cuidado por los detalles, como las banderas suecas en las costuras o los revestimientos en material noble. No me queda duda de que en este apartado Volvo ha echado el resto. Pero que esto no lleve a malentendidos. El Audi Q5 que pruebo tiene una calidad de ajustes y acabados soberbia, pero luciría aún más si prescindiera definitivamente de los plásticos duros en la parte inferior del salpicadero.

Así se conducen ambos SUV

Una aclaración: la versión tope de gama en diésel para el Audi Q5 es el 2.0 TDI de 190 CV. El Volvo XC60 también ofrece un cuatro cilindros con esta potencia, pero solo he tenido la oportunidad de probar el de 235 CV. Y, a diferencia del Audi, no monta sistema de purificación de gases AdBlue. Su mayor par motor, de 480 Nm, frente a los 400 del Audi, se nota en el empuje. Así, con 7,2 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, es siete décimas más rápido que el Audi Q5. La velocidad punta es similar: 218 km/h el alemán, 220 el sueco. Donde sí se diferencian es en el chasis. El Volvo de esta prueba montaba la suspensión neumática adaptativa de 2.389 euros que, por medio de un mando giratorio en la consola central, permite elegir entre diferentes modos de conducción. Por defecto está en modo Confort. El tarado aquí es claramente blando, balancea en los cambios de apoyo, pero al mismo tiempo aporta suavidad en viajes largos. En modo Dynamic la carrocería baja su altura dos centímetros y la dirección, suspensión y transmisión adoptan un tacto más deportivo. Esto no quiere decir, en cualquier caso, que invite a una conducción al límite. Cuando lo llevas a fondo, los balanceos vuelven a aparecer y su dirección no es todo lo comunicativa que debiera, lo que se nota en curvas rápidas. El Volvo, definitivamente, apuesta por el confort, sea cual sea el modo de conducción que elijas.

El Audi es 145 kilos más ligero y, sin duda, permite más dinamismo que su rival. Con la suspensión neumática, que cuesta 2.385 euros, filtra las irregularidades con suma eficacia y consigue la cuadratura del círculo: en conjunto es más firme, aplomado y ágil, permite trazar las curvas con más precisión y su dirección es claramente más directa, sin llegar a ser nunca nerviosa. En este apartado, solo puedo aplaudir a Audi. Y es que en lo relativo a dinamismo el Q5 juega en otra liga. Por tanto, queda claro: quien aprecie ante todo la suavidad de marcha y mucho confort para los pasajeros, elegirá el Volvo. Pero quien quiera diversión al volante, debería decantarse por el Audi.

¿Cuál gasta menos?

Echo un vistazo al consumo tras una escapada de más de 300 kilómetros. Después de un recorrido a buena velocidad, el ordenador de viaje marca 9,3 litros de media. El fabricante anuncia 5,5. Por su parte, el ordenador del Audi ha señalado 8,6 litros, aunque en nuestro recorrido mixto hemos medido 7,5.

Por un XC60 diésel con 190 CV hay que pagar, como poco, 51.000 euros. Si das el salto al D5 de 235 CV, el precio de partida sube a 56.500 euros. ¿Por qué es tan caro? Porque siempre lleva cambio automático y tracción a las cuatro ruedas. Audi ofrece su Q5 diésel también con 150 CV, y gracias a su cambio manual y su tracción delantera puede bajar el precio bastante más. Nuestro XC60 de pruebas, con acabado Inscription (cuero, cuadro de mandos digital, modos de conducción), cuesta 60.700 euros. El Audi cuesta 50.000 euros y con los extras de esta unidad sube a 54.000 euros. Por tanto, una cosa está clara: el Volvo no es barato, pero el buen gusto, normalmente, suele salir caro.

Conclusión

¡Atención a Volvo! Para esta primera comparativa lo enfrentamos a un referente de la categoría como es el Audi Q5. ¡Y el sueco se defiende muy bien! Quien busque ante todo confort, una carrocería muy 'cool' y diferenciarse del resto elegirá el XC60. Para mí es el maestro de estilo en esta liga. Pero no un atleta. Quien quiera dinamismo sin renunciar al confort, tendrá en el Audi Q5 a su mejor aliado. Y es que el alemán logra esa sorprendente combinación. Puedes encontrar otros SUV similares en nuestro recomendador.

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