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Prueba estática: ¡Nos subimos al Rolls-Royce Cullinan!

Nos subimos al Rolls-Royce Cullinan

AUTOBILD ya ha podido sentarse a bordo del Rolls-Royce Cullinan: aunque mide 1,83 metros de alto, el acceso es de lo más cómodo. Y es este SUV de superlujo rebaja su atura cuatro centímetros antes de acceder al asiento del conductor. Es solo una de sus muchas virguerías. Aquí te las contamos todas, in situ. Prueba estática: ¡Nos subimos al Rolls-Royce Cullinan!

Por dentro, este Rolls-Royce es tan monumental como por fuera. El cockpit se eleva ante el conductor y el acompañante como una barrera de la carretera. No es tan nuevo como parece. El interior del Rolls-Royce Phantom se presentó casi tal cual. 

Más clásico que el Phantom

Pero el equipamiento de este SUV sí que es más conservador. El display que se despliega y une la instrumentación con la pantalla central no existe aquí. En su lugar, la instrumentación circular cromada parece analógica al primer vistazo, pero es una falsa impresión, porque la presentación de la información es digital. 

Nos subimos al Rolls-Royce Cullinan

El navegador, el 'infotainment', y los parámetros del vehículo los maneja el conductor del Cullinan a través de la pantalla táctil de la consola central. También el volante tiene una configuración distinta que el del Phantom. Es más grueso y pequeño, una de las pruebas de que el Cullinan no está en este caso tan enfocado a ser conducido por un chófer, sino por su propietario.

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Junto a la redondeada palanca del cambio que controla la caja automática de ocho velocidades, se encuentra el botón "Everywhere". Ahí se concentran los diferentes modos de conducción, entre ellos, el de Nieve, Arena y Barro. 

Plazas traseras familiares

La gran sorpresa está en la segunda fila: hay una banqueta corrida. Pero que no se preocupen los puristas de la marca, porque no se suprimen las plazas individuales con nevera en el medio. Sencillamente, la marca ofrece las dos configuraciones. Y aunque optes por la de las tres plazas detrás, siguen siendo muy cómodas, y el espacio para las piernas es, como acostumbra Rolls-Royce, mucho más que suficiente. No faltan, por cierto, los anclajes Isofix para niños. 

Nos subimos al Rolls-Royce Cullinan

Otra novedad la encontramos en la zaga del coche: el Cullinan tiene un portón divisible en dos partes, que se acciona (como todo en este coche) de forma eléctrica. En el maletero, si optas por la configuración de tres plazas detrás, tienes 600 litros de capacidad. Si quieres más espacio, el respaldo trasero se abate, por supuesto, también de forma eléctrica. 

Basta darle a un botón del portón, o de la parte interior de las puertas, para que los respaldos se posen sobre la banqueta. En ese caso, la capacidad para equipaje aumenta hasta los 1.886 litros. Queda una diferencia de altura notable entre los asientos y la superficie de carga, pero no pasa nada: con darle a un botón, ésta se eleva para dejar un plataforma plana. 

Un picnic con vistas

Y para quienes gusten de hacer picnics en cualquier rincón del mundo, del portón abierto se despliegan dos confortables sillas de camping hacia el exterior. Por cierto, también hay muchos detalles para facilitar la conducción segura, como cuatro cámaras para una visión panorámica de 360 grados, un avisador de presencia de peatones y animales (tal cual lo lees) y, por supuesto, un head-up display con toda la información relevante proyectada en el parabrisas. 

Nos subimos al Rolls-Royce Cullinan

El Cullinan llegará a nosotros a principios de 2019, por un precio que rebasará ampliamente los 300.000 kilómetros. En breve, podremos decirte cómo se comporta en marcha, pero ya podemos decirte que, parado, este SUV descomunal impresiona, y mucho. 


    

Valoración

Nota9

En esta primera prueba estática, AUTOBILD ha tenido el privilegio de subirse al interior del Rolls-Royce Cullinan. Ya en parado, el SUV de superlujo impresiona.

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