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AUTO BILD se sube al Chevrolet Camaro Cabrio de La Roja

¿Quieres saber qué sintieron los jugadores de la Selección Española de fútbol el día que celebraron el título de la Eurocopa con la afición? AUTOBILD.es repite su recorrido por Madrid a los mandos de un modelo digno de este equipo de leyenda, el Chevrolet Camaro Cabrio.

La marca de la pajarita ha decorado el legendario Chevrolet Camaro Cabrio con los colores de La Roja y el logotipo de la FEF (Federación Española de Fútbol) para celebrar el éxito cosechado en la Euro 2012.

Chevrolet se subió al carro de la Selección Española de fútbol en un momento en que nadie confiaba demasiado en ella. Era el año 2008 y todavía seguíamos con esa lacra de no lograr pasar de cuartos en ninguna competición internacional. Estos cuatro años de patrocinio han coincidido con la mejor época de nuestro fútbol, cuando el tiki-taka es la envidia del resto de países (una pena que la marca acabe de confirmar el fin de su patrocinio).

He tenido la oportunidad de conducir en exclusiva el potente 'pony car' de origen americano y la duda era solo una: ¿qué hago yo con este discreto Camaro? Si ya de por sí es un modelo que hace girar cabezas a su paso, imagina lo que puede pasar con esta unidad decorada con los colores de España, justo ahora que el sentimiento patrio está a flor de piel...

Decidido: voy a repetir el recorrido que hizo el autobús descapotable de la Selección para llegar a Cibeles. ¿Quién dijo miedo?

Comienza el recorrido

La ruta promete ser movidita, porque nada más salir del garaje de AUTO BILD un grupo de gente hace corrillo junto al coche al ver cómo se pliega la capota (tarda 20 largos segundos, por cierto) y dicen: ¡mira, mira... el coche de los campeones! Asi que, no puedo evitar pensar en una 'Camachada': ¡¡Camaro de mi vida... creo que hoy vamos a llamar bastante la atención!!

Me dirijo hacia la M-30 para iniciar el recorrido. Circulo a velocidad legal, pero cuando la gente me ve llegar por el retrovisor se aparta como si quisieran evitar que les pasase por encima. No me extraña, porque el motor V8 de 6,2 litros que monta este modelo hace cabalgar sus 432 caballos con un rugido que da miedo...

En realidad, cuando voy rebasando vehículos me doy cuenta de que me dejan pasar para ver el coche con más detenimiento y cuando comprueban que lleva los colores nacionales y el logo de la FEF en las puertas miran con curiosidad hacia el interior para ver quién lo conduce.

Debo reconocer que más de uno pone cara de decepción al no ver a Iker Casillas o Andrés Iniesta al volante. Lo que no saben es que quien conduce es un humilde, pero famoso probador de coches...

Chevrolet Camaro: ¡qué motor!

Casi sin darme cuenta, he dejado atrás la principal vía de circunvalación de la capital y me adentro en la carretera de La Coruña en dirección al faro de Moncloa. Aquí aprovecho para exprimir las cualidades del Camaro, que empieza a empujar con ganas desde las 2.500 revoluciones. Pero ahí todavía se nota que le cuesta mover sus ¡1.965 kilos!

A partir de las 3.500 rpm te zarandea en el asiento como si fueras un 'dummy' de los que se usan para realizar los crashtest de EuroNCAP. Aunque cuando sorprende de verdad es al alcanzar las 4.000 vueltas, momento en que da la sensación de explotar. Sin duda, cuando gira cerca de la zona roja es todo empuje y potencia.

El Camaro de La Roja entra en la ciudad

Entro de lleno en la ciudad por la calle Princesa. En lugar de un baño de masas como el que recibieron el valiente Sergio Ramos (¡qué penalti, todavía se me ponen los pelos de punta al recordarlo!) y compañía, lo que recibo es un atasco descomunal. Aquí es donde el tacto duro y deportivo del cambio manual de seis velocidades me empieza a parecer una tortura, pero el caso es que me siento muy arropado, aunque sea por taxis y motos...  y eso me ayuda a no arrugarme y a seguir adelante con la ruta.

Independientemente de las aglomeraciones, no puedo evitar enorgullecerme, cómo no, al pasar por la Plaza de España. Pero cuando me vengo por completo arriba es en Callao, donde me bajo del coche para posar junto a uno de los luminosos que felicta a los campeones.

Aquí unas aficionadas incluso me dicen que si me pueden acompañar. Supongo que el tema de la selección les importa un bledo, pero por fardar de coche que no sea... No sin dudas rechazo su oferta, aunque el Chevrolet Camaro Cabrio podía haberlas acogido perfectamente en sus plazas traseras, pero hoy mi corazón está reservado (y que me perdone la mía) para otra mujer: la Diosa Cibeles. ¡¡Allá voy!!

Encuentro con la Diosa Cibeles

Encaro la bajada de la calle Alcalá y la gloriosa fuente me deslumbra a lo lejos. Parece que todo está a mi favor, el semáforo se pone en rojo y me paro en primera línea para contemplarla. Casi me emociono tanto como con el gol de David Silva en la final y al parar junto a la Diosa incluso me pienso si subir y ponerle mi camiseta, pero con haber disfrutado de este recorrido al volante de un coche de leyenda como el Camaro Cabrio me conformo.

Hasta aquí ha llegado esta futbolera experiencia. Ahora solo me queda esperar al próximo

Mundial de Brasil 2014. Quién sabe, igual entonces volvemos a ganar y te sorprendo con una ruta como conductor del autobús de La Roja... Desde luego, firmo ahora mismo.

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