Marc Márquez: depende de sí mismo para ser campeón
Diego de Arístegui
Marc Márquez depende de sí mismo para ser campeón del mundo. La eficiencia y la inteligencia con la que está compitiendo este año el piloto de Cervera le permiten irse de vacaciones con una renta muy cómoda al frente de la clasificación general. El piloto del Repsol Honda deja Sachsenring con una distancia de 48 puntos sobre Jorge Lorenzo y de 59 sobre Valentino Rossi, o lo que es lo mismo, casi dos carreras de diferencia con los dos hombres de Yamaha.
Las estadísticas y las sensaciones están del lado de Márquez y de la consecucción del que sería su tercer título de MotoGP en cuatro temporadas y el quinto de su carrera deportiva. Para ser conscientes de hasta qué punto el español depende solamente de sí mismo, con todavía nueve carreras por delante le bastaría con terminar segundo en todas ellas, incluso con 9 victorias de Jorge Lorenzo en las 9 carreras que restan hasta el fin de fiesta en Valencia.
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No importa que la Honda sea una moto poco competitiva a día de hoy -cosa que ya empieza a decirse menos por el soberbio estado de gracia de Márquez- o que tanto Rossi como Lorenzo puedan ser mejor que él en determinados circuitos. La realidad es que Marc Márquez ha madurado una barbaridad desde el año pasado y su forma de afrontar las carreras está siendo de matrícula de honor cada fin de semana.
Hoy volvió a demostrar su grado de sintónia consigo mismo, pero sobre todo con su equipo técnico. Se equivocó en la elección del neumático de lluvia y tuvo un gran susto que por suerte para él sólo terminó en una salida de pista. Se veía muy atrás, y en cuanto vio la oportunidad de cambiar de moto lo hizo. Arriesgó en las primeras vueltas, cuando la pista aún no estaba seca y al final la jugada le salió mejor que bien.
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Marc está pensando mucho encima de la moto, y esa capacidad que tanto está explotando en este 2016 es la que ha hecho que a mitad de temporada tenga el título prácticamente sentenciado. Es cierto que seguirá sufriendo para seguir a las Yamaha, pero es que tanto Rossi como Lorenzo dan síntomas de debilidad en cada Gran Premio también y Marc se está aprovechando a lo grande de estas coyunturas.
Dentro de tres semanas llegaremos a Austria, un circuito que no podrá probar de la misma forma que sus rivales por el veto de Ducati a Honda, pero aún así se irá de vacaciones con la mente tranquila de decir que todo lo que está haciendo esta temporada lo está ejecutando a la perfección. A este nivel, podemos cantar el alirón con bastante antelación. Bien por Marc Márquez y los suyos.
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