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Grandes coches que no triunfaron: Renault Safrane

Renault Safrane

Treinta años de una berlina de representación que pasó más con pena que con gloria.

Es el típico modelo que probablemente hayas olvidado de lunes a viernes. Y que de pronto, el fin de semana, tomando algo con unos amigos, sale a colación y arranca más de un '¡Aaaahhhh, ya me acuerdo! ¿Pero lo recuerdas tú? Hoy, en nuestra serie Grandes coches que no triunfaron, rendimos nuestro pequeño-gran homenaje a un 'pobre' Renault Safrane... ¿demasiado pensado para 'ricos'?

En un verano en el que hemos recordado mucho un década como la de los 90 -por cumplirse 30 años de los Seat olímpicos, por ejemplo-, te invitamos a que eches la vista atrás y te pongas en situación: Renault es una marca de coches que vive un momento ciertamente dulce en cuanto a cambio de imagen, lanzamientos de producto, renovación de gama y éxitos deportivos

Al tiempo que su característico rombo rayado (al que los franceses han vuelto hace unos meses con toques neorretro) pasa a ser de cromado y liso, es entonces cuando estrenan en sus coches el nuevo con un orgullo tan creciente como esta 'pieza' modelos que, además, van abandonado la característica nomenclatura numérica en favor de palabras más conceptuales

Por ejemplo, el primer Renault Clio sustituye al Supercinco (por encima del Twingo, que ocupa más o menos el nicho del Renault 4 'Cuatrolatas'); el Renault Mégane reemplazará al R-19, el Laguna, al R-21... Y en 1992, en plena efervescencia y hasta como dominadores de la F1, el Renault Safrane  recogerá el testigo del R-25 como tope de gama, en el segmento de las berlinas de lujo.

renault safrane v6

La idea era buena, porque el ya consolidado y familiar Renault Espace, en la naciente fiebre de los monovolúmenes, iba a tener versiones más 'altas' y lujosas, pero no podía asemejarse al prestigio que con el que seguían contando las berlinas (no como hoy) y, más concretamente, las berlinas E de representación.   

El Renault Safrane nace hace justo 30 años con la intención de ofrecer espacio, lujo y confort y practicidad (portón trasero) bajo una apariencia ciertamente conservadora. Sin embargo, a pesar de todo eso y del listón tan bajo que había dejado su predecesor en cuestiones de calidad, su aceptación es mucho menor de la esperada, aunque los motivos dan lugar a todo tipo de debates. 

Safrane cockpit

Angelika Emmerling

Visto en perspectiva, el hecho de no ofrecer un look rompedor parecía algo muy razonable para el público al que iba dirigido (máxime cuando luego su sucesor, el Renault Vel Satis, de 2001, de formas mucho más redondeadas, cosecharía menos éxito aún). Pero el hecho de que no se desmarcara tanto del Laguna ni del R-25 no jugó precisamente a su favor para justificar su sobreprecio.

Más debieron de 'pesar' sus discretas prestaciones, teniendo en cuenta el posicionamiento al que aspiraba, fruto de unas motorizaciones iniciales de entre 1.995 cc y 2.165 cc y tres litros poco después y a partir del restyling de 1996), de 105 a 190 CV. Sólo el carísimo y 'gastón' Safrane 3.0 Biturbo llegaría a los 268 CV y alcanzaría una punta de 250 km/h.   

 

Los motores turbodiésel tampoco ayudaron al despegue de sus ventas, porque en un momento en el que esta tecnología estaba claramente en auge, no contaron con la inyección directa que sí que empezaba a ser un estándar entre rivales (desventaja que se notó especialmente, respecto a los alemanes). 

Pero lo que penalizó definitivamente a este modelo a lo largo de toda su vida (de 1992 a 2000) fue su caja de cambios, que nunca llegó a satisfacer del todo a nadie ni en su versión manual (poco precisa y nada comunicativa) ni en su variante automática (lenta, nada refinada y tampoco a la altura de sus competidores). 

En algunos mercados, el Safrane tuvo una segunda vida en 2009.
En algunos mercados, el Safrane tuvo una segunda vida en 2009.

Así pues, el protagonista de nuestro capítulo de hoy en los Grandes coches que no triunfaron, el Renault Safrane, cesó su producción oficial en 2000... si bien es cierto que, a modo de curiosidad, hubo un Renault Safrane II en 2009 para los mercados de Oriente Próximo, pero que, como puedes comprobar en la imagen superior, poco se parecía al original en formas y, sobre todo, concepto...

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