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Prueba de ensueño: 3 cosas que siempre soñé que ocurrirían al probar un Rolls-Royce y que se hacen realidad

Prueba de ensueño: 3 cosas que siempre soñé que ocurrirían al probar un Rolls-Royce y que se hacen realidad

Siempre digo que la gente humilde, incluso para soñar, soñamos en pobre. Te cuento uno de mis sueños que se ha hecho realidad: disfrutar de un Rolls-Royce. Y lo bueno es que no ha sido solo uno, sino ¡cuatro!

Esta es una prueba de ensueño, una de esas que te imaginas desde que eres pequeño y que sale tan a pedir de boca que se acaban cumpliendo 3 cosas que siempre soñé que ocurrirían al probar un Rolls-Royce.

Tantos años en esta profesión de probador de coches y no había tenido la oportunidad, -qué digo oportunidad, el lujo- de probar, sentir y disfrutar lo que es de verdad el lujo, de probar la marca de coches que de verdad representa la exquisitez y el máximo refinamiento, Rolls-Royce.

Por suerte, en ya 20 años de profesión (qué viejo me estoy haciendo, por Dios...) he podido probar algunos Bentley, también Maybach, incluso un Hummer H2 limusina con discoteca en su interior, pero nunca un modelo salido de la fábrica de los sueños de Goodwood, nunca un Rolls-Royce. Y eso, por fin, ha ocurrido,

1. Viajar en las plazas traseras como un rey

Y, como puedes imaginar, una prueba de Rolls-Royce no empieza de cualquier manera, un chófer me espera en la salida de la terminal de Múnich, que es donde va a tener lugar esta inolvidable experienciaa, para llevarme como un marajá en las plazas traseras de un Rolls-Royce Ghost hasta el punto de encuentro en los alrededores del Lago Tegernsee, cerca de la frontera con Austria.

¿Quién no ha fantaseado alguna vez con que un chófer le lleve plácidamente mientras tú disfrutas del paseo en las plazas traseras? Y puestos a pedir... ¿qué mejor coche que un Rolls para disfrutar de la experiencia? Sí, esto es algo que siempre imaginé y por fin se ha hecho realidad.

Prueba de ensueño: 3 cosas que siempre soñé que ocurrirían al probar un Rolls-Royce y que se hacen realidad

Te soy sin sincero, este coche es otro nivel, todo lo que me rodea impresiona. He accedido a la segunda fila por medio de puertas de apertura invertida, las he cerrado presionando un botón y, una vez dentro, un techo estrellado me deja sin palabras y sin saber cómo reaccionar. 

Aunque, puestos a exigir lujo, te confieso que echo de menos un reposapiés y una botella de champán bien fría en el reposabrazos central.

No es la mejor foto, pero no podía dejar de inmortalizar cómo es viajar en las plazas traseras de un Rolls-Roce por muy de noche que fuera.
No es la mejor foto, pero no podía dejar de inmortalizar cómo es viajar en las plazas traseras de un Rolls-Roce por muy de noche que fuera.

2. Volando en una alfombra mágica

Una vez en destino me cuentan el plan y yo no le encontré pegas. No sé si tú le ves fisuras: "Aquí tenéis casi toda la gama de modelos de Rolls-Royce, elegid el que queráis, probadlo y cuando queráis, cambiad a otro si así lo deseáis". ¡Madre mía! Esto promete ser la bomba.

Ya que he llegado hasta aquí como pasajero de un Ghost, paso a la fila delantera para saber cómo se siente el conductor de una de estas maravillas con ruedas. "¿Acaso los propietarios de un Rolls lo quieren para conducirlo?" 

Le pregunto a Andy McCain, experto de la línea de productos de la marca británica. "Sí, más de lo que pudieras pensar. Pero depende de cada comprador. Los hay que los tienen casi como colección y en su día a día se mueven en un Mini".

Prueba de ensueño: 3 cosas que siempre soñé que ocurrirían al probar un Rolls-Royce y que se hacen realidad

¿Sabes esa sensación de viajar como en una alfombra mágica de la que siempre se habla con marcas premium? Pues no tienes ni idea de lo que es hasta que te subes en un Rolls-Royce. Sí, un Mercedes Clase S es sensacional y tiene un rodar fino como pocos. Lo mismo digo de un Audi A8 o un BMW Serie 7. Pero esto es otro nivel.

Gran culpa la tiene la nueva plataforma 'Architecture of Luxury' sobre la que se basan tanto el Ghost como el Phatom y el Cullinan del que ahora te contaré más detalles. La clave es que está hecha de aluminio y, por tanto, ahorra peso.

Aunque lo verdaderamente importante es lo que la marca británica denomina 'Planar Suspension System', que es una suspensión con muelles neumáticos y amortiguadores de dureza variable, que gracias a la información de la cámara frontal se anticipa a los baches y hace que te sientas como Aladino sobre su alfombra mágica.

3. Potencia a raudales

Los primeros metros han sido una gozada, pero la carretera se revira y tengo curiosidad por descubrir qué es capaz de hacer un coche de más de 2.500 kilos cuando la física hace acto de presencia. Acelero a fondo y noto cómo el morro del coche se levanta, es como si fuera en una lancha fuera borda o en un avión privado justo en el momento de despegar.

Debajo del capó se esconde un motor V12 de 571 CV que me deja pegado al asiento a la mínima de cambio y me hace darme cuenta de varias cosas: la primera es que importa muy poco el peso si tienes potencia a raudales para moverlo...

Y la segunda es que me siento doblemente afortunado por haber podido probar un Rolls V12, porque los Rolls-Royce del futuro serán todos eléctricos, como adelanta el Rolls-Royce Spectre que ya ha sido anunciado.

Prueba de ensueño: 3 cosas que siempre soñé que ocurrirían al probar un Rolls-Royce y que se hacen realidad

Mucha potencia implica mucha responsabilidad y no hablo de la que siento sobre mis hombros por conducir a gran velocidad un coche de más de 350.000 euros, sino de los frenos, que tienen la difícil tarea de detener semejante artefacto. Pero monta unos discos de freno que son como paelleras y cuando los pisas a fondo rápidamente te das cuenta de que está todo bajo control.

Y hablando de control... Es alucinante cómo la suspensión es capaz de sujetar la carrocería. No te voy a decir que gire plano como un deportivo, porque no es su objetivo, pero logra un compromiso entre comodidad y dinamismo que me resulta difícil de entender. Desde luego el sistema 'Planar Suspension' del que te hablaba antes funciona a las mil maravillas.

En un Rolls te impresiona hasta la calidad de fabricación del paraguas que esconde en las puertas, cuyo mástil es de fibra de carbono y está reforzado con múltiples varillas.
En un Rolls te impresiona hasta la calidad de fabricación del paraguas que esconde en las puertas, cuyo mástil es de fibra de carbono y está reforzado con múltiples varillas.

El bueno de Andy me explica de forma sencilla algo que tiene que ser tan complicado de hacer como un puzzle de 10.000 piezas: 

"La suspensión, la dirección y los frenos aprenden de la forma de conducir del piloto y trabajan con información que reciben de la cámara frontal y que también tiene en cuenta la localización del propio vehículo, es decir, que en ciudad son más suaves y en carretera es como si tensaran sus músculos". 

"Y en este proceso también hay cientos de sensores que recogen información sobre la velocidad y la manera de conducir del piloto y así adaptan la respuesta. Por tanto, si haces un eslalon a baja velocidad, la suspensión actúa de manera suave para optimizar el confort; y si incrementas el ritmo, notas que hay menos balanceo que al principio".

Suena complejo, pero lo importante es que en marcha todo es automático y funciona como la seda.

Y no hay modos de conducción que valgan, el coche entiende lo que necesitas en cada momento y te ofrece justo eso. La única opción configurable es el modo 'Low' del cambio, que te permite subir el motor algo más de vueltas y retiene más cuando dejas de acelerar.

Paro para hacer un descanso y cambiar de coche, me gustaría probar el Rolss-Royce Phantom, pero lo tienen adjudicado otros compañeros de la prensa especializada europea, así que me conformo con sentarme en sus plazas traseras y sentirme arropado por su exquisito cuero y por unos asientos que te abrazan como una madre antes de irte a la cama. 

La presencia del Rolls-Royce Phatom en la carretera es impresionante
La presencia del Rolls-Royce Phatom en la carretera es impresionante

Pero no me quiero poner sentimental y, ya que me dejan elegir, decido subirme al Rolls-Roce Dawn. La temperatura baja claramente de los 10ºC, pero un cabrio así hay que disfrutarlo a cielo abierto. Pongo la calefacción a tope, activo los asientos calefactados y arranco. La verdad es que echo en falta un sistema tipo 'Air scarf' de Mercedes, aunque tampoco tengo frío.

El Dawn es como un yate con ruedas con ese aspecto tan atractivo, llamativo y lujoso al mismo tiempo y que en esta unidad combina colores y materiales como el mejor de los barcos. 

De hecho, si preguntas a los responsables de la marca por otros fabricantes a los que consideren rivales contestan con total tranquilidad y sin signo alguno de arrogancia que consideran que sus verdaderos rivales son los yates y aviones privados, pero no ningún otro fabricante de coches. Ahí queda eso... Y lo mejor es que no les falta razón.

Prueba de ensueño: 3 cosas que siempre soñé que ocurrirían al probar un Rolls-Royce y que se hacen realidad

El Dawn no tiene la misma plataforma del Ghost, sino la anterior, se nota que es un coche más veterano en que el cuadro de mandos sigue siendo analógico y en que lleva el anterior sistema multimedia de BMW, que solo se maneja por medio del iDrive y no tiene pantalla táctil. 

Aunque en lo que más lo noto es en el chasis, porque es un coche más pequeño pero se siente más pesado. De hecho lo es (2.635 kg, debido a los refuerzos torsionales), pero me refiero a que parece más torpe, porque no tiene tanta tecnología que actúe sobre la dinámica del coche. 

Así que es el modelo ideal para disfrutarlo de forma relajada. Y si lo cierras (algo que tampoco he querido dejar de experimentar), compruebas que su capota es tan bestial que sientes que vas en un coupé y no en un descapotable con el techo cerrado.

¿Prestaciones? ¿Consumo? No hay que ser grosero. ¿Qué más dan esos datos? ¿Qué le importan a quien se puede permitir estos coches? Aceleran como búfalos y beben como una manada de elefantes sedientos. Bueno, tampoco tanto para su potencia y peso, pero puedes hacerte una idea...

Y para terminar, pongo rumbo de vuelta al aeropuerto de Múnich con el último modelo en llegar a la marca de Goodwood, el Rolls-Royce Cullinan. Es como si la historia hubiera estado escrita para mí: el último para un gran final.

Prueba de ensueño: 3 cosas que siempre soñé que ocurrirían al probar un Rolls-Royce y que se hacen realidad

Este SUV, que en la casa no lo consideran como tal, porque su objetivo no es ser Sport, tampoco es un Utility car al uso, aunque sí un Vehicle, es una pasada. Y, pese a su poderío, tamaño y peso no resulta tan salvaje y desproporcionado como un Bentley Bentayga (que me perdonen en Goodwood para la comparación con tan mundano modelo...).

Voy al volante y no lo siento especialmente pesado, aunque lo sea (2.690 kg) y decido que la experiencia con Rolls se va a cerrar circulando por encima de 230 km/h en una Autobahn. Gas a fondo y volamos raso con un confort mágico. Tan mágico como ha sido este viaje en el que he podido comprobar cómo se han hecho realidad tres cosas que siempre soñé que ocurrirían al conducir un Rolls-Royce

¿Ha sido una experiencia perfecta? Casi, me quedo con la espinita de no haber podido conducir el Phantom, pero así ya tengo excusa para poder repetir y quien sabe si en una experiencia todavía más excitante. Ya le he hecho la propuesta a los responsables de comunicación de la marca, espero poder contártela en breve...

Etiquetas: lujo, Superlujo

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