Las verdaderas razones por las que las ventas de coches caen un 10% en España

Cada vez que hay una crisis, el sector de la automoción es uno de los que más la padecen. Si se dan varias crisis de manera simultánea, las consecuencias pueden ser graves. Vamos a explicarte las razones por las que las ventas de coches caen un 10% en España.

El sector del automóvil es uno de los más importantes en España, representando en torno a un 10% del PIB nacional y el 18% de las exportaciones totales. Varios fabricantes tienen instalaciones en nuestro país, aparte de Seat en Martorell: Citroën en Vigo, Ford en Almussafes, Volkswagen en Navarra, Renault en Valladolid y Sevilla…

Por tanto, cuando la industria del automóvil se tambalea, afecta a muchas personas y son muchos los puestos de trabajo en juego. 

La crisis económica de 2008 y posterior crisis financiera afectó de manera significativa al sector de la automoción, que vio cómo las ventas de coches menguaron notablemente. Caídas en las ventas que se vieron amortiguadas en algunos momentos mediante diferentes planes de estímulo por parte del Gobierno de turno. 

En los últimos años, parecía que el sector repuntaba, de hecho, experimentó una clara mejoría, con respecto a los años posteriores a la crisis. Pero, de repente, llegó la pandemia y puso todo patas arriba… otra vez. 

Las verdaderas razones por las que las ventas de coches caen un 10% en España

Para ser justos, el sector ya empezó a acusar una caída en las ventas de coches antes de la pandemia. Y esto se debe a varios factores.

El primer es que la crisis económica nunca desapreció en España, sino que se alargó más de lo que se pensó en un principio. Esta situación se agravó con la pandemia, pero, ya antes había unas cifras de paro muy elevadas, sueldos precarios, inestabilidad laboral… Todo esto impedía a muchas personas comprarse un coche nuevo.

La segunda razón por la que las ventas de coches caen en España tiene que ver con la amplia variedad tecnológica. Antes, un conductor se preguntaba: “¿diésel o gasolina?” Ahora la pregunta es: “diésel, gasolina, GNC, GLP, híbrido normal, híbrido enchufable, híbrido ligero? ¿Y eléctrico?”. 

Es decir, existe una gran incertidumbre sobre qué solución es más conveniente, lo que termina generando muchas dudas en los potenciales compradores.

Relacionado con lo anterior, otra razón la encontramos en las restricciones a la movilidad que anuncian determinadas autoridades. Uno no sabe si comprarse un coche diésel porque va a hacer muchos kilómetros anuales, pero a lo mejor, dentro de unos años no va a poder circular con él por su ciudad. 

Por otro lado, está el encarecimiento de los coches. Cada vez son más caros, debido a que incorporan mucha más carga tecnológica. Y, desgraciadamente, esto va a ir a más, ya que, a partir de este año, todos los coches nuevos deberán incluir una serie de ayudas a la conducción, los llamados sistemas ADAS, para superar las pruebas de seguridad cada vez más exigentes. 

No podemos dejar de lado tampoco la ausencia de ayudas a la compra de vehículos. Actualmente, solo existe el Plan MOVES III para incentivar la compra de coches ecológicos (eléctricos, híbridos, GLP…), pero el exceso de burocracia ralentiza la entrega de las ayudas. 

La pandemia del COVID-19

Sin duda, la pandemia que comenzó en marzo de 2020 supuso un frenazo en las aspiraciones del sector que, como ya hemos dicho antes, ya acusaba un descenso en las ventas de coches. 

Todas las razones que hemos expuesto hasta ahora se multiplicaron en la pandemia. Todo el país se paralizó, muchos trabajadores quedaron en situación de ERTE, otros muchos no sabían si iban a seguir trabajando… En resumen, un momento nada apropiado para ni siquiera plantearse la compra de un vehículo.

La crisis de los microchips

Una de las consecuencias de la pandemia fue la crisis de los microchips o semiconductores. Ya te hemos hablado mucho sobre ello, pero, conviene recordar que se trata de un componente fundamental para todo el entramado tecnológico de los automóviles modernos. 

Con la pandemia, la industria se paralizó y dejó de comprar estos chips, que se fabrican en Asia, principalmente, en China. Cuando se reanudó la producción, los diferentes fabricantes volvieron a solicitarlos, pero ahora tenían que ponerse a la cola, detrás de muchas otras empresas de sectores tecnológicos diferentes que habían seguido comprando chips. 

Las consecuencias ya las conocemos: escasez de microchips, paros en la producción en numerosas fábricas de todo el mundo y enormes retrasos en las entregas de los vehículos. 

Esto ha hecho que muchos potenciales clientes hayan optado por acudir al mercado de ocasión o segunda mano, lo cual, por cierto, ha provocado un aumento del precio de estos coches. 

Encarecimiento de la energía

Y llegamos al último punto, otra de las razones por las que las ventas de coches caen un 10% en España. Y tiene que ver con el encarecimiento de los precios de la energía que estamos sufriendo actualmente. 

En el último año hemos asistido a un incremento sustancial de la inflación, provocado, especialmente, por la subida del precio del gas y la electricidad, lo que ha hecho que se hayan disparado los precios de los alimentos y prácticamente de todo. También de la gasolina y el diésel. 

Aunque llevamos dos semanas de bajada en los precios de la gasolina, hace poco alcanzó su máximo histórico, muy por encima de los 2 euros el litro. Y lo mismo con el gasoil. 

Y la realidad es que no vamos a volver a ver el precio de los carburantes como estaba antes de la subida, al menos, en los próximos meses, ya que no hay ningún indicio que apunte a que la inflación vaya a bajar. 

A todo esto hay que sumar las consecuencias derivadas de la guerra en Ucrania, ya que algunas marcas tienen plantas en ese país. Por otro lado, Rusia posee alrededor del 35% de los gases nobles en el mundo y esos elementos químicos son necesarios para fabricar los coches eléctricos.