Prueba del Volkswagen ID.7: asalto a la clase ‘premium’

El buque insignia eléctrico Volkswagen ID.7 brilla con dimensiones imponentes, mucha tecnología y un alto nivel de confort. El ID.7 Pro, con una batería de 77 kWh, tiene un precio inicial por encima de los 56.000 euros. Y sin contar con extras muy recomendables como la bomba de calor para aumentar la autonomía, los asientos Ergo o la excelente iluminación LED. En la configuración completa de prueba, este Volkswagen tiene un precio en torno a los 65.000 euros.

Diseño

Pero de serie, el ID.7 viene ya con asistencia de conducción y confort, e incluso el veloz sistema multimedia con control de voz.

Además, vemos una mejora real en la estructura de control (en comparación con otros modelos de la serie ID). El conductor puede acceder a toda la información importante principalmente a través de un pantalla claramente diseñada, los controles deslizantes para el clima y el audio son fáciles de encontrar, y las funciones del vehículo se pueden controlar fácilmente mediante atajos y representaciones gráficas.

El ID ofrece buenas condiciones de espacio para todos los pasajeros. En la parte delantera, hay asientos grandes, variables y cómodos con ajuste eléctrico, con una función de masaje inteligente (opcional).

Inusualmente, los pasajeros traseros están sentados en alto, casi mirando por encima de los reposacabezas delanteros hacia la carretera. Entrar y salir es fácil, y los asientos traseros se pueden ajustar en inclinación y longitud. Por lo tanto, incluso las personas de 1,80 metros encuentran una postura buena y, sobre todo, relajada.

El maletero tiene una capacidad de hasta 1.586 litros de equipaje y se puede cargar fácilmente. Si eso no es suficiente, el ID.7 puede remolcar hasta una tonelada.

Carga y autonomía

Aunque el modelo Pro puede cargar hasta 175 kW de potencia en estaciones de carga rápida, solo puede cargar con un máximo de 11 kW en el cargador doméstico. Esto significa que frente a los 28 minutos de la rápida en corriente continua (del 10 al 80 por ciento de la capacidad de la batería) que son adecuados para su clase, hay que esperar ocho horas en corriente alterna.

De los 599 kilómetros prometidos, después de nuestra prueba de consumo, a una temperatura ambiente de -2 grados Celsius en el momento de la medición, solo quedan 356 kilómetros de autonomía. Y aún menos si se exige al coche que proporcione mucha diversión, lo que el ID.7 hace especialmente bien: recorrer la autopista a velocidades considerablemente superiores a la recomendadas, incluso alcanzar la máxima (limitada) de 180 km/h, y mantener el coche limpiamente en el centro del carril con la punta de los dedos.

Comportamiento

Esto se debe también al alto nivel de confort de marcha. A excepción de algunos golpes ocasionales en los flancos duros de los neumáticos de 20 pulgadas, nada desagradable penetra en el habitáculo. La suspensión responde de manera suave y sensible a las ondulaciones largas, y la amortiguación (ajustada al modo más suave de los quince disponibles) funciona de manera maravillosamente delicada.

La segura sensación de conducción junto con la dirección progresiva palpable es un gran valor añadido en la experiencia de conducción del ID.7. A pesar de la tracción trasera y los generosos 545 Nm de par en el tren motriz, el ID nunca sorprende con un deslizamiento del tren trasero; es hábil en las maniobras bruscas, el ESP reacciona de manera sensible y rápida ante signos de deslizamiento de las ruedas.

El sprint hasta los 100 km/h lo realiza en 6,5 segundos. En resumen: el ID.7 se conduce de manera impecable, tiene un toque de clase alta.

Factores para decidir la compra

En cuanto a la promesa de autonomía, el ID.7 (como todos los vehículos eléctricos) aún está lejos de cumplirla, y el concepto de carga debería ser más eficiente en términos de rendimiento. Por lo demás, es un gran coche con mucho confort y un rendimiento adecuado.